viernes, 29 de mayo de 2015
jueves, 28 de mayo de 2015
La hoja y la mirada: La brevedad y sus re veces
Hace algunos
años, en una charla con el escritor Mario Bellatín, le escuchaba reflexionar
sobre cómo, hoy que contamos con herramientas para escribir más rápido,
escribimos menos. Y es que por rápido debemos entender una agilidad en cuanto a
revisar, corregir e incluso imprimir un página que en las viejas máquinas de
escribir era sacrificada al más mínimo error; la jalábamos escuchando el
chirrido del rodillo y al estrujarla descargábamos la frustración de saber que
debíamos comenzar a escribirla desde el principio. Pero esto me provoca una
serie de reflexiones: ¿Habrá sido más sencillo para Cervantes escribir su
Quijote en una laptop?, seguramente; pero ¿La laptop habría cambiado el
resultado, la extensión? Nunca lo sabremos. Sin embargo, lo que sí ha cambiado
a través de las nuevas tecnologías es la manera en que leemos. Móviles,
tabletas, computadoras, titilantes páginas de cientos y cientos de libros que
caben en el bolsillo; pero son los mismos contendores de ellos, los principales
distractores del lector, que rara vez cierra el feisbuc para ejercer el íntimo
placer de la lectura.
Parecería
entonces que la literatura contemporánea ha buscado formas, no de encajar en
los “gadgets”, sino en el tiempo que la vorágine de la modernidad nos deja para
disfrutarla. De ahí que desde hace algunos años, los escritores hemos preferido
ejercitar la escritura breve, concisa, a veces abigarrada, pero de corta
extensión para permitirle al lector, consumirla (que horrenda palabra tan
ligada con el supermercado) en pocos minutos y después continuar con su
vocación de “humano moderno” de tiempo completo.
Ahí encaja a la
perfección “Re Veces”, el más reciente libro de Enrique Rivas Paniagua,
escritor “tamauliqueño” que además es diestro en las lindes de la
etnomusicología, la radio, la historia y la lingüística (entre otras mañas).
El libro se
compone con 52 relatos, los cuales originalmente aparecieron en las páginas de
este diario en la “viernesina” sección “Intervalo”. “Cuentecillos” le llama el
autor, “de úsese y tírese” remata; sin embargo su ejercicio debe ser
considerado como micro relato, micro cuento o cuento breve, y como pequeñas
dosis de un inhalador que reaviva el respiro de la literatura del ya
quinceañero siglo XXI.
En estos cuentos breves,
Rivas Paniagua, se regodea en el lenguaje (el cual por cierto sabe usar
exquisitamente bien), para traernos historias salidas de una imaginación
reflexiva de la que van destilando narraciones sobre lo que ha visto, escuchado
y leído. Aquí conviven personajes habitantes de otras páginas que Enrique
vuelve a la realidad como pretexto para reflejarla, con personajes de la vida
cotidiana que sumerge en las páginas de su libro para recrear algo más importante:
la vida misma.
Otra virtud de
este volumen es su humor, irónico a veces, satírico otras, elemento pocas veces
encontrado en la literatura, pero que siempre se agradece y se disfruta.
¿Imagina usted,
estimado lector, un monumento al “lugar común?, peor que eso, ¡un timbre
postal! ¿O, la sombra de Hamlet con cruda (eso sí, real)? ¿Al Quijote
escribiendo una obra caballeresca donde el protagonista es un manco? ¿Un
dinosaurio devorando el cuento más largo del mundo? ¿La Frase de Cajón y la
Muletilla haciendo público su idilio? Pero en este libro hay mucho más que eso,
también diputados que mueren en su curul sin darse cuenta (eso sí, con el dedo
estoico), bibliómanos que venden su alma al diablo, agencias de viajes que te
conducen a tu casa, un haijin con bloqueo creativo y hasta cangrejos que se la
pasan pensando en la inmortalidad del humano.
A veces en
primera persona, a veces desde el todo poderoso omnisciente, Rivas nos lleva
por historias bien construidas en escasas líneas, con sus ya acostumbrados
vericuetos verbales que convierten a cada una en un disfrute absoluto, pues las
dota de la picardía y el ingenio propio del español mexicano. Y esto las hace
únicas. Pero hay algo que vale un aviso; en ocasiones el autor apela al libre
albedrío del lector (si es que los lectores lo tenemos) convirtiéndolo en
cómplice de algún final o en autor intelectual de otro desenlace para alguna de
estas historias. Y es que uno se queda mascullando lo leído, un rato largo
después de cerrar la página.
Enrique logra
como en todos sus libros, contagiar al lector de la pasión con que los escribe,
siendo “Re Veces” donde se le nota más desenfadado, con una libertad sobrada
que el autor aprovecha para subirse al tren de la literatura hidalguense; yo
sospecho que lo había hecho ya, pero si para alguno quedaba duda, este libro
confirma que Rivas es un escritor en toda la extensión de la palabra.
Para rematar el
volumen (o debo decir, para abrirlo, no lo sé) encontramos una portada
magistral, se trata de una gráfica digital del maestro Enrique Garnica (tocayo
del sujeto que es objeto), titulada “En boca cerrada”; tarde me di cuenta de
ello, las moscas se introducen, como Juan por su casa, en la sorpresa y el gozo
que me han provocado estos “Re Veces”.
Publicado el miércoles 27 de mayo de 2015, en la sección Voces sobre papel del Sol de Hidalgo.
miércoles, 27 de mayo de 2015
martes, 26 de mayo de 2015
lunes, 25 de mayo de 2015
Somos indispensables...
Somos indispensables para el otro. Mantenemos andando la maquinaria del lenguaje -frecuentemente en distintas direcciones a la vez-.
Versión de Abraham Chinchillas
C.D. Wright
viernes, 22 de mayo de 2015
jueves, 21 de mayo de 2015
La hoja y la mirada: Abuelos que ganan batallas
“¡Qué lástima / que yo no
tenga un abuelo que ganara / una batalla, (…)”. Cuando León Felipe escribió
esto seguramente estaba pensando en mí y aunque esta paradoja poético-temporal
resulta imposible y Felipe realmente estaba pensando en España, estos versos
resume la relación con mis abuelos (el materno y el paterno), de ninguno
conservo un retrato con “una mano cruzada / en el pecho, y la otra en el puño
de la espada”. Por eso siempre he sentido envidia de aquellos que aún tienen un
abuelo, pero no envidia malsana, más bien cargada a la nostalgia porque siempre
he sabido que con la pérdida de los míos había perdido la memoria que
dilucidaba mi origen, ese punto a las 6, encallado en el pasado.
Pero también María
Ruíz sabe muy bien esto, que la memoria más profunda se encuentra en los
recuerdos de nuestros abuelos. Es por ello que se dedicó durante más de dos
años a recopilar las historias que conforman el libro “Nuestro abuelos: la
historia viva de Huasca”, el cual en una segunda edición está disponible desde
hace algunas semanas.
La autora creció
en el pueblo de sus padres y abuelos, yendo y viniendo de la ciudad a la
provincia pues había nacido en México D.F.; Huasca significaba el terruño.
Desde muy pequeña estuvo empapada de las historias del pasado que provenían de
ese torrente que sus abuelas vertían en las sobremesas, o en las charlas alrededor
de un humeante jarro de café en las frescas mañanas de los fines de semana.
Ella, conforme
fue creciendo, visitaba a su tía abuela y a las amigas de ésta donde las
historias no solo se repetían, sino que se multiplicaban; en ellas se escuchaba
cómo habían vivido, las cosas con que se divertían, lo que había ocurrido en
Huasca en años pasados. En aquel momento, sin asimilarlo todavía, se había
sembrado en ella, prácticamente la historia de los últimos 100 años del pueblo.
Lo entendió
cuando fue mayor, ella era ya sin quererlo, receptora de una parte histórica de
la vida cotidiana de la comunidad de Huasca y fue en aquel momento cuando
decidió emprender su rescate y plasmarlo en las páginas de un libro. Asumió la
herencia que significaba no solamente la memoria de sus familiares, sino de ciertas
personas que habían depositado en ella sus recuerdos.
El libro comenzó
a formarse cuando, con grabadora en mano, María pidió a los abuelos que recrearan
aquellas charlas de su infancia, preguntándoles a detalle sobre sus vivencias.
La primera abuelita que entrevistó, bisabuela de una amiga muy cercana, comenzó
dudando si tenía noventa y tres o noventa cinco años, generando ente la
entrevistada y la entrevistadora un mágico halo de intimidad; lo que se
repetiría con cada uno de los interlocutores.
María Ruiz buscó
que las entrevista no solo se sucedieron dentro de las casas, también en la
calle, con personas que la autora encontraba por casualidad y que siendo muy
mayores podían nutrir esta búsqueda del pasado más remoto del pueblo. En total
el libro compila 15 entrevistas a adultos mayores, seleccionados de manera aleatoria,
vecinos de Huasca que cuenta cómo vivieron y lo que vieron que sucedía en el
pueblo mágico.
María Ruíz trató
de conservar, en las transcripciones, el modo en que hablaba cada persona,
traduciendo esas palabras mudas que suenan en una charla pero que son dichas
con las manos o con el cuerpo. Lo logró de tal manera que la gente que los conocía,
cuando leyó el libro, alcanzaba a escuchar a cada una de las personas que contaron
su historia.
Originalmente el
libro apareció, en su primera edición, en mayo de 2001, gracias a un apoyo del
Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC). En ese
entonces el presupuesto recibido apenas alcanzó para 200 ejemplares que volaron
inmediatamente entre los familiares de los protagonistas y los habitantes de
Huasca. Ahora, en el 2015, el apoyo del PACMyC se repitió con la intensión no
solamente de hacer una reimpresión (corregida y aumentada) más numerosa del volumen,
sino que además pretendiendo que de su venta se desarrolle un fondo editorial que
permita difundir en publicaciones dirigidas a los niños la historia de Huasca.
“Nuestros
abuelos: la historia viva de Huasca” comienza dando referencias geográficas,
topográficas e históricas del pueblo, para luego dar paso a los testimonios de
los abuelos que se nutren con fotografías y documentos que salieron de los
álbumes familiares para convertirse en imágenes con gran valor histórico. El
volumen remata con un bellísimo cuento de la misma María Ruíz, un poema escrito
en 1955 por el señor Emilio Luna y un apéndice con la lista completa de los
presidentes municipales que ha tenido Huasca, además de un glosario.
En su conjunto,
se trata de una obra donde se aprecia la dedicación de su autora para rescatar
la memoria de su pueblo, no solamente para los que estamos aquí, ahora, sino
sobre todo para los que vendrán después de nosotros y que seguramente tendrán
un interés parecido al nuestro por saber de dónde vienen, enterándose de paso
hacia dónde van. Condensa en sus páginas
deseo más elevado de su autora: que Huasca mejore como pueblo, pero sobre todo
como sociedad, reconociendo lo que se ha hecho en el pueblo y quiénes han
participado en ese devenir para hacerlo mejor.
En las páginas de
este libro el lector podrá encontrar historias de vida que fueron atesoradas en
la mente y el corazón de estos abuelos que, compartiéndolas, ganaron la batalla contra el olvido y dieron
forma al pasado colectivo de uno de los lugares más mágicos de nuestro estado.
A la venta en las
librearías pachuqueñas “Dragones y dinosaurios” y “Mr. Book”; y en casi
cualquier negocio de Huasca.
miércoles, 20 de mayo de 2015
martes, 19 de mayo de 2015
Menes Llaguno dará conferencia sobre historia minera
Este miércoles 20
de mayo, el historiador Juan Manuel Menes Llaguno ofrecerá la ponencia “Visión gráfica
de la historia minera de la Comarca Pachuca Real del Monte”, como parte del
Ciclo de Conferencias de la Academia Hidalguense de la Historia. La cita es en
el Teatro Guillermo Romo de Vivar, en punto de las 18:00 horas.
El cronista del
Estado de Hidalgo nos presenta esta conferencia mediante un apoyo de
fotografías, dado que Juan Manuel Menes es un asiduo coleccionista de imágenes
antiguas de Pachuca, Real del Monte y en general de toda nuestra entidad.
En cada ciclo se
abordan aspectos relevantes de la vida en nuestro estado, los hechos que
forjaron nuestro actual presente y se analizarán los sucesos más destacados de
Hidalgo con respecto al entorno nacional.
La academia está
integrada por 11 historiadores de gran trayectoria en la entidad, con diversas
publicaciones y conferencias que dan cuenta de los temas que integran las áreas
de su interés, desde la época prehispánica hasta nuestros días.
Juan Manuel Menes
Llaguno (Pachuca, 1 de mayo de 1948) es fundador y miembro de número de la
Academia Hidalguense de la Historia y del Consejo Estatal de la Crónica del
Estado de Hidalgo. Desde 1983 cronista vitalicio del estado, considerado como
uno de los historiadores más minuciosos y respetados por la realización de sus
investigaciones que abarcan temas culturales de historia regional.
Es un abogado
destacado que se ha desenvuelto en los tres poderes del estado: Ejecutivo,
Legislativo y Judicial. Cuenta con un postgrado de Historia por la Universidad
Nacional Autónoma de México y por el Colegio de México y una especialidad en
Sistema Acusatorio Adversarial en México, por el Instituto Nacional de Ciencias
Penales.
Las próximas conferencias:
Este ciclo de
conferencias continuará con las siguientes fechas: el miércoles 27 de mayo toca
el turno de Luis Corrales Vivar con “El convento franciscano de Tepeji del
Río”; para el 3 de junio será José
Vergara Vergara quien hable de “Dos planos de Pachuca de la segunda mitad del
siglo XIX”; finalmente, el 10 de junio Javier Ortega Morel charlará “Efectos de
la Primera Guerra Mundial y la Revolución Mexicana en la minería de Pachuca y
Real del Monte”.
“Este programa
es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido su uso para
fines distintos a los establecidos en el programa”.
lunes, 18 de mayo de 2015
Canadá, Francia y Brasil, esta semana en la 58 Muestra de Cine en Pachuca
*Proyectarán Cautiva,
El pequeño Quinquin y El niño y el mundo
Excelentes producciones
cinematográficas se proyectarán esta semana como parte de la 58 Muestra
Internacional de Cine en el Teatro Guillermo Romo de Vivar: la primera de ellas
el jueves 21 de mayo titulada Cautiva,
hecha en Canadá; la segunda será El pequeño
Quinquin, de Francia, el viernes 22 de mayo, y la tercera será El niño y el mundo, producida en Brasil,
el sábado 23.
Cautiva, dirigida por Atom Egoyan, se proyectará en funciones de las 15:00, 17:00, 19:00 y 21:00
horas. Sinopsis: Ocho años después de la desaparición de Cassandra, algunos
indicios perturbadores parecen indicar que aún está viva. La policía, sus
padres y ella misma, intentarán elucidar el misterio de su desaparición.
Thriller psicológico que explora los efectos de la ausencia y el pasado, vistos
a través de las relaciones aún entrelazadas entre la víctima, sus padres, el
secuestrador y los investigadores. Desde este punto de oscura devastación, la
película parece preguntar: ¿es posible la redención en este mundo tan grotesco?
Atom Egoyan (El Cairo, Egipto,
1960). De origen armenio, a muy temprana edad viajó a Canadá, donde creció y se
educó. Su obra incluye más de una docena de largometrajes, cortometrajes y
episodios para televisión, además de instalaciones presentadas en museos como
el de Arte Moderno de Oxford y en la Bienal de Venecia. En 1996 incursionó en
la dirección de ópera con la puesta en escena de Salomé; y también es autor de
varias publicaciones. Su procedencia étnica y multicultural está en el fondo de
todas sus historias. Sus películas exploran la manera en que las relaciones
humanas son corrompidas por la omnipresencia de la tecnología y algunas de
ellas siguen estructuras sin linealidad cronológica, en las cuales los
acontecimientos se organizan de manera no secuencial con el fin de provocar
reacciones emocionales en el espectador ocultando la clave de la historia.
El pequeño Quinquin (200 minutos de duración) se presentará en funciones
de las 15:00 y 19:00 horas. Sinopsis: En un pueblo al norte de Francia, unos
extraños asesinatos atraen la atención del comandante Van der Weyden. Junto al
teniente Carpentier, empieza a seguir la pista del probable autor material de
los crímenes. Sin embargo, también tendrán que lidiar con un curioso grupo de
bandidos liderados por Quinquin, un chico astuto y rebelde. En un giro tremendo
en su filmografía, Bruno Dumont vira hacia la comedia en este proyecto para
televisión convertido en un largometraje, y nos entrega una historia cuyo humor
se balancea entre el terror y la bufonería.
Bruno Dumont (Bailleul, Francia,
1958) es el director. Estudió filosofía griega y alemana en la Universidad de
Lille, en el norte de Francia, y fue profesor de esa área en Hazebrouck antes
de dedicarse al cine. Por su primer largometraje, La vida de Jesús, fue
considerado una gran promesa dentro de la cinematografía de su país. Ha sido
galardonado dos veces con el Gran Premio del Jurado en Cannes, por La humanidad
en 1999, y por Flandres en 2006. Su trayectoria incluye más de cuarenta
comerciales, varios cortometrajes, así como siete largometrajes y una miniserie
para televisión. Su particular uso del paisaje destaca en sus películas, en las
que se ha centrado en la búsqueda de la esencia humana dentro de contextos
sociales violentos. El pequeño Quinquin
es su primer proyecto para televisión, un trabajo conformado por cuatro
capítulos, con una duración de 52 minutos por episodio.
Finalmente, El niño y el mundo (de Alê Abreu), se proyectará en funciones de
las 15:00, 17:00, 19:00 y 21:00 horas. Sinopsis: Un niño que sufre por la falta
de su padre, quien ha dejado a la familia para irse a trabajar a algún lugar
distante, sale de la aldea donde vive para descubrir un mundo fantástico,
dominado por animales-máquina y seres extraños. El niño y el mundo es una
animación realizada con diferentes técnicas audiovisuales, que del collage a
los gráficos computarizados, retrata los problemas del mundo moderno y el
contraste entre el campo y la ciudad a través de una mirada singular.
Alê Abreu (São Paulo, Brasil,
1971). Formado en Comunicación Social y autor de libros ilustrados, comenzó a
realizar pequeños trabajos animados desde principios de los 90. Ha desarrollado
diversos proyectos de publicidad para empresas como Nestlé e ilustrado para
numerosas revistas, periódicos y libros clásicos de la literatura brasileña
contemporánea como O Mistério do Cinco Estrelas, de Marcos Rey, y O Menino que
Espiava prá Dentro, de Ana Maria Machado. Su primer largometraje, Garoto
Cósmico, basado en su libro de ilustraciones del mismo nombre, fue estrenado en
cines de Brasil y lanzado en DVD en países como Venezuela e India; mientras que
su cortometraje Passo fue exhibido en los festivales de animación más
importantes del mundo. En 2007 Abreu fue uno de los artistas homenajeados en
Anima Mundi, el mayor festival dedicado a la animación en Latinoamérica, donde
se proyectó una retrospectiva de su trabajo. Su segundo libro de ilustración
Mas Será que Nasceria a Macieira? fue lanzado a la venta en 2010 por la
prestigiosa editorial brasileña FTD.
“Este programa es público, ajeno a cualquier
partido político. Queda prohibido su uso para fines distintos a los
establecidos en el programa.”
viernes, 15 de mayo de 2015
jueves, 14 de mayo de 2015
La hoja y la mirada: La espiral de la tristeza y el trastumbo
Después de trastumbar el olvido / la noche se
enciende, papá.
La literatura es
una suerte de milagros. En ella ocurren los más inverosímiles encuentros,
desencuentro y coincidencias. Es por ello que no me extraña tropezarme con un
libro que conozco a la perfección pero que me sorprende como chubasco
vespertino. Se trata de “La tristeza de Papá Sabino” de Venancio Morten Neriah.
El poemario ha alcanzado ya su cuarta edición, algo nunca antes visto en un
libro de poesía publicado en Hidalgo, la cual ha sido auspiciada por el Consejo
Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo. Las tres ediciones anteriores,
fueron posibles gracias al apoyo del PACMyC (la primera) y de Bayron Gálvez y
Eva Beloglovsky (la segunda y la tercera) a través de la independiente alb@tros
PRESS.
“Papá Sabino”,
como cariñosamente le llamamos al libro quienes hemos estado alrededor de él y
de su autor, es un poemario vigoroso y potente, alejado del cliché
“indigenista”, sino verdaderamente basado en una tradición poética del Valle
del Mezquital, que sirve de abrevadero para que Venancio hable de lo que le
duele, lo que le cala en su historia de vida, pero también como ventana a
través de la cual le grita al mundo la belleza del infortunio.
¿Dónde voy a encontrar tus ojos, /hoy que la
muerte /canceló los astro que habitan la negrura?
Existe una pléyade
de escritores que comenzaron a arrastrar la pluma con la única esperanza de que
su amigos los quisieran más. Desde García Márquez hasta quien esto escribe,
fuimos movidos por el mero deseo de agradar a otros con nuestras historias.
Venancio Morten Neriah también pertenece a este club, donde la soledad es la
tierra para la semilla de su escritura y al mismo tiempo el agua que la riega y
la hace crecer en una flor que la aniquila.
Si supieras papá, tengo tanto qué contarte: se
llama Laura y tú nunca la amaste, porque la vida no te dio tiempo de toparte
con la altura de sus senos de gaviota herida. Fui yo quien la encontró, así
nomás, como suceden las lluvias de mayo.
La nueva edición
de “La tristeza de Papá Sabino” tiene un rostro distinto pero el mismo corazón.
Su portada se ilustra con una fotografía de Homar Alamilla, un muro de cardones
que se abre ante los ojos del lector. En su interior, conserva los diez textos
de las ediciones anteriores, pero además incluye cuatro nuevos (un poema y tres
prosas poéticas), entre ellos “Trastumbo”, que originalmente fue una plaqueta
aparecida como segunda obra del autor. En su conjunto el nuevo “Papá Sabino” ha
crecido, mostrando otras matices en la voz poética de Morten Neriah; el padre como figura y como ausencia sigue
apreciándose entre los versos, el Valle como personaje y como destino no deja
de arraigar el corazón del poeta, el futuro no deja de ser un lugar vacío y
lejano. Una nueva distribución, tanto de los textos como de las fotografías
interiores, les dan un aliento distinto, igual pero distinto, si cabe la
generosa contradicción.
Dile a los viejos que vinieron siguiendo una voz
muy alta; /pregúntale a su piedras, /diles que por donde nos vamos (…) /¿Cómo
le hacemos para que no nos olviden?
El poemario, un
hito en la poesía local, ha caído en una espiral, no que desciende, por el
contrario, que sube para acompañar en su vuelo a la poesía de Venancio, quien
con este libro ha alcanzado un lugar irrenunciable en las letras hidalguenses,
sus textos son ya un referente para la gente del Valle, esa que vive ahí, la
otra que vivimos fuera, pero que siempre lo llevamos metido en el pecho como
espina indeleble.
Aquí vinieron a enterrar mi ombligo, /la noche
aquella en que comparecí muy tarde. /Me trajo un águila negra en vuelto en su
zarape; se vino por el filo de los cerros /desgranando mazorcas y rezando (…)
Pero su destino,
el del libro, no termina ahora, con esta edición; se prepara ya una nueva, pues
demás, “Papá Sabino” se ha convertido en un libro muy vendido, llegando en cada
edición rápidamente a los linderos del “Sold out”.
Qué sola se ha quedado esta calle desde que te
fuiste; perdimos la algazara que nos defendía del frio de la ciudad y sus
tinieblas //Un día feroz, vendrá con un xoloscuitle en la mano, a tocar a mi
puerta, y la calle tendrá gusto a nardos frescos y café (…)
Me tocó revisar y
editar las primeras tres ediciones de este libro. Ahora, sin estar totalmente
ajeno de esta cuarta, lo encuentro y me
deslumbro con su perfección, con la profundidad de sus versos, con la
luminosidad de su tristeza; lo disfruto como quien reencuentra a un viejo
amigo, al cual le presentó un hermano.
miércoles, 13 de mayo de 2015
Christian Peña participará en “Escrituras alternas”
El poeta Christian
Peña visitará el Centro de las Artes de Hidalgo, para ofrecer una charla como parte
del programa Escrituras alternas. Conversaciones literarias. La cita es el
próximo jueves 14 de mayo a las 18:00 horas en la Sala Abundio Martínez.
Esta actividad
contará con la participación de Diego José, quien fungirá como moderador de la
jornada. En esta actividad el autor hablará de sus procesos creativos, su
experiencia literaria y su relación con los medios editoriales, entre otros
temas, para luego entablar un diálogo con los asistentes.
Con el propósito de
proporcionar al público interesado en la literatura (lectores y escritores) un
acercamiento creativo con los autores emergentes de la literatura mexicana con
el fin de indagar respecto a los procesos creativos, y de interesar al público
general en la lectura de los escritores más representativos de las nuevas
generaciones de literatos mexicanos, el Consejo Estatal para la Cultura y las
Artes de Hidalgo, a través del Centro de las Artes, comienza este proyecto, que
consiste en un ciclo de charlas con escritores invitados, a través de sesiones mensuales.
La dinámica de
trabajo es la siguiente: se realizan entrevistas a fondo con los representantes
más destacados de la literatura reciente en nuestro país, respecto a sus
procesos creativos, su experiencia literaria y su relación con los medios editoriales.
Además, se lleva a cabo una lectura ilustrativa de los procesos creativos de
los autores invitados y al final se plantea desarrollar un diálogo de los
estudiantes y asistentes con los autores invitados.
Christian Peña
nació en 1985 en la Ciudad de México. Es un joven poeta mexicano que ha sido
becario del Fondo nacional para las Artes de México y de la Fundación para las
Letras Mexicanas. Ha obtenido diversos premios de poesía con sus obras, de los
cuales destaca el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en su edición del
año 2014, el cual se considera como uno de los más importantes en su género.
Es autor de las
obras Me llamo Hokusai (Premio
Nacional de Poesía Aguascalientes) 2014, Veladora
(Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta 2013), El amor loco & The advertising (Premio Nacional de Poesía
Enriqueta Ochoa 2012), Libro de
pesadillas (Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura 2011), Heracles: 12 trabajos (Premio Nacional
de Poesía Ramón López Velarde 2011), Janto
(Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal 2010), El síndrome de Tourette (Premio Nacional
de Poesía Amado Nervo 2009) y De todos
lados las voces (Premio Nacional de Poetas Jóvenes 2008).
“Este programa
es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido su uso para
fines distintos a los establecidos en el programa”.
martes, 12 de mayo de 2015
Estadio de noche
Günter Grass
Lentamente ascendió el balón en el cielo.
Entonces se vio que estaba lleno el graderío.
En la portería estaba el poeta solitario
pero el árbitro pitó fuera de juego.
lunes, 11 de mayo de 2015
Este jueves 14 de mayo inicia la 58 Muestra Internacional de Cine
Como ya es una
tradición, regresa a Pachuca la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca
Nacional, ahora en su emisión número 58, con un muestrario de lo mejor que se
ha producido en el mundo durante los últimos años. La sede será el Teatro
Guillermo Romo de Vivar, a partir del jueves 14 de mayo y hasta el 12 de junio.
Este desfile
cinematográfico inicia el 14 de mayo con la película El capital humano, proveniente de Italia y dirigida por Paolo Virzì.
Las funciones: 15:00,17:00,19:00 y 21:00 horas.
Sinopsis: La
víspera del día de Navidad, un ciclista es atropellado de noche por un lujoso
todoterreno. El desgraciado accidente cambiará el destino de dos familias: la
del millonario Giovanni Bernaschi, un especulador financiero que ha creado un
fondo que ofrece un 40 por ciento de interés anual, atrayendo y esquilmando a
los crédulos inversores, y la de Dino Ossola, un ambicioso agente inmobiliario
cuya empresa está al borde de la quiebra.
La segunda
película se presenta el viernes 15 de mayo, cuyo título es Xenia, una producción de Grecia dirigida por Panos H. Koutras, en
funciones de las 14:30, 16:45, 19:00 y 21:15 horas.
Sinopsis: Tras
la muerte de su madre, Dany y su hermano Odysseas, de 16 y 18 años, emprenden
la ruta de Atenas a Tesalónica para buscar a su padre, un hombre griego que
nunca han visto. Albaneses por parte de madre, los chicos son extranjeros en su
propio país y esperan que su padre los reconozca para obtener la nacionalidad
griega. Además, Dany y Ody se hicieron la promesa de participar en un concurso
de canto popular que podría cambiar su vida. Este viaje pondrá a prueba la
fuerza del vínculo que los une, su lado infantil y el gusto por las canciones
italianas.
El sábado 16 de
mayo, en funciones de las 15:00, 17:00, 19:00 y 21:00 horas, se proyectará la
cinta Mentiras blancas, de Nueva
Zelanda, cuya directora es Dana Rotberg. Sinopsis: A principios del siglo XX en
una pequeña localidad de Nueva Zelanda, Paraiti, una curandera maorí, es
solicitada como último recurso incluso para mujeres blancas, a pesar de las
leyes colonialistas que le prohíben ejercer. Un día Maraea, otra mujer maorí,
le suplica que atienda a su empleadora, Rebecca, la esposa de un empresario
local pudiente. Rebecca está embarazada, y dado que el viaje al extranjero de
su esposo ha sido largo, es evidente que el hijo no es de él. La encomienda de
poner fin al embarazo conduce a una revelación de secretos y tensiones
raciales.
La programación
completa se puede consultar en el portal del Consejo Estatal para la Cultura y
las Artes de Hidalgo, http://cecultah.hidalgo.gob.mx. El bono para toda la
muestra puede ser adquirido en el Teatro Guillermo Romo de Vivar, con un costo
de 200 pesos.
“Este programa es público, ajeno a cualquier partido
político. Queda prohibido su uso para fines distintos a los establecidos en el
programa”.
viernes, 8 de mayo de 2015
jueves, 7 de mayo de 2015
Hidalgo rendirá homenaje a Sixto Valencia
***Este viernes 8 de mayo en la Sala Abundio
Martínez del Centro de las Artes, en punto de las 12:00 horas
El Gobierno del
Estado de Hidalgo, por medio de su Consejo Estatal para la Cultura y las Artes,
rendirá un homenaje póstumo al caricaturista hidalguense Sixto Valencia Burgos,
quien falleció el pasado 23 de abril.
La ceremonia se
llevará a cabo este viernes 8 de mayo en la Sala Abundio Martínez del Centro de
las Artes, en punto de las 12:00 horas, donde además se realizará la
presentación del libro Sixto Valencia.
Una vida entre viñetas, de Luis Gantus y Melina Gatto.
Este trabajo
editorial publicado por el Cecultah es consecuencia del Premio al Mérito
Artístico 2013 que el gobierno y la sociedad hidalguenses le otorgaron. En éste
se sintetizan las etapas más significativas del maestro: una pasarela de
imágenes que dan muestra de que la suya es una existencia rica en saberes,
enseñanzas, aventuras y apasionamientos.
Historietista
mexicano, nació en Villa de Tezontepec, Hidalgo, el 28 de marzo de 1934. Fue
responsable artístico del personaje Memín Pinguín y ex editor de la revista
Mad.
Su padre fue Manuel
Delfino, que firmaba como Manuel de Valencia, de oficio agricultor. Para poder
mantener a la numerosa familia, Manuel Delfino adquirió una pulquería conocida
como “El Marino”. La madre de Sixto Valencia se llamaba Pascuala Burgos Aguirre
y era oriunda del pueblo de Contreras, pero se fue a vivir muy chica allá a
Tezontepec. Para ayudar en los gastos de la casa, bordaba manteles con gancho y
cosía pantalones a destajo en una fábrica. Desde muy pequeño, junto con tres de
sus hermanos, Valencia ejerció la carpintería. Al cumplir los 11 años, sus
cinco hermanos fallecieron por diversas causas. Sixto Valencia fue el sexto de
doce hijos, seis hombres y seis mujeres. Cuando Sixto cumplió 15 años, su
familia emigró al Distrito Federal, donde conoció a su condiscípulo Víctor
Schilinsky. En la capital continuó con sus estudios de primaria y secundaria,
pero no concluyó.
Ingresó a la
Academia de San Carlos a estudiar Dibujo Publicitario, de inmediato se hizo
notar por sus detallados dibujos de anatomía, muy estilizados y siempre en
posturas poco usuales, con movimientos gráciles y caricaturescos. Su primer
trabajo profesional fue en el Directorio Telefónico donde realizó anuncios
publicitarios de artículos y establecimientos comerciales. En 1957 presenta sus
bocetos en la Editorial Argumentos, donde Yolanda Vargas Dulché y su esposo
Guillermo de la Parra eran los propietarios y lo integran de inmediato para
ilustrar; “El libro único”, “Criollo el caballo invencible”; “El látigo negro”;
“Biografías selectas”, “El Charro de Oro”. Doña Yolanda Vargas Dulché fue la
creadora del personaje. El nombre lo tomó del apodo de su esposo, Guillermo De
la Parra Loya, quién trabajaba en aquellos años en un banco y que luego sería
el fundador de la Editorial Vid, a quien sus amigos le decían así: "Memín
Pinguín", "porque era todo un pingo"; o sea que era muy travieso
("Memín" es el diminutivo cariñoso de Guillermo; "Pinguín"
es el diminutivo cariñoso de pingo).
Dentro de sus
múltiples actividades ha sido precursor, fundador y presidente en 1970 de la
Sociedad Mexicana de Historietistas, así como de la Sociedad de Autores de
Gestión Colectiva de I.P. Es socio activo de la Sociedad Nacional de
Caricaturistas y de la SOGEM. Su presencia y obra es solicitada en Convenciones,
Ferias, Exposiciones, Festivales de la historieta en la República e incluso en
el extranjero, por citar algunas, en Lucca Italia en 1975, Amiens Francia en
2000 y Amadora Portugal 2007. Es un activo defensor del derecho de autor y la
propiedad intelectual.
Falleció a los 81
años a cusa de un infarto, el 23 de abril de 2015.
“Este programa es público, ajeno a cualquier partido
político. Queda prohibido su uso para fines distintos a los establecidos en el
programa”.
miércoles, 6 de mayo de 2015
martes, 5 de mayo de 2015
La hoja y la mirada: El arte de la queja
Versa un viejo
dicho popular que “el que se queja, sus males aleja”. Y es que aun cando para
algunos la queja es inútil, en los últimos tiempos, donde todo lo que ocurre en
el mundo parece haber perdido la esencia, resulta un poco más que imposible no
levantar la voz para quejarse, para señalar lo que está mal, equivocado; no
callar ante lo que es inapropiadamente superficial. Resulta entonces que la
queja, bien sustentada y digamos, responsable, resulta ser un buen inicio para
la transformación y termina siendo una manera de analizar al mundo.
Este ejercicio
alcanza niveles sublimes en el libro “Peroratas” de Fernando Vallejo, escritor
de origen colombiano, nacionalidad a la que renunció para adoptar la mexicana
en 2007 y quien es considerado uno de los intelectuales más influyentes de los
últimos años. Sin embargo, sabedor de que tan importante es de donde se viene
como a donde se va, logró conciliar ambas denominaciones: “Pongamos que soy
colombiano y mexicano, porque soy de donde nací y de donde me voy a morir”.
Fernando Vallejo
es uno de los novelistas más importantes de la literatura contemporánea, autor
de algunos de las libros más representativos de la dantesca realidad que nos ha
tocado vivir a quienes hemos transbordado del siglo XX al XXI. Entre ellos
destacan dos: “El desbarrancadero” y “La Virgen de los sicarios”, retratos
hiperrealista de la Colombia actual, sumida en el caos de la sangre como único
resultado del laberinto de la droga y el dinero; ambos libros fueron incluidos
en la lista de los 100 libros latinoamericanos más importantes de los últimos
25 años.
Biólogo de
formación, es también cineasta, actividad que presidió a la literaria para
dejar cuatro películas en México, tres de tema colombiano las cuales él tenía
esperanzas de filmar en su tierra y una más que le reafirmó como un director
con oficio pero que lo escaldó para siempre del ambiente cinematográfico; aun
así llegó a ganar el Ariel a mejor Opera Prima en 1977. Años más tarde, no
podría resistir su vis fílmica y colaboraría en el guion de la versión
cinematográfica de “La Virgen de los Sicarios”.
Pero fue en la
literatura donde Fernando Vallejo encontró el remedio mejor para exorcizar sus
demonios: su infancia y juventud en un país que reconoció asesino desde que
tuvo conciencia, su autoexilio en México desde donde siguió alzando la voz ante
la injusticia y el abuso que sufrían sus “prójimos”, haciéndolo desde textos
que se acercan a las memorias, como en ficciones absolutas cargadas de absoluta
realidad, o en reclamos como éstos, donde la queja no es nada más un recurso,
es un arma, una herramienta.
“Peroratas” se
conforma de 32 textos, entre prólogos solicitados por otros autores,
conferencias, artículos, ponencias y presentaciones de libros o películas,
donde Vallejo aprovecha para determinar su ideario absoluto, su postura ante la
barbarie de la modernidad, ante lo que aparentemente no se puede cambiar.
Conviven entonces un puñado de ideas apasionadas sobre la literatura, el cine,
la violencia, la religión, el maltrato contra los animales. En cada idea, se
nota la férrea convicción de quien ama inequívocamente lo que cree, deseo de
que su queja sirva para despertar las conciencias, al menos pues despabilarlas
y que sean conscientes de que lo que se observa por el noticiero no es un filme
de terror, es la realidad.
Pero en ningún
momento el reclamo trae consigo amargura o rencor. Si bien sus señalamientos
pueden parecer exacerbados, son puntuales, no buscan la confrontación, más bien
vienen cargados de una esperanza de claridad. Resaltan sobre todos aquellos que
tienen que ver con su patria, con Colombia, en los que se nota su enojo y su
dolor, pero en los cuales no falta el humor y el desenfado que le imprime a
todo el libro.
Fascinan sobre
todo su amor por el espíritu del idioma, por la palabra y la literatura, su
admiración por ciertos autores y por el Quijote, su aversión por la
descomposición que hacemos del lenguaje, su manera de definir la novela, la
historia y la verdad (por ende la mentira): “El idioma no cabe en un
diccionario ni en un manual de gramática porque es escurridizo y burletero, y
cuando una cree que lo tiene e las anos se le fue”.
Crítica tanto su
raíz como su porvenir; hace una disección cuidadosamente irredenta del primer
párrafo de “Cien años de soledad” de García Márquez, al cual le da, como dirían
algunos de mis colegas escritores, “hasta para llevar”; pero también analiza el
papel del lector, el suyo, el de cualquier autor del cual dice: “es un polígamo
nato, hoy te lee a ti, mañana a otro”. Su amor por los animales, su odio ante
los que los maltratan, el mismo odio que muestra ante la multiplicación de la
especie humana, ante la religión, ante el mal uso de la semántica, ente el caos
del mundo: “En la confusión los linderos de las palabras se nos han borrado y
ya estamos en plena torre de Babel”.
Las peroratas de
Fernando Vallejo son un maravillosa oportunidad de entrar en el mundo de uno de
los novelistas más lúcidos y refinados del momento (como caminar en las
bambalinas de su novelas), inteligente e incisivo, convencido de que la mejor
manera de mirar el mundo, es analizarlo sin piedad; y es que como el mismo
Vallejo reflexiona en este libro: “(…) lo que cuenta es el pensamiento, ¿o no?”.
lunes, 4 de mayo de 2015
sábado, 2 de mayo de 2015
La hoja y la mirada: Jorge Antonio y sus pulgas circenses
En una de esas
mañanas frías de diciembre y previas a la Navidad, encontré a mi hijo Emilio
(me gusta llamarlo por su nombre, aunque “hijo” es el único, pues el benjamín
es en realidad “benjamina”), decía que encontré al preadolescente apoltronado
en mi sillón de la sala (donde acostumbro sentarme a leer) y con mi postura
–pierna cruzada, mano sobre la frente, cejo fruncido para disimular el placer–,
leyendo. La imagen me sobresalto, más allá del orgullo y la sensación de
mirarme a mí mismo a su edad, la pregunta de qué había hecho yo para
convencerlo de ser lector ocupó mis pensamientos mientras me perdía sigiloso
por el pasillo para no interrumpirlo.
¿La lectura se
contagia con el ejemplo? ¿Por imitación, viendo a los padres leer? ¿Por
osmosis, dejándole a nuestro hijos libros bajo la almohada por las noches? ¿Por
accidente, dejando libros por toda la casa incluyendo la regadera para que en
algún momento choque con ellos? Tal vez. Pero no solamente eso. También
acercándoles libros que sean de su interés, que despierten en ellos la
curiosidad, pero sobre todo, que les confirmen que dentro de las páginas de un
libro suceden cosas tanto o más interesantes que las que muestran las pantallas
de los televisores y las computadoras.
De ahí radica la
importancia de la literatura escrita para niños, y jóvenes por supuesto,
dedicación que aparentemente asusta a muchos autores que rara vez, o casi
nunca, escriben algo para los pequeños grandes lectores. Entre los escritores
hidalguenses no sucede tanto así, varios de los colegas han dedicado páginas
enteras a niños y jóvenes, pienso ahora en Toño Zambrano, Agustín Cadena o
Jorge Antonio García Pérez, quien publicó en el 2013 un maravilloso libro para
niños titulado “El Circo Titiripulga”.
Jorge Antonio
García Pérez ha demostrado su versatilidad a la hora de escribir. Lo mismo ha
publicado dramaturgia, poesía y cuento. Además de su dedicación a la enseñanza
y la promoción cultural, su trabajo como narrador oral le ha permitido
trascender fronteras, incluso radiofónicas. Es tal vez ahí, en la narración
oral, donde Jorge Antonio decidió enfrentarse, desde la trinchera de la página
y no solamente desde el escenario, al publico más exigente: el infantil.
“El Circo Titiripulga”
narra las peripecias de una familia de pulgas que deben dejar el calor del
pelambre de Brunilda, una perrita que había sido su hogar por algún tiempo,
para emigrar en busca de nuevos horizontes. Tras una breve escala en una sala
de cine, llegan al municipio de Progreso de Obregón, en Hidalgo claro, donde se
aventuran al trabajo en un circo. La historia, narrada con agilidad y humor,
reconoce también el valor de la familia como motor y refugio de los buenos y
malos momentos. Esta última característica dota al libro de un halo pocas veces
encontrado con acierto en la literatura: el fomento de valores. Y no es que la
literatura en sí tenga la responsabilidad de formar o consolidar los valores de
quien la lee, no, pero si la literatura utiliza la vida como materia prima, no
es raro que reflejé también aquella cosas que los seres humanos nos ocupamos de
construir y preservar.
El libro fue
publicado por Cofradía de Coyotes en coedición del Instituto Mexiquense de
Cultura. La edición, propiamente pensada para pertenecer, nos llama la vista
con una portada a todo color; propiamente pensada para atrapar la mirada y dar
vuelo a la imaginación, sus interiores están diseñados con grandes
ilustraciones prestas para ser iluminadas a gusto de cada lector, quien además
encontrará en la página 5 un certificado de propiedad del ejemplar (excelente
manera de generar un sentido de pertenencia en los peques); es un libro pues,
pensado como herramienta para la creación de lectores y es en éste hecho, donde
radica su mayor valor.
Aunque este no es
el único libro que García Pérez a escrito para niños, si es el que mejor
representa su experimentación en este, que es considerado ya, un nuevo género
literario, donde incluso, él mismo se convierte en personaje.
“El Circo
Titiripulga” de Jorge Antonio García Pérez, una suerte de novela corta para
niños, es perfecta puerta de entrada a la literatura en general, no solo a la
que se escribe en nuestro estado, y es un muy buen regalo para dar, por
ejemplo, mañana, que será Día del niño.
Publicado en El Sol de Hidalgo, el miércoles 29 de abril de 2015.
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