jueves, 31 de enero de 2013

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José Manuel Solá
Toda una multitud: tres ángeles de alas caídas, un emir sobre un caballo
blando inquieto, un niño etíope que caza mariposas azules, una mujer
descalza que se parece a la madre de Jesús, un gringo que se asoma por
encima de un tanque de guerra oxidado, un anciano tuerto que pasa la
vida contando las estrellas y sonríe, un verdugo encapuchado que vende
boletos de la suerte... y tú, desnuda en esta noche en el desierto, al lado
de un cántaro de vino...
Todos me obsevan, callan, me saludan tan sólo con la mano y con los ojos...
El silencio se posa como un ruiseñor sobre mi hombro y yo lo observo
quietamente y le susurro: "...espera..."

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