viernes, 31 de mayo de 2019

Tumbar los premios, un síntoma

Parecería difícil de creer, que un gobierno con el espíritu de la renovación esté cometiendo tantas pifias. Lo más lamentable es que estos equívocos estén multiplicándose en el ámbito de cultura, uno de los sectores que por tradición podrían reflejar un verdadero cambio en las políticas “liberales”.

Primero, muy al inicio del sexenio, la designación del gran Mario Bellatín al frente del FONCA prometía una mejora. La esperanza duró poco y metió al Fondo en un berenjenal burocrático del que todavía no sale. Después, la reducción en el monto de algunos premios. Ahora, el embate es contra al menos cuatro de los Premios Bellas Artes de Literatura; lamentablemente, un embate desde dentro.

El escandalo se destapó cuando fue filtrado a los medios de comunicación un archivo digital conteniendo los datos de todos los participantes inscritos hasta ahora. Según las especificaciones de cualquier concurso, las plecas con los datos personales de los concursantes no son abiertas, sólo se apertura la del o los ganadores según sea el caso, pero el resto es destruida sin conocer el contenido.

No hay concurso respetable que funcione de otra manera, por lo tanto, no fue un error inocente de un neofuncionario “cuatrotero” que no sabía que eso no se debía hacer; no es creíble una excusa como esa. ¿Cuál es entonces el trasfondo de la violación de protocolo? ¿Encontrar “intelectuales conservadores”, creadores beneficiados en el sexenio anterior, simpatizantes de la cultura “fifí? ¿A quién o quienes beneficiaría el compilar los datos de los aspirantes antes de determinar un fallo? A una camarilla de “renovadores” insulsos y ocurrentes.

Hasta el momento de escribir estas líneas, el INBA había reconocido la apertura de plecas de los siguientes galardones: el Premio Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada, el Premio Bellas Artes de Novela José Rubén Romero, el Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí Amparo Dávila y en los estados correspondientes, Campeche, Michoacán, Oaxaca y San Luís Potosí, determinaron no hacer valido el proceso de registro de obras y hasta el 29 de mayo. Pero, ¿Qué pasará ahora? ¿Se podrán volver a inscribir los que ya habían ingresado sus trabajos?

Estos premios significan la mitad de los que están convocados por el INBA y que exigen a los participantes el uso de seudónimo para conservar la imparcialidad del resultado. ¡La mitad! Tres de seis. De por sí, los concursos literarios despiertan sospechas e inconformidades por naturaleza. Ahora, terminarán por caer en el descrédito, al menos aquellos convocados por la máxima autoridad cultural del país.

El daño colateral de todo esta será, lamentablemente y sin que podamos evitarlo, la propia literatura; maltrecha y prostituida.

Este hecho es tristemente el reflejo de lo que ocurre en todo el gobierno federal. Están tirando al inodoro la gran oportunidad de la izquierda mexicana. No unos meses de gobierno, no un sexenio, no una serie de proyectos de inversión (lo cual, por supuesto, ya es grave), sino una oportunidad que costó más de un siglo concretar; no se estaba peleando desde el 88, ni siquiera desde el 68, se estaba buscando desde la Revolución. ¿La historia los absolverá? Lo pregunto con pesar. Ojalá se rectifique.

Paso cebra
Es mi oportunidad de felicitar a todos mis compañeros de diario por los 20 años de Síntesis Hidalgo. Es un privilegio compartir páginas con todos aquellos que colaboran en este periódico que abrió el mercado periodístico en Hidalgo. Un abrazo especial para Georgina Obregón y Mónica Hidalgo, gracias por tolerar mi volubilidad escritural; gracias de verdad. ¡Felicidades!

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