viernes, 8 de abril de 2016

Las cinco esquinas de Vargas Llosa



Nunca antes había empezado una novela sin tener el título elegido. Mario Vargas Llosa comenzó “Cinco esquinas” sin saber cómo iba a llamarse y emprendió un camino por el que fue escribiendo a “ciegas”. Después de 17 novelas publicadas y un montón de premios recibidos, entre los que se cuenta el Nobel de literatura, romper con el esquema tradicional de trabajo le permitió alcanzar una libertad que refresca su obra narrativa con un libro que resume sus obsesiones literarias pero que a la vez libera una voz narrativa aparentemente nueva, resultando en la más “peruana” de sus novelas.

“Cinco es quinas” es una instantánea del Perú de los años noventa, en las que el deterioro que envolvía la campaña presidencial y después la presidencia de Alberto Fujimori embarró todos los rincones de la sociedad peruana. A esta hecatombe política se sumaba la guerrillera presencia de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, aderezando el fin de siglo peruano con zozobra e incertidumbre. 

Cinco esquinas es el nombre que se le da a una “encrucijada laberíntica” de los barrios altos limeños, otrora prestigiada por los bohemios, artistas y músicos criollos que hicieron del lugar un punto de encuentro hasta para los habitantes de las barriadas más elegantes y ricachonas de la ciudad. Ahora, el barrio ha venido a menos hasta convertirse en uno de los lugares más peligrosos y violentos de la capital, conservando hasta el día de hoy su carácter de emblemático para los peruanos.

El primer capítulo, una delicia, por cierto, embelesa al lector narrando el fortuito encuentro entre dos amigas que se ven forzadas a pasar juntas la noche por el toque de queda, relación secreta que aparentemente estará paralela a la historia fundamental, pero que termina siendo un cabo que no permanece suelto en ningún momento. A partir de ahí la historia discurre con asombrosa naturalidad, atrapando al lector hasta la última página y manteniéndolo al filo del sillón con una trama llena no sólo de erotismo, también de intriga y traición política: el esposo de una de ellas, un empresario minero prominente, se ve envuelto en un escándalo mediático que involucra las fotografías que lo muestran en una orgía y un semanario amarillista de poca monta; es la muerte del director de la publicación lo que destapa la caja de pandora que sostienen las manos de los dos hombre más poderosos del Perú en esos años: el mismo Fujimori y su hombre de más confianza, Vladimiro Montesinos.

En esta novela Vargas Llosa no solo hace gala de su natural habilidad para construir personajes y recrear su habla con asombrosa exactitud sonora, sino que además saca de la chistera los temas que han permanecido a lo largo de toda su obra: la primera de ellas es el poder como “inocente” causa de los más terribles males del hombre; el erotismo como el solaz y el tormento de los seres humanos, así como el alcance que tienen los medios de comunicación para determinar el destino de un hombre. Pero también, y aquí radica tal vez el valor más alto de esta novela, se da el lujo de reinventar su propia obsesión entre la historia y la estructura (observable desde “La ciudad y los perros”), disfrutando (se nota) del juego con los diálogos y los escenarios, como si el lector observara desde dentro una película donde los cortes lo llevan de aquí para allá, como en un remolino (nombre acertado para el capítulo en el que lo desarrolla, el veinte). Es pues el tema el que va guiando la pluma del autor para confirmar lo que el mismo Mario Vargas Llosa ha dicho: Un escritor no escoge un tema, son los temas quienes lo escogen.

En fin, que tal vez para muchos no sea la mejor novela de Vargas Llosa, pero sin duda es una muestra más de su habilidad narrativa, su capacidad de envolver la realidad en la ficción más creíble (a veces más creíble que la misma realidad) y la devoción que el autor siente por la literatura como el mejor espacio para la redención de las heridas que la vida misma nos causa.

Antes de terminar lo invito a compartir juntos más recomendaciones literarias, acompáñeme el próximo sábado en punto de las 18:30 horas en el programa de radio “Bibliófono, literatura para escuchar”, que se trasmite por Bella Airosa Radio, 98.1 de frecuencia modulada. Hasta entonces.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario