viernes, 30 de mayo de 2014

Mí Café Tacuba

Lo primero que quise ser en la vida fue músico. Recuerdo que en esos avatares infructuosos me inscribí en la Escuela Libre de Música, a unas cuadras del metro Sevilla. Entre las clases de solfeo y las de instrumento, alguien puso en mi mano un volante para ver a un tal Café Tacuba en la explanada de la delegación Cuahutemoc. —¡Son buenísimos!—, dijo una voz en el pasillo arremolinado de gente. 

Verlos por primera vez fue una revelación. ¿Cómo era posible que un grupo de rock usara un contrabajo? ¡Peor que eso! ¡Una melódica! Yo lo aporraba en la secundaría y no lograba sacarle más que el "Himno a la Alegría". Café Tacuba siempre me sorprendió. Al menos hasta el "Unplugged" con MTV. Cuando miré el show por televisión quedé fascinado, tanto, que me duró hasta que el disco apareció. 

Nadie en este país puede decir que no escuchó, o le ha gustado, en algún momento Café Tacuba. Su "pa-pa-ru-pa-pa-eu-eu" es un tatuaje musical en la memoria de cualquiera que se diga melómano y tenga alrededor de 40 años.

Felicidades por un cuarto de Siglo a los "Tacubos". Se lo han ganado.

¡INGRATA!


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