sábado, 16 de abril de 2011

Invicto

William Ernest Henley




Más allá de la noche que me cubre


negra como el abismo insondable,


doy gracias a los dioses que pudieran existir


por mi alma invicta.


En las azarosas garras de las circunstancias


nunca me he lamentado ni he pestañeado.


Sometido a los golpes del destino


mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.


Más allá de este lugar de cólera y lágrimas


donde yace el Horror de la Sombra,


la amenaza de los años


me encuentra, y me encontrará, sin miedo.


No importa cuán estrecho sea el portal,


cuán cargada de castigos la sentencia,


soy el amo de mi destino:


soy el capitán de mi alma.




(desconozco el nombre del traductor)

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