sábado, 26 de abril de 2008

Movimiento proFerrocarril: Todos con el Ferrocarril... ¡aunque nos lleve el tren!


Julio Romano Obregón


Vuelvo a enviar este documento con nombres y sostengo mi postura: Ojalá sirva de algo, aunque lo más probable es que no. Los que más o menos me conocen ya saben que, en el mejor de los casos, yo suelo esperar lo peor de las cosas (lo mejor o peor que me puede pasar es que me equivoque). No creo que una recolección electrónica de nombres de quienes dicen “pos’ órale” haga mucho.

La cuestión aquí es que, al parecer, aquéllos cuyos nombres figuran acá abajo no quieren que el Mueso del Ferrocarril de Pachuca desaparezca como espacio de actividad cultural y mucho menos que en su lugar haya un centro comercial más (aunque primero habría que ver si realmente se pretende convertirlo en un centro comercial). Habrá quienes sí quieran que eso pase. Habrá a quienes no les importe.

Los que se inscriben en estas dos últimas categorías dejarán ya de leer, o lo habrían hecho desde hace rato. Los de la primera categoría, quizá quieran seguir leyendo.

No sé cuál sea el propósito último de esta recolección de nombres, pero no creo que la pura recolección de nombres, por sí sola, haga nada. Es un buen esfuerzo y no dudo que conlleve una preocupación auténtica (¿debería(mos) dudarlo?), pero si no pasa de ahí, pues no pasará de ahí. Yo me permito proponer, desde este espacio virtual en el que nada existe y todo confluye, que se trascienda el discurso y se pase a la acción. Entonces sí será un poco más posible que algo pase. Para bien o para mal.

Es decir, si de verdad queremos que el Ferrocarril no desaparezca como espacio cultural, hagamos uso de él como espacio cultural. Me voy a permitir suponer que los que firman acá abajo están siempre al pendiente de las actividades culturales que se organizan en dicho espacio, y me voy a permitir suponer que éstas son muchas, muchísimas, que no hay día en el que los escenarios y las salas estén vacíos, que siempre se ve gente deambulando por los espacios, que es un centro de reunión frecuente en donde uno siempre que vaya encontrará algo que se esté haciendo en materia de cultura, y de lo cual pueda participar activa o pasivamente (es decir, como actor cultural o como público). Los que abajo firman podrán bien confirmar mis suposiciones, bien desmentirlas. Lo que sí, es que el espacio se cierra, salvo excepciones, a las tres de la tarde.

En cualquier caso, no son pocas las veces que he escuchado quejas con respecto a la actividad cultural de Pachuca: que es muy poca y que es muy pobre. Pero nada más nos quejamos. ¿Qué hacemos, qué hemos hecho (y me incluyo) por mejorar esa oferta, en calidad y cantidad? Que es poca, que es mala, que es cara... Bueno, con lo de cara ni hablar... los que tienen aspiraciones artísticas algún día van a querer y tener que cobrar por lo que hacen... no sólo de amor al arte vive el artista. Es más, a veces de eso, por eso, muere.

Entonces, pasemos del discurso a la acción si nos interesa salvar el Ferrocarril. Hagamos la campaña “Aunque nos lleve el tren” por la conservación del Ferrocarril, organicémonos en el Frente Ferrocarrilero Fantástico, armemos un Ferrotón o algo en lo que tengan cabida todas las manifestaciones artísticas, panartísticas, culturales, contraculturales, neoculturales, policulturales, archiculturales y culturosas. Seamos nosotros la oferta. Los que hacen música, teatro, danza, letras, editorial, plástica, cine y video, visuales, happenings, radio, los que estén palancudos con los que tienen recursos o con las instituciones encargadas de la promoción cultural y editorial, los que tienen medios de difusión... La queja y la manifestación están bien, pero la acción está mejor. Hacer cosas que no se han hecho, está mucho mejor.

No parece que sea tan difícil. Si la oferta nos parece realmente mala, usemos los espacios. No parece que fuera tan difícil. Si de calidad hablamos, si le publican poemarios a un personaje cuyo mayor mérito en materia de actividad cultural ha sido compartir un micrófono con Tatiana, publican a cualquiera (concuerdo con Mayte Romo, quien alguna vez dijo que hay más poesía en el bote de basura de una preparatoria que en un libro de este personaje); los que hacen letras, dense cuenta de que muchos de sus textos merecen estar más allá de la última página de un cuaderno o el fondo de una gaveta, y de que aquéllos que no, pueden mejorarse; los que publican, sean más exigentes con la calidad de los textos de sus colaboradores. Los músicos, toquen más y mejor que los que tocan en los foros. Los de danza y teatro, propongan montajes inusuales, novedosos y homéricos, ¡basta de frases y movimientos convulsos trillados...!, dos personas del mismo sexo en actitud erótica ya no escandaliza a nadie. Los de plástica y audiovisuales, apodérense de los espacios vacíos y los espacios en blanco. Formemos un verdadero cineclub (el Romo no es más que un cine), abramos círculos de debate, de lectura, de discusión, de propuesta, de generación. El fin no es exhibir al otro, sino nutrirnos todos del otro. De lo otro. Los de los recursos, apoyen hasta donde sea posible. Todos, rescatemos el happening. Todos: apelemos a la creatividad, no a la repetición; apelemos a la calidad, recurramos a la crítica y la autocrítica, no a la medianía, no al promedio ni a la autocomplacencia. Abramos espacios. Los nuestros, los de todos.

Y rescatemos así no sólo el Ferrocarril como espacio, sino la actividad cultural de Pachuca en general. Nos guste o no, queramos o no, es la ciudad en que vivimos. Y o nos vamos de ella, o la hacemos como nos gusta.

Si alguien se quiere apropiar de estas ideas, adelante. El chiste es que se haga algo, si hay un interés genuino. Yo propongo que nos organicemos.

Pero eso sí, si creen que lo que se presenta actualmente es mejor que lo que ustedes pueden ofrecer, entonces no hagan nada. Limítense a firmar manifiestos. A ver si de algo sirve.

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