jueves, 7 de junio de 2012

No han visto las estrellas

Ray Bradbury
No han visto las estrellas,



ni una, ni una siquiera


de todas las criaturas de este mundo


en todas las edades desde que las arenas tocaron


/por primera vez el viento


Ningún animal, ni uno siquiera


entre todos los animales se ha parado


en pradera, en llano o en colina


y ha conocido la emoción de ver esos fuegos;


nuestras almas admiran lo que ellos nunca, nunca


/conocieron.


Millones de años que giran las esferas


pero ni una sola vez en todos esos años


un león, un perro, un pájaro que hiende los aires


ha mirado eso. ¡Oh, Dios! ¡Las estrellas!


¡Ninguno ha mirado!


Como si el tiempo todo nunca hubiera sido,


ni Universo, ni Sol, ni Luna o simple luz de la mañana.


La tragedia de ellos fue muda y ciega. Aún lo es.


/¿Nuestra vista?


Sí, ¿la nuestra? Saber ahora lo que somos.


Pensar en esto y después elegir: y ahora… ¿qué?


Nacer en la áspera Tierra, habitar un escenario, que,


con todo lo que contiene, apenas visto queda


/borrado, obnubilado


como si todos estos milagros nunca hubieran sido.


¿Vastos remolinos de sonora luz, de fuego y hielo,


apenas vistos y ya perdidos?


¿Y nosotros, con nuestra carne frágil y los nuevos


/ojos de Dios


que se elevan y abarcan e indagan los cielos?


Contemplamos las estaciones sucediéndose en la


/marea lunar


y conocemos los años, recordando lo que ha


/muerto.


Oh, sí. Tal vez hubo pájaros que algunas noches


sintieron que Orión se levantaba y afinaron el vuelo


virando al sur,


porque hay mapas de estrellas grabados en sus


/dulces sueños de amor,


y así parece.


Sí, pero ¿ver? ¿ver y conocer realmente?


Y, al conocer, querer tocar esos fuegos,


crecer hasta que la poderosa frente del alto hombre


/de Lamarck


domine los terremotos, golpee la Luna,


se extienda hasta Marte y los anillos de Saturno;


y mientras crece aspire a enseñar


a las demás criaturas


a volar con sus sueños y no con viejas alas.


Pensad en esto, pues. ¡Somos los primeros! Los


/únicos.


a quienes Dios ha honrado con sus soles que


/surgen.


Para nosotros los dones: Aldebarán, el Centauro,


/nuestro vecino Marte.


Despertaos, dice Dios. Mirad eso. Id por ellas.


Las estrellas. Oh, Dios, muchas gracias. ¡Las


/estrellas!

 


Traducción de Patricio Canto. Tomado del libro: Ray Bradbury/Aldo Sessa. FANTASMAS PARA SIEMPRE. Luis de Caralt Editor. S.A.

1 comentario:

  1. Muchas gracias Abrahanm, por compartir toda la sensibilidad de Ray poeta, un sol que supo ver mas lejos.

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