En este libro hay
dos personajes que conviven, que lo habitan. Él, un escritor consumado a quien
de niño su padre le leía aquella historia de Edmond preso en If de Dumas; ella,
una incipiente escritora, adolescente que en una cena en casa de sus padres
conoce al primero. Él, autor de novelas, guiones cinematográficos y una obra
literaria que le valdría el mote de “el Hemingway mexicano”; ella, cercana
alumna del primero que alimentó su amor por la literatura, por el ejercicio de
la escritura. Él, es el sujeto; ella es quien cuenta su historia, una parte,
tal vez, la más importante, la última parte de su historia.
“Señor mío y Dios
mío. Ricardo Garibay: la fiera inteligencia” de Alejandra Atala es el primer y
más importante texto escrito sobre la vida de Ricardo Garibay, cuya obra,
poderosa y de altos vuelos es un referente primordial de la basta literatura
hidalguense.
Se trata de una
suerte de diario que comienza casi un mes antes de la muerte de Garibay,
ocurrida el 3 de mayo de 1999 y concluye un par de meses después del acaecido
el fallecimiento. En él , Alejandra Atala explora su historia junto a Garibay,
desde los inicios del “maestrazgo” –como ella le llama a esa complicidad
maestro-alumna–, los libros que don Ricardo le prestaba para leer y las charlas
que de esas lecturas resultaba, alimentando en todo momento las ganas que la
chica, en ese entonces adolescente, sentía por el arte de la literatura.
El título del
libro hace alusión a la frase más recurrente de Garibay cuando, según nos
cuenta su alumna, develaba un misterio, se asombraba o se sentía profundamente
afligido por algo. Es a partir de ese capacidad de asombro que Ricardo Garibay
nunca perdió desde donde pudo construir una obra literaria basada en las más
profundas pasiones humanas, buscando siempre en ellas la belleza, no importando
lo horrible de su naturaleza.
Garibay quería
tocarlo todo con las letras, tal vez por ello Alejandra Atala trato de
sostenerlo cuando se había ido, escribiendo sobre él. Las anécdotas van más
allá de la enseñanza y la guía que don Ricardo significó para Alejandra, sino
que también exploran su amistad, una amistad que trajo consigo buenos y malos
momentos, que enfrentó a la autora a sus propios miedos y fantasmas pero que
también le permitió exorcizar los obstáculos que la literatura, es decir la
propia vida, le iba poniendo. A la postre Alejandra se convertiría en su nuera,
pero también en su confidente y en la única que podría escribir sobre él desde
dentro del mundo construido por el propio Garibay. Aquí dentro están los
encuentros y desencuentros de dos seres que compartieron una misma pasión, la
“urdimbre literaria” y que lograron un compenetración prácticamente perfecta,
pues todos los obstáculos que pudieron evitarlo (incluido el amoroso), estaban zanjados.
Sin embargo, este diario termina siendo, sin remedio y con virtud, una
conmovedora historia de amor.
Pero, ¿por qué
narrar la historia toda en el final? La autora reflexiona mucho sobre esto y
concluye que es el momento preciso: Según
veo, nunca se está más cerca de la vida que cuando se está cerca de la muerte.
Esta nueva
edición, publicada con mucho atino por el Consejo Estatal para la Cultura y las
Artes de Hidalgo en 2013, nos permite a los lectores hidalguenses, conocer este
maravilloso texto, escrito con pulcritud y un lenguaje cultísimo con el que la
autora nos regala una vista profunda de las obsesiones garibayescas: la
nostalgia, la melancolía, la sed del amor, pero también el rigor que para
Garibay exigía la literatura, el honor de escribir sin mentiras y si no mejor
no escribir, el compromiso con el lenguaje pero también con las emociones
humanas, la entrega literaria como la entrega amorosa, la cual Ricardo Garibay
cumplió a cabalidad convirtiéndola en su “Beatrize” como Dante en la Divina
Comedia.
Y es que, como
bien señala Alejandra en este libro, la vida de Garibay “se tiende sobre su
obra”, leerla es conocerle, es disfrutarle, pero sobre todo es reconocerle como
uno de los autores más importantes de la literatura hidalguense y, por ende, de
la literatura mexicana del siglo XX.
Publicado en la sección Cultura de El Sol de Hidalgo, el jueves 29 de octubre de 2015.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario