viernes, 28 de marzo de 2014

Carolina Fantozzi / Peperina Magenta

Emiliano Pàramo
En una calle escondida en los límites de la colonia Céspedes, por donde habitaba el barco del “Pirata”, según la novela “El vaquero más auténtico que existió”, del ilustre Ignacio Trejo Fuentes, existe una casa de dos plantas por la que han pasado muchos mendocinos que el programa de intercambio académico de la UAEH, ha traído a nuestra ciudad. Por ahí pasó también María Carolina Fantozzi, una muy talentosa artista gráfica, venida de aquella ciudad argentina en la que algunos hidalguenses también han parado. Caro, o Peperina (como yo la recuerdo), se hizo “popular entre la tropa”; su talento y don de gentes la hicieron destacar muy rápidamente, convirtiéndose en una presencia constante en el escenario estudiantil y cultural de esta ciudad y de Actopan, en cuya escuela superior cursó algunas materias, y terminó por convertirse en un referente obligado entre los estudiantes de diseño gráfico de la universidad.
Carolina Fantozzi tiene una sonrisa radiante y unos ojos que le ocupan toda la cara, pero no sólo es bella de pinta; también va por la vida con un cargamento enorme de aquello que algunos llaman “buena vibra”; yo lo que reconozco en ella es mucha luz, de esa que nos devuelve la fe en el género humano, capital que seguramente (junto a su enorme talento) la colocará entre las mujeres más notables de su país en los territorios del arte y de la vida.
En su paso por la UAEH, se le vio involucrada en proyectos artísticos, pasarelas, exposiciones y un sinfín de actividades donde ella era el eje como coordinadora, modelo, productora y creadora. Vivió durante un año (2011-2012) en México, donde recibió la mayor influencia sobre su trabajo, a través de la mezcla de colores vivos y juegos de texturas, representativos de nuestra multivocal manera de mirarnos. Carolina asegura que su estancia en estas tierras fue una impronta que terminó por permear todas las parcelas de sus procesos creativos y definiendo el resultado final de su singular obra gráfica.
El pasado 15 de marzo inauguró en el Vararte Café Cultural (Chile # 1230, Ciudad Mendoza, Argentina), la exposición “Amor y Fantasía” (nombre inspirado en la frase de Andy Warhol: “La gente se complica su vida con fantasías. Sin fantasías no tendríamos problemas porque aceptaríamos lo que fuera. Pero en ese caso no existirían romances, porque el romance consiste en encontrar tu fantasía en gente que no la cumple.”). La muestra estará expuesta durante dos meses.
Carolina a expuesto 11 obras en formato A3 y 2 en formato A4, con la técnica  del collage análogo-digital-análogo. La conceptualización de la muestra se sustenta en su visión en torno al amor y la fantasía. Ella explica que: Estos conceptos intangibles conforman gran parte del universo de la mente de la mujer enamorada, nutriendo sus pensamientos a cada momento, despertando en ellas deseos, sentimientos y emociones. Son el motor que movilizan el alma, y despiertan la ilusión que nos mantiene vivas; recorren todo nuestro cuerpo y nos hacen sentir que todo es posible, que no existen límites. Mi deseo es poder exponer mis trabajos, presentados en series de tres piezas únicas, intervenidas sobre papel algodón, poniendo en valor la realización de cada pieza, de forma análoga, digital y análoga nuevamente.
Nombre de las obras expuestas: El ideal. Yo por vos me como una sandía envenenada. Mío. Suspendida en tus puntos. Bienvenido a mis sueños. Esperando al amor. Tenés la cabeza llena de pajaritos. Lo quiero. La invención. Sí, quiero. Sing with me. Un sueño de amor nos espera. Pies para qué los quiero...
Trabajó recientemente (octubre 2013) en un proyecto de serigrafías realizadas con la técnica de collage, sobre el emblemático Italpark, junto al artista plástico y multidisciplinario Claudio Roncoli, en su taller de Buenos Aires.
A Carolina Fatozzi le habita el alma una niña de mil años, enamorada de la imagen y los colores con los que un día se le sincretizaron el norte y el sur por dentro de su pecho. En México muchos la recordamos como una mujer aromada entre la menta de las peperinas de su tierra y la yerbabuena de México, su patria por adopción. Espero que pronto regrese a Pachuca; ese día habrá fiesta con vino y tequila, con cuartetos de Mendoza y huapangos de esta tierra que la añora.
Jamädi…

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