Susana Chávez
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Para Linda Escobedo
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He perdido la cuenta de tus huesos
introduciendo mi palabra al tiempo
entonces me fui a alguna parte
con el apetito dormido.
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Fuiste tú el sitio del crimen,
quién me volvió clandestina melodía,
a quien contemplo mezclada de imágenes
sentada en una butaca del cine
para ver mí sombra.
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Nos enredamos en el vacío
y de la nada surge tu boca
a desprenderme a Dios del aliento
en un espejismo que me brota
por un rumor indefinido.
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Surges despuntando tu lengua
liberando a Sofía de tu interior.
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Aquí estás, embalsamada,
casi real entre los árboles.
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Pareces un chacal,
un alebríje que me conquista
más allá de lo intocable.
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Te veo desatada en una ventana
alrededor de mi otra parte
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dándole a mis ojos el cierre final.
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A veces, también te veo
atrapada en un secreto
que duele entre mi carne.
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Así voy avanzando paso a paso
tomando de una mano tu ruptura
y acariciando con la otra
los cabellos de alguien
por quien toco la magnánima vehemencia.
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Así voy en mi misma
perdiendo la cuenta de tus huesos.
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Tomado de “Eje Central”.
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