viernes, 17 de mayo de 2024

Programa del 5to Festival Letras Hidalguenses para este fin de semana



 

La casa insurrecta de César Kostia


La poesía es el dominio del yo. Maleable como el más noble de los elementos, en la fragua de la hoja en blanco y a golpe de tinta, soporta la enunciación del otro, la lírica de la colectividad. Enarbola con pertinencia cuanto nos duele el sufrir de otros, la ignominia que rasga otras almas dejando sus cicatrices en la nuestra.

Sangra mi corazón guerrero / en esta noche / impropia, / impía. / De luto / mi espíritu mundano, / harto de la misericordia / ilusa.

César Kostia, poeta y artista plástico mexicano, prestidigitador de la realidad más cruda que ha tasajeado la historia de los pueblos, de nuestro pueblo, encuentra en el arte una forma de lucha. Para él la poesía un arma cargada de humanidad, pero también es compromiso, horizonte; hogar. 

Volver a casa / naufragados y parias, / viendo a los condenados / ahogarse en el polvo / del olvido.

En su más reciente poemario “¡Patria Libre!”, hermosamente editado por Cipselas en su colección de poesía Ardea herodias, Kostia nos contagia de su visión del mundo a través de 65 poemas y 19 de sus ilustraciones, mostrando un diario íntimo donde él mismo se asume un renacido en total libertad creativa.

Amando estas sombras, / asombradas a la heredada / violencia / entre la Tonatzin / y el colibrí Zurdo, / azul / como los deseos / de este tlacuilo libérrimo / anarquista.

Para este escriba la palabra es una extensión de la memoria, un puñal contra el olvido, una luz que ilumina la injusticia y la declara inconcebible.

Memoria, / sombra que ocurre / de esquina al equinoccio, / como filo de piedra. / Memoria / que apunta y dispara / a la tierra, / al asecho de la yunta.  

Hace poesía lo mismo ante la hoja que ante el lienzo, se duele por los desposeídos, busca en los escombros de la historia a los desaparecidos, a aquellos que no tienen rostro ni voz; El poeta presta la suya para gritar y exigir el albedrío de un pueblo cansado de sufrir.

Como llave abierta, / se desangra / mi cuerpo continente, / agobiado por la angustia.

Escribe vida cuando otros escupen muerte. Ama con el pincel lo mismo que con la pluma cuando otros gruñen odio, sabedor que el final implacable sigue siendo una cuota que terminan pagando los que menos tienen. 

Miente el diente cuando ríe; / ama a la carótida cercenada / bebiendo la energía / de la vida.

César Kostia nació en 1957. No se considera autodidacta pues asume su formación en las tardes que pasaba en la biblioteca de su abuela materna, entre cazuelas y libros, lo incentivaron para amar los libros y comprender la vida. Pronto se dio cuenta de que la palabra era su hogar y el arte la vereda para internarse en sí mismo.

La posibilidad / de que la piel estire / hasta el comienzo, / en el preciso instante / del encuentro… / la explosión: / fecundo sentido histórico, / redondeando la memoria, / girando hasta encontrarme.

Este poeta navega placidamente de la poesía social a la poesía amorosa, del reclamo a la comprensión, del recio combatir la injusticia a la comprensión de la pureza, asumiendo con orgullo la influencia de poetas que bregaron las mismas corrientes que él ahora bordea.

Fuego intenso, / antiguo, / consumiéndonos, /dejando los huesos/ magros y negros / como los heraldos de las cenizas, / palabras como sombras (…)

Pero sabe que no todo se ha dicho. Militante de la verdad, ni perdona ni olvida, no sabe callar y pone a la orden del futuro su poesía y su arte visual. Sus esmeros no tienen otro destino que la búsqueda de la justicia y la igualdad.

El talento radica / en apuñalar con la lengua, / degollar con los labios.

Adentrarse en “¡Patria Libre!” es inmolarse con un discurso poético poderoso y profundo, no apto para aquellos que prefieren las series a los noticiarios; los que callan y esconden la mirada de la realidad. 

En fuego nació templada / la garganta que fragua / las palabras, (…)

Las imágenes y la poesía de César Kostia son actos de rebeldía que buscan cosechar en quien las mira una reflexión, un compromiso, pero sobre todo una oportunidad a volver a residir en la libertad.

(…) aguardando siempre, siempre a que el silencio / se rompa… / con gritos de libertad. // y volver a casa / después de bebernos / al horizonte.

“¡Patria Libre!” de César Kostia se presentará en nuestra ciudad el próximo sábado 1 de junio de 2024 a las 13 hrs., dentro de las actividades de la 2da. Feria de Editoriales Independientes impulsada por la REDIH y el Instituto Municipal para la Cultura de Pachuca, y que iniciará desde las 10:30 hrs. ese mismo dia en la Plaza Contitución en el Centro Histórico de la Bella Airosa. Ojalá podamos vernos por ahí.

viernes, 10 de mayo de 2024

V Festival de Letras Hidalguenses


El próximo viernes 17 de mayo inicia uno de los encuentros de escritores y artistas visuales más importantes e interesantes de Hidalgo. Se trata del Festival de Letras Hidalguenses en su quinta edición. Este encuentro, único en su tipo pues lo mismo convoca a poetas, narradores, ensayistas, cronistas, dramaturgos, que a pintores, grafiteros, muralistas, fotógrafos, ajedrecistas y más interesados en el desarrollo del arte y la creatividad en Hidalgo.

La iniciativa es encabezada desde su fundación por el poeta y artista visual Hans Giébe quien ha querido tomar al arte y la literatura como detonante de un encuentro dentro de lla Ruta de la Comarca Minera. Esto incluye a los municipios de Pachuca, Mineral del Monte, Omitlán y Huasca de Ocampo, este último, primer Pueblo Mágico de nuestro país.

Es importante destacar el encuentro como uno de los más incluyentes, plurales y verdaderamente representativos de lo que se está haciendo en las letras y las artes en Hidalgo, Ciudad de México y otros lares. Amén de que se respeta la integridad y el libre albedrío de las y los asistentes, contrario a lo que ocurre en otros festivales de “talla” internacional y que también se desarrollan anualmente al sur del territorio de Hidalgo.

En esta ocasión podremos presenciar y compartir lecturas de poesía, exposición de pintura, fotografía, performance, graffiti en vivo, talleres de máscaras, música, torneo de ajedrez y venta e intercambio de libros.El programa oficial es el siguiente:


VIERNES 17 DE MAYO

10:00 hrs. Inauguración en el Jardín del Arte, Pachuca. 

10:10 hrs.. Inicio de talleres de pintura, papiroflexia, haiku y poesía breve. Música en vivo 

12:00 hrs. Torneo de ajedrez. Blitz 5+2 | 6 rondas.

13:00 hrs. Exhibición de Parkour y úsica en vivo. 

LETRAS (7 mins. por participante)

14:00 hrs. Mesa 1. Hans Giébe, Karen Ochoa, Alejandro Zenteno, Felipe Vega

14:30 hrs. Mesa 2. Claudia Leticia Amado, Irving Hernández, Fernando Quintanar, Alejandro Durán Ortega

15:00 hrs. Mesa 3. Teresa Olivares Omaña, Elide Hernández, Fernando Reyes Trinid, Jacob Bukowski

15:30 hrs. Interludio: Acrobacias León Chino

16:00 hrs. Mesa 4. Rosa Maqueda, César Peña, Ene Cleptico, Fran Brito

16:30 hrs. Mesa 5. Gustavo Marines, Celia Sánchez, Fran Pompa Tian V. R., Félix Pacheco  

17:00 hrs. Mesa 6. Manuel Garfias, Vera Teresa, Carlos Wilhelme, Janitzio Villamar 

17:30 hrs. Mesa 7. Abraham Chinchillas, Ángel Sánchez Villa, Miguel Ángel Coletti (Perú), Alejandra Hernández 

18:00 hrs. Mesa 8. Adriana Tafoya, Lauro Cruz, Edgar Rafael Rosas, Garrett Smith (USA)

REAL DEL MONTE

19:00 hrs. Lectura en la galería de Grupo Colibrí. Calle Pedro Escobedo 64 c "barrio El Purero". (Participación libre.)

SÁBADO 18 DE MAYO 

OMITLÁN

11:00 hrs. Mercado municipal (participación libre).

HUASCA (quiosco del centro).

14:00 hrs. Mesa 1. Sergio Alarcón, Andrés Cisnegro, Jaqueline Padilla Uribe, Julieta Elvira

14:30 hrs. Mesa 2. Cynthia Peraza Moreno, José Antonio Trejo Isidoro, Sergio García, Himber Ocampo

15:00 hrs. Mesa 3, 4, 5... (Participación libre)

17:00 hrs. Instalación del Campamento Literario en el Arquito. 

Cena alrededor de una fogata. (Traer sleeping, casas de campaña)

19 DE MAYO

10:00 hrs. Bosque de San Miguel Regla (lectura en el lago)

14:00 hrs Clausura en Prismas Basálticos.

Ojalá que usted, estimado lector, pueda darse una escapacita a altuna de las actividades y podamos coincidir en esta oportunidad de arte y cultura.

Felicitaciones a los Colectivos y editoriales que organizan: ARS Artistas en Retribución Social A. C. Colectivo ACK, Grupo Colibrí, Club de ajedrez Stauton, Vozabial S. A. de C. V., Versodestierro, Manofalsa Editores, Cisnegro, Eterno Femenino Ediciones y Punto 12 Restaurant. Por allá nos veremos.

viernes, 3 de mayo de 2024

Paul Auster o el acto de la supervivencia


Revisando materiales para escribir este texto descubrí una macabra coincidencia. El primer libro que leí de Paul Auster lo terminé el 30 de abril de 2018, es decir, exactamente seis años antes de la muerte del autor ocurrida hace tres días. 

Seguramente el lector ha visto navegar por la red durante las últimas setenta y dos horas, numerosas reseñas, semblanzas y opiniones sobre la obra del autor norteamericano como para citar aquí nuevamente su biografía. Lo cierto es que el autor, nacido en Nueva Jersey el tres de febrero de mil novecientos cuarenta y siete.

Era considerado uno de los autores vivos más importantes de la literatura norteamericana. El más europeo de los escritores neoyorkinos abordando de una manera totalmente distinta el existencialismo francés. Sus obras, profundamente humanas exploraban la existencia en sus más recónditas aflicciones, obsesiones y querencias.

El libro que refiero al inicio de esta columna se titula “Ensayos completos”. Lo adquirí en un supermercado por la módica cantidad de cincuenta pesos y pasé dos semanas embebido en él. Lo curioso del volumen, una excelente manera de entrar de lleno a las reflexiones más insondables de Auster, es que está compuesto por libros que son consideradas por los lectores y la crítica como novelas y que sin embargo, al leerlas en el conjunto de la obra del autor, constituyen la estructura total de su propuesta literaria. En esas páginas encontré a un hombre que se asume en el acto más placentero que conocía.

(…) somos profunda y convincentemente humanos cuando hacemos algo por el puro placer de hacerlo (…)

Para Auster escribir es dar, es darse por completo en una empresa que aún vale la pena porque aún existen personas interesadas en los libros. Encontrando en el acto de escribir el verdadero fin de la literatura. En una entrevista otorgada al periodista Michael Wood para The Paris Review dijo:

No me interesa solo los resultados de la escritura, sino el proceso, el acto de poner palabras sobre la página.

Inició escribiendo poesía y publicándola por primera vez en 1970, con la que alcanzaría un lugar destacado en las esferas literarias de Nueva York. En ella, comienza a tratar las líneas de su exploración a la existencia, las cimas y las simas, los lugares donde quería que sus palabras habitaran

Despojados de todo artificio, reducidos a su esencia desnuda, los poemas surgen como una especia de retórica, un sistema de razonamiento pero que funciona al estilo de la música.

También fue guionista, director de cine, traductor y profesor universitario. Su obra, y su persona, fueron reconocidos con numerosos premios entre ellos el Príncipe de Asturias a las Letras en 2006.

La última de las dieciocho novelas que publicó fue Baumgartner, aparecida apenas el año pasado después de anunciar que enfrentaba un cáncer de pulmón. Su estilo, musical y siempre en la búsqueda de la identidad de sus personajes, permite que sus libros se devoren con deleite y que al terminarlos se añoren. Era un autor que escribía para estar vivo.

Para mí escribir no es una cuestión de libre albedrío, es un acto de supervivencia.

En una carta dirigida a su amigo J.M. Coetzee y fechada el siete de abril de dos mil diez, Auster reflexiona sobre los motivos de su oficio.

Todo autor se juzga a sí mismo –con severidad la mayoría de las veces–, lo que probablemente es la causa de que los escritores sigan escribiendo: con la vana esperanza de que lo harán mejor la próxima vez.

Tal vez esa severidad sobre sí mismo lo llevó a trazar una obra admirada por miles de lectores que han dado un adiós multitudinario en las redes. Incluso, la admiración que se siente por él le arrebató a su esposa, la también novelista Siri Hustvedt, la oportunidad de comunicar la noticia de su muerte a familiares y amigos. Siri escribió en su cuenta de Instagram: Fui inocente, pero había imaginado que yo sería la persona que comunicaría la muerte de mi esposo, Paul Auster. Él murió en casa, en una habitación que amaba, la biblioteca, con libros en todas las paredes de piso a techo, pero también con ventanas que la iluminaban.

Ha muerto un gran escritor y a quienes le admirábamos nos que da el consuelo de su voz, esa que le pertenecía y que ha dejado de ser suya en las páginas de sus libros.

He llegado lejos 

por ti: la voz 

cuyo eco resuena en mi 

ya no es la mía.

viernes, 26 de abril de 2024

Mi “Rolas”, in memoriam


La muerte de un amigo siempre es un golpe devastador. Al inicio de esta semana la noticia de la muerte de Rolando García García me llegó como un latigazo de realidad. Como siempre antes este tipo de destellos de oscuridad, no quise creerlo en el primer momento, busqué la confirmación en el perfil de su pareja sentimental, otra querida amiga mía, y confirmé con profundo pesar la noticia. 

Rolando García fue un destacado periodista hidalguense. Lo conocí cuando ingresé a colaborar formalmente a Radio y Televisión de Hidalgo en el ya lejano año dos mil. De primera instancia compartimos transmisiones especiales como parte del grupo de conductores en informes de gobierno, aperturas de la Feria, festejos navideños, giras gubernamentales, etc. Pero poco a poco, llevados por las coincidencias que son lentas, pero pertinaces, descubrimos que intereses comunes nos unían más de lo imaginado: el rock, la literatura, el arte y la cultura en general. A partir aquellos años no perdimos la oportunidad de una buena charla y de la escaramuza inteligente de opiniones acerca de la actualidad del mundo, sobre todo cuando por alguna razón, tal vez el simple hecho de la visita, me sorprendía en las cabinas de radio donde era mi sitio permanente de labor profesional.

Astuto, inteligente, sagaz y sumamente profesional; su trabajo como reportero, conductor, productor de televisión y radio, y como articulista de prensa escrita, lo constatan. En algún momento de su devenir profesional comenzó a compartirme sus colaboraciones en semanarios y diarios pachuqueños: recuerdo ahora el semanario Óptica de recordado Beto Herrera y más recientemente La Jornada Hidalgo, donde hacía gala de su humor punzante y mirada perspicaz.

Además de su amistad, tuve la fortuna de ser llamado como invitado a sus proyectos de televisión cultura, sobre todo a “Mapa de nube”, una revista televisiva dedicada al arte y la cultura de Hidalgo donde charlamos un par de ocasiones ante la cámara como lo hacíamos en los pasillos de literatura. Y tuve la oportunidad de participar, también como invitado a uno de sus más hermosos proyectos (junto a Radamés Salanueva), una serie de cápsulas para recordar a otro grande de la cultura de nuestro estado, Ramsés Salanueva, y que fueron transmitidas en 2022. 

Desearía tener más claridad en los recuerdos que me unen a Rolando, pero la pena ata la memoria y la ancla al momento doloroso de la partida. Rolando, Rolax, Rolas lo llamaba anteponiendo el determinante posesivo de la primera persona del singular: mi Rolas. Apenas el doce de febrero intercambiamos unos mensajes de WhatsApp y nos despedimos con el firme propósito de vernos para darnos el abrazo escrito. Descanse en Paz. Le voy a echar mucho de menos.

viernes, 19 de abril de 2024

El triángulo re-invertido


Foto: insurgenciamagisterial.com

El invento más determinante, no el más importante, pero sí el que nos ha definido como sociedad en toda la historia de la humanidad es, sin lugar a dudas, la internet. A través de la red mundial de información hemos sido testigos de innovadores alcances de posibilidades que ya determinaban nuestra existencia en el siglo XX: la prensa escrita, la radio, el cine y la televisión. Incluso la posibilidad de acceder al catálogo de bibliotecas y archivos diversos resultó de gran utilidad para la investigación y la difusión del conocimiento. Las visitas virtuales a museos importantes y lejanos colocaron la cereza sobre el delicioso manjar que significa el aprender y estar informado.

Sin embargo, la aparición y después proliferación de las redes sociales aceleró la ya de por sí vertiginosa avalancha de información y datos diversos que llegan, literalmente gracias a los teléfonos inteligentes y las tabletas electrónicas, a la palma de la mano.

Por otra parte, las mismas redes sociales se han convertido en el escaparate para que aquellos sitios, que han perfeccionado el desarrollo de contenidos que antes eran privilegio de los medios de comunicación masiva del siglo pasado, difundan sus ofertas informativas a diestra y siniestra, con la gran ventaja de la segmentación que los algoritmos cibernéticos realizan de manera inmediata según nuestro perfil y comportamiento dentro de Facebook, X o Instagram.

Hasta aquí todo bien o más o menos bien. Quiero decir, bien, porque la posibilidad de acceso a todo tipo de información es una ventaja absoluta que tenemos quienes en este momento de la historia humana habitamos el planeta; no tan bueno, porque en esa vorágine de información muchas cosas valiosas se pierden, otras posibilidades desagradables, ociosas y aberrantes, alcanzan una divulgación inmerecida. 

Pero, he podido notar, en los últimos meses, que los sitios de información escrita, léanse diarios digitales, portales de noticias, etc., han comenzado a utilizar una práctica que contraviene la esencia de la “nota” como género periodístico. La “noticia”, como piedra angular del ejercicio informativo, debe ser escrita siguiendo reglas específicas que la definen y la diferencian de otros géneros; la principal de ellas es que debe ser escrita en forma de una pirámide invertida, es decir, la información principal debe aparecer al inicio del texto y el resto de la información, la complementaria, debe ser escrita hacia el final. La fórmula es muy simple y por ende, efectiva. Sin embargo, los sitios digitales de información le han dado la vuelta a esa pirámide que debe estar de cabeza para volver a colocarla sobre su base, es decir, la información principal suele aparecer hacia el final del texto, en ocasiones después de dos o tres párrafos que contienen información complementaria y en ocasiones incluso intrascendente. Pero, ¿Por qué dilatar la información principal, que por cierto, es el gancho para que el lector se interese en abrir el vínculo de la nota, contraviniendo todas las técnicas periodísticas? Llevo días con esa pregunta revoloteando en mi cabeza. La razón es tan simple como absurda, porque lo que buscan las plataformas no es informar de manera oportuna y expedita (a veces ni siquiera de forma veraz), sino de hacer que el lector se quede más tiempo en el sitio y que al avanzar en el texto confuso y soso pueda visualizar los anuncios de aquellos patrocinadores que los respaldan. 

Está práctica, más comercial que periodística, comienza a volverse un “ruido” dentro de la red y que si no se evita, puede perjudicar la percepción de credibilidad que muchos sitios han logrado en los internautas informativos. 

viernes, 12 de abril de 2024

Gabo y el último fruto de su ceiba


Acabo de terminar la lectura del último libro de Gabriel García Márquez. Esta expresión, “el último libro de…” pocas veces adquiere todo el peso de su significado. ¿Cuántas veces no hemos compartido con amigos la noticia de que acabamos de leer el último libro de fulano, autor que nos hace quedar como idiotas cuando al cabo de un tiempo lanza una novedad editorial. Sólo tras la muerte de un escritor, podemos asegurar que hemos leído su obra última, a veces póstuma y siempre y cuando los estudiosos de sus archivos no encuentren un folio perdido en los recónditos parajes digitales de un disco duro o en las polvozas carpetas de una estantería. Pero a pesar de esos riesgos, lo dicho por la familia y el editor de Gabo nos asegura que “En agosto nos vemos” es la última obra de ficción de Nobel colombiano; para delicia de sus lectores más fervientes y ocasión de sus detractores de temporada.

“En agosto nos vemos” es una novela breve que narra las visitas de su protagonista, Ana Magdalena Bach, a una isla del caribe colombiano donde se encuentra enterrada su madre. Cada agosto visita el cementerio para dejar flores la tumba materna y tomarse una noche de libertad como paréntesis a una vida apuntalada en un matrimonio perdurablemente estable y feliz. En esos visitas, que a lo largo de algunos años se repiten puntualmente, la protagonista va explorando sensaciones, sentimientos, recuerdos y sospechas que le van dando forma a su adultez y el inminente arribo a la edad tercera. 

El libro, sobra decirlo, es una delicia. Si bien por momentos puede parecer una obra inacabada, un boceto de algo que no se concluyo, por largos ratos podemos disfrutar del oficio de la pluma de García Márquez, la poética de sus ambientes, el grosor innato para describir a las personas por dentro y por fuera, de sopesar su presencia como narrador omnisciente para dar paso a que cada personaje se muestre en todo su esplendor. Hay páginas enteras donde los admiradores del colombiano podemos encontrarlo de cuerpo entero, literariamente hablando, fuerte y rozagante, blandiendo su narrativa con la agilidad de un esgrimista consumado. Sin embargo, el ritmo de la historia por momentos tropieza, se desbarranca en la sensación de que faltan líneas, párrafos, páginas para llegar al desenlace de un capítulo o para hacer patente el paso lento y desgarrador de un largo año en la vida de la protagonista. Sus descripciones, detalladas, precisas y determinantes, también dejan en el ambiente el aroma de que la historia daba para una novela grosa de esas que consolidaron su carrera literaria y que sus lectores guardamos en algún lugar de nuestra lista de libros favoritos.

En un principio, pensé que “En agosto nos vemos” era apenas el esbozo de un libro que daba para más. Sin embargo, al final de los seis capítulos de la historia, el último editor de Gabo, Cristóbal Pera, nos convida de la historia detrás del libro, rompiendo el mito que algunos sostenían con la consigna de que la novela había sido publicada contra la voluntad del autor. La historia de “En agosto…” inicialmente formaba parte de un proyecto más grande, un libro con cinco historias que hablaran del amor en la edad adulta. En 1999, Gabo compartió en una entrevista el hecho de que ya trabajaba en ese proyecto y que tenía dos de las cinco historias terminadas. Ante la imposibilidad de continuar con las historias faltantes, la primera de ellas se convirtió en la novela “Memoria de mis putas tristes”, ese sí, un libro menor en su obra y poco merecedor del genio de Gabo. La segunda historia, la de Agosto, fue publicada en parcialidades tanto en España como en Colombia y ocupó los esfuerzos de su autor hasta el año 2004, cuando puso punto final a la quinta versión de su manuscrito con la anotación clara de que le enorgullecía. 

Perea nos narra con apreciable nostalgia, las dificultades que Gabo enfrento con su memoria para poder concretar la versión final de este libro; los trabajos que realizó junto a la secretaría particular del escritor para perseguir los detalles más minuciosos en los archivos tanto digitales como los que custodia la Universidad de Austin, una vez que Rodrigo y Gonzalo, hijos del matrimonio García Barcha, decidieron compartir con los lectores este tesoro escondido. Por lo tanto, este último libro nos es un boceto, es una novela echa y derecha que no llegó a más por deseo y determinación propia del autor, que seguramente, consciente de las limitaciones que le iba poniendo al Alzheimer, quiso dar su último suspiro literario con una obra propia de sus más consagrados esfuerzos.

La obra literaria de Gabriel García Márquez es como una ceiba (árbol de su infancia caribeña y que aparece en repetidas ocasiones a lo largo y ancho de muchos de sus libros), de troncos altos y raíces tabulares, frondoso en el misticismo de un universo particularmente universal que le permitió lectores en todo el mundo y que abrió paso, junto a los otros autores del Boom, para que la literatura latinoamericana fuera reconocida con personalidad propia y temple imbatible; “En agosto nos vemos” es su último fruto y vale la pena probarlo.