La llamada novela de la Revolución, como la novela indigenista, fue empleada por los gobiernos posteriores a la lucha armada, como elemento de cohesión nacional en un discurso ilusoriamente mexicano. En un enfoque único y estereotipado de lo indígena (derivado de la política indigenista del filósofo José Vasconcelos, del antropólogo Manuel Gamio y posteriormente, del General Lázaro Cárdenas), se desarrollaron diversos productos culturales y artísticos encaminados a apuntalar una perspectiva nacionalista. La Escuela Mexicana de Pintura y sus exponentes, la Novela de la Revolución y más adelante la Novela Indigenista reforzaron una visión histórica, con el objetivo concreto de construir una representación de la nación asentada en tradiciones culturales y expresiones “primigenias” o de origen prehispánico.
La literatura indígena, escrita específicamente por indígenas (de hechura más reciente), es distinta de la novela indigenista, cuyo tema central son las comunidades indígenas, pero fue escrita por mestizos o blancos como Menéndez Reyes, Ricardo Pozas Y Francisco Rojas González. Con diversos resultados encontramos obras de facturas desiguales, buenas o malas, pero con una constante: un desdibujamiento de la figura de los indígenas, a favor de un estereotipo de fácil identificación para el mundo mestizo y blanco surgido de la Revolución, y de mayor entendimiento y aceptación en el exterior. En el transcurso de la charla se analizarán tres obras sobresalientes de dicho género, las novelas Canek, de Ermilo Abreu Gómez, El Resplandor de Mauricio Magdaleno y Balún Canán, de Rosario Castellanos.
Paralelamente, se hará una breve revisión de algunos autores que en la actualidad han desarrollado trabajos afines con la identidad y cultura indígenas –Natividad Gutiérrez Chong es una excelente representante- y que centran su atención en la voz de las propias comunidades indígenas. En este orden de ideas resulta importante reflexionar sobre la visión de lo indígena, que nos hemos formado a través de los discursos del sistema que, siguiendo el análisis de Pierre Bourdieux, han manipulado la imagen de lo indígena, tergiversando a su vez, la construcción del discurso de lo nacional. A final de cuentas nos deja un puñado de conceptos que para nada se acerca a la diversidad cultural que integra nuestro país.
Israel León O`farrill, licenciatura en Comunicación y maestría en Historia de México (UAEH), profesor- investigador de la BUAP y articulista semanal en la sección de cultura del periódico La Jornada de Oriente en Puebla.
La teoría social prominente durante mi educación primaria era la de "melting pot." Tenía sentido. Después le dieron preferencia a la metáfora de la "ensalada." Eso también tenía sentido.
ResponderBorrarA lo mejor van a escoger un "guisado" después.