lunes, 8 de diciembre de 2014

Renovada, la Biblioteca Sor Juana de Tulancingo


José Vergara Vergara, director general del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, encabezó la ceremonia de reapertura de la Biblioteca Pública Regional Sor Juana Inés de la Cruz del municipio de Tulancingo, a la que se le aplicaron diversos trabajos de restauración para hacerla un espacio más digno y dotarla de mejor distribución y un manejo más dinámico.

Con una inversión total de 1 millón 260 mil pesos (recurso federal 660 mil, estatal 300 mil y municipal 300 mil), se atendieron los problemas que se presentaban en el techo: los arreglos consistieron en la fumigación, cambio y reparación de vigas, limpieza del domo del patio central, cambio de lámparas, restauración de la puerta principal, consolidación de uno de los muros, aplicación de pintura interior del edificio, mantenimiento a las puertas y ventanas de madera, además de la rehabilitación y reparación de los sanitarios y de la instalación eléctrica e hidráulica. 

Asimismo, Vergara dio a conocer que la aplicación de pintura al interior del edificio fue costeada por el ayuntamiento, así como los arreglos necesarios en la instalación eléctrica para poder distribuir las cargas dentro del inmueble.

En cuanto a equipamiento, se sustituyó la totalidad del mobiliario de la sala infantil, considerando mobiliario confortable, ergonómico y que le diera una nueva imagen a la biblioteca. Se adquirieron equipos (computadora, escáner e impresora braille) y programas que permitirán la traducción e impresión de textos al Braille para ser leídos por personas ciegas o débiles visuales.

Con recursos adicionales del Programa de Mobiliario básico para bibliotecas públicas 2013 se adquirieron nuevas mesas, sillas, sillones y el módulo para emitir credenciales. 

Asimismo, en cuanto a servicios, el director del Cecultah informó que el proyecto no sólo consideró los trabajos de restauración, rehabilitación y de imagen, también incluye un nuevo esquema en los contenidos de los servicios, por lo que en el corto plazo se ofrecerán servicios y actividades para personas ciegas, tales como consulta a través de internet, impresión de documentos en Braille, uso de los programas de office y lector de voz para poder acceder a cualquier libro de la biblioteca; así como la impresión de credenciales para los usuarios que hacen uso del préstamo a domicilio, además de las actividades contempladas en el programa anual como son los talleres de lectura, escritura, alfabetización tecnológica para adultos mayores, presentaciones editoriales, conferencias y narración oral.

Vergara explicó que la necesidad de una sala Braille surge porque en el municipio de Tulancingo hay mil 609 personas débiles visuales, y tan sólo en la cabecera municipal son 519 personas.

Agregó que se aplicaron métodos de automatización, pues el catálogo de libros de la biblioteca se encuentra disponible en línea accediendo a través de la página. La colección consta de 11 mil 537 ejemplares y un acervo digital de 3 mil documentos; la colección infantil es de mil 746 ejemplares y la colección general de 9 mil 791.

Para finalizar, refirió que anualmente este recinto cultural atiende un promedio de 35 mil personas, y estimó que con los nuevos servicios que ofrecerá la biblioteca se duplique la cantidad.

viernes, 21 de noviembre de 2014

"Gallos salvajes" una tragedia mexicana, se presenta en el Romo


 El Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo presentará la puesta en escena Gallos Salvajes, los días viernes 21 y sábado 22 de noviembre, con un horario de las siete de la noche. El lugar será el Teatro Guillermo Romo de Vivar de la ciudad de Pachuca de Soto.
La obra es una adaptación de Abraham Chinchillas al texto original de Hugo Argüelles. Las actuaciones son de Francisco Meléndez, Marcos Celis y Mundo Espinosa, dirigidos por Daniel Rivera Rubio, todos ellos integrantes del grupo teatral pachuqueño La Ley de Herodes.
Los gallos es una reflexión sobre la sociedad mexicana construida como un gran mosaico, en el cual conviven con sus demonios y sus ángeles, las antiguas tradiciones y la modernidad. En Los gallos, como en México, se plantea la tensión entre el cacique y el universitario, entre el mundo urbano y el mundo rural, entre viejas y nuevas generaciones, entre las distintas y posibles formas del amor humano.
 Daniel Rivera Rubio es actor egresado de La casa del teatro, trabajó en la Compañía Nacional de Teatro en Santa Juana de los mataderos. Fundador del grupo teatral El Regreso de Ulises, con quien realizó los montajes Curiosos hábitos sexuales en algunas especies en extinciónCinco balas en la ciudad de los palaciosHamlet o de cómo empezó a no ser HamletEl rapto de Lucrecia y otras.
Francisco Meléndez es egresado de la Licenciatura en Arte Dramático de la UAEH. Becario del FOECAH en 1997 con “Cuatanas Caballo Negro” y participó en la primera emisión de Programa Nacional de Teatro Escolar Hidalgo 2000 con la obra No siempre lo peor es cierto, dirigida por Ricardo Ramírez Carnero. Es docente del Área de Teatro e Integrante de la Compañía de Teatro del Centro Cultural Universitario de la UAEH desde su fundación hasta la fecha.
Mariano Acosta es actor integrante de la compañía de teatro de la UAEH y con el grupo Dime Teatro actúa y dirige El muerto todito.
Marcos Celis ha participado como actor en montajes profesionales como: "El Santo vs. El Santo" Dir. Gabriela Flores; "Macbeth" y "Mi General Felipe Ángeles" Dir. Armando García; "Al Pie de la Letra" Dir. Emanuel Papadópulos; "La Fé de los Cerdos" Dir. Victor Salinas García; "Idiotas Contemplando la Nieve", entre muchos más.
Mundo Espinoza es egresado de la Universidad Veracruzana. Becario del FOECAH. Se ha presentado en festivales nacionales e internacionales. Ha participado en cortometrajes independientes y televisión, y ha impartido talleres de actuación, entrenamiento actoral y expresión corporal.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

José Guadalupe Posada, expuesto en El Cuartel del Arte


A partir de este jueves 22 de noviembre, se exhibirá en Pachuca la obra del que se considera el grabador más importante y quien aportó mucho al imaginario colectivo de nuestro país: José Guadalupe Posada, con la exposición Cultura popular y misticismo. La inauguración será a las 19:00 horas en El Cuartel del Arte. 

Se trata de la colección del Museo José Guadalupe Posada, que llega a la capital de Hidalgo gracias a la colaboración entre el gobierno del estado, por medio del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, y el Instituto Cultural de Aguascalientes.

Cultura popular y misticismo permanecerá abierta al público de martes a sábado de 10:00 a 18:00 horas, y los domingos de 10:00 a 15:00 horas. La curaduría y museografía está a cargo de Gina Cruz.

A través de la producción plástica, que aún permanece hasta nuestros días, es que se pretende dar cuenta de la versatilidad y actualidad de la vasta producción de grabados, ilustraciones y caricaturas de José Guadalupe Posada. Tomando en cuenta que ilustró cualquier tema que cayera en sus manos desde el más religioso hasta el más escandaloso. Sin olvidar su interpretación particular sobre el mundo que le tocó vivir, una visión apocalíptica y devastadora que se contraponía a la imagen progresista y racional del gobierno de su tiempo, dando como resultado su personaje más famoso rebautizada por Diego Rivera como “La catrina”.


José Guadalupe Posada nació en Aguascalientes, Aguascalientes el 2 de febrero de 1851, uno de los cinco hijos de Germán Posada y Petra Aguilar.

Grabador mexicano, famoso por sus estampas y litografías populares de temática social y por su personaje más famoso la muerte. José Guadalupe Posada desempeñó su propio predicamento estético y da fe de su empeño en realizar una imagen propiamente mexicana.
Poseía un talento natural para el grabado, no sin haberse visto obligado a superar una empecinada oposición familiar, su padre le permitió ingresar, a los dieciséis años, en el taller profesional de Trinidad Pedroso, reconocido maestro de quien aprendió los principios, métodos y secretos de la litografía. En estos primeros años de aprendizaje, el joven Posada manifestó una facilidad innata para la caricatura, de tal modo que su mentor logró introducirle en el mundo del periodismo y de la prensa gráfica como dibujante, y logró publicar sus primeras viñetas en el periódico El jicote (1871), cuando acababa de cumplir los diecinueve años.

José Guadalupe ganó una plaza de maestro de litografía en la Escuela Preparatoria de León. A esta ciudad del estado de Guanajuato se había trasladado, en compañía de su maestro, en 1871. Fue profesor durante cinco años, aunque compartió la actividad didáctica con lo que le gustaba en realidad: la litografía comercial –textos de anuncios y carteles– y la impresión de imágenes religiosas.

Las graves inundaciones que asolaron León en 1888 le obligaron a trasladarse a la Ciudad de México, donde le hicieron rápidamente ofertas para trabajar en distintas empresas editoriales, entre ellas la de Irineo Paz. Allí elaboró cientos de grabados para numerosos periódicos: La Patria Ilustrada, Revista de México, El Ahuizote, Nuevo Siglo, Gil Blas, El hijo del Ahuizote, por mencionar algunas. Su nombre cobró una fama inesperada y su cotización se disparó, alcanzando cimas que pocos meses antes le habrían parecido inimaginables. Esta repentina bonanza económica le permitió abordar una serie de experimentos gráficos que culminaron con la exitosa utilización de planchas de zinc, plomo o acero en sus grabados.

Su primer taller estuvo en la calle de Santa Teresa (ahora Guatemala) y después se cambió al número 5 de Santa Inés (actualmente Moneda).

A partir de 1890, sus trabajos gráficos ilustraron las publicaciones, de carácter nacionalista y popular, del impresor Antonio Vanegas Arroyo: historietas, liturgias de festividades, plegarias, cancioneros, leyendas, cuentos y almanaques, destacando La Gaceta Callejera y las hojas sueltas que incluían imágenes e información resumida de carácter diverso sobre "acontecimientos de sensación".

martes, 18 de noviembre de 2014

Borrador imperfecto de las cosas que amo

José Manuel Sola
Me gusta la alegría de los que cantan a mi lado o de lejos.
Me gusta la alegría de la gente enamorada de la gente
y  me enamoro de la gente que pasa cargando sus banderas a plena luz del día
y me gusta ser pueblo.
Me gusta la gente que da abrazos y besos de corazón y te llaman hermano.
Me gustan los que ríen bajo la lluvia y danzan y juegan con sus perros.
Me gustan los que comparten su agua, su café
y los poemas de los otros como si fueran un pan recién horneado.
Me gusta la gente que escribe cartas a mano, sobre papel, por amor a la vida.
Me gusta la alegría del que siembra con los dedos olorosos a tierra,
el que celebra el verde de los árboles y canta a la semilla su esperanza.
Me gustan los ancianos que celebran la flor en la ventana
y los que cuentan cuentos,
los que saben tu nombre de memoria
y ríen felizmente cuando les da la gana.
Me gustan las mujeres artesanas que pintan girasoles en las manos de Dios,
las que pintan caricias que llegan hasta el alma,
las que amamantan niños y besan sus cabellos en medio de la plaza.
Me gusta todo el mundo,
la guitarra y el vino.
Y me gusta esa gente inolvidable que te regala un sueño
y que luego se va como si nada....
Me gusta la alegría del que dice
que hay un mejor mañana y se va y lo construye con las manos heridas.
Me gusta amanecer enamorado de lo que trae el día que comienza.
el mantel limpio y los zapatos viejos,
la camisa olorosa con todos los remiendos
y me gusta la pluma con que mi padre escribía las cartas.
Me gusta irme de fiesta con todos mis amigos y con la libertad de los que aman,
con los que no se creen mejor pero tampoco menos
y que tiran al viento sus besos en bandadas:
me gustan los que se ríen de los envanecidos y de los poderosos y
del capitalista que se cree que manda.
Me gusta la alegría del que cría a sus niños,
les reza mansamente a la hora del sueño
y defiende la puerta de su casa.
Y me gusta y celebro la pobreza
de los que tienen limpia el alma y la alegría
y llevan por bandera su más limpia mirada....

18 de noviembre de 2014

miércoles, 12 de noviembre de 2014

De lloronas y charros negros…

Emiliano Páramo

Por el recuerdo de mejores días de muertos, sentados a la mesa con chocolate caliente, para escuchar los cuentos de espantos de la boca de mi abuela, van estos dos tal como los recuerdo desde la cercana palabra de mis mejores muertos:

Los Charros del Puente
Hace ya muchos años, los músicos de la orquesta de los Mejía, regresaban de tocar, ya muy tarde, de una fiesta en el pueblo de Tasquillo; venían a lomo de mulas y algunos caballos prestados por los mayordomos del lugar. Las botas de pulque y las botellas con que habían sido obsequiados en el agasajo, hacían más soportable la boca de lobo que era el camino de regreso a Ixmiquilpan. Venían eufóricos, cantando y silbando marchas y tonadas románticas de aquellos años.

Pasaron las últimas casas de La Otra Banda, cuando alcanzaron a divisar un extraño resplandor camino del puente viejo. Al llegar a la curva que desemboca en el río, vieron que en la ribera había una muy animada fiesta de charros, a la que sólo le faltaba la música viva. Había en el jolgorio, gente de apariencia respetable y apuesta: puros señores elegantes, de finos trajes e impecables maneras. Uno de estos señores, al mirarlos pasar, se acercó con la intención de contratarlos para animar el festejo. Al acordar la paga, los músicos comenzaron a tocar; y en ese momento apareció, de nadie sabe dónde, un grupo de muy distinguidas y bien vestidas señoritas, que rompieron el baile con los charros aquellos.

Después de estar tocando por espacio de una hora, sin descansar, uno de los músicos, se dio cuenta de que, tanto las muchachas como los charros aquellos, tenían patas de chivo, como las que dicen que tiene el diablo; asustado por lo que sus ojos miraban, soltó su instrumento, se santiguo y gritó: ¡Ave María Purísima! Al instante, los charros, las muchachas y la fiesta entera desaparecieron. Del Susto, los músicos perdieron el conocimiento; dicen que fueron a aparecer en la madrugada del 2 noviembre de 1930, todos golpeados, revolcados y sin instrumentos, allá por el rumbo de San Nicolás.

Por eso hay que tener cuidado; dicen que los charros aquellos se aparecen de noche, en una carreta, y que preguntan por una banda que toque recio, para animar unas fiestecitas, que de vez en cuando, se suelen organizar en el pedacito de infierno que colinda con el barrio de La Otra Banda, justo en la orilla norte del puente viejo.

La Llorona
Cuentan los que saben de esto, que hace muchos años en el bario de La Otra Banda, vivía una familia, a la que podríamos llamar normal, común como es el caso de muchas por acá; hasta que un día, llegó a vivir al pueblo una mujer de rara belleza. Nadie sabía de donde había llegado, pero desde su arribo, causó el escándalo entre las damas respetables, por su forma de vestir, de caminar y de mirar; pero sobre todo, por lo que provocaba en los hombres.

Don Camilo, el señor de la familia en cuestión, quedó prendido de la recién llegada, desde la primera vez que la vio, cuando pasó frente a la milpa que trabajaba, en la orilla del camino que lleva a Panales. Ella lo enamoró de una mirada sola. Dicen que echaba lenguas de fuego por sus pupilas, y que cuando caminaba no tocaba el piso.

Don Camilo y la mujer aquella, tenían sus amores en lo escondido de las veredas y las milpas que dan al puente. Cuentan que, puesta al tanto por las habladurías de la gente, Doña Blanca, esposa de Camilo, tomó a sus dos hijos y agarró camino con la intención de caerles con las manos en la masa. Detrás de una nopalera los encontró; cegada por la rabia, corrió con sus hijos hasta el puente, y desde lo alto, los arrojó, ante la mirada atónita de su marido y la risa macabra de la fuereña. Unos arrieros que por ahí pasaban, alcanzaron a ver cómo Doña Blanca se arrojaba detrás de sus hijos a las aguas del río, mientras Camilo corría como loco entre la nopalera. Nunca se supo más de él, ni de la fuereña. Pero cuentan que por las noches, se oye a Doña Blanca gritar por sus hijos, mientras busca venganza entre las mujeres de falda corta y zapato ligero, y los hombres que como gatos tragones, teniendo carne en casa, sale a buscar ratones.

Tengan cuidado si la escuchan; escóndanse, póngase la camisa y los calzones al revés, encomiéndense a la Virgen de San Juan, y guárdense bajo 7 candados y una palma bendita. Pero si la ven, pierdan toda la esperanza, es seguro que la madre de ustedes, tendrá que penar como ella, gritando por las noches: ¡Ay, mis hijos...!
 
Para Zyanya Mejía Nambo

martes, 11 de noviembre de 2014

Inauguran muestra fotográfica de Manuel González de la Parra "La sigilosa mirada"




La sigilosa mirada es el título de la exposición del fotógrafo Manuel González de la Parra, que se inaugurará el próximo viernes 14 de noviembre en la galería José Hernández Delgadillo del Foro Cultural Efrén Rebolledo, a las siete de la noche.

La exposición presenta la visión y la sencillez entrañable de sus retratos, los cuales describen a un artista que en primera instancia busca la dignificación de sus sujetos sobre la prioridad estética. Sus temas definen a un fotógrafo comprometido con los territorios donde hizo registro, recorriendo rutas fascinantes de la geografía veracruzana, exhortando a soslayar la vista de las condiciones poco favorables y poner atención en las cualidades humanas plasmadas en momentos cotidianos o solemnes, en fiestas patronales o durante una jornada.

Esta exposición distingue tres momentos de una trayectoria donde es notable la evolución del ojo fotográfico: las imágenes precedentes dan cuenta que la intención documental era inherente desde los días de estudiante en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana; el encuentro con Nacho López en sus años de formación fue decisivo para determinar el rumbo de su oficio. El imaginario veracruzano expone un mosaico territorial y antropológico entre serranías, tierras bajas, esteros y las personas que los viven, con resultados que pueden insertarse en la tradición de la escuela mexicana de fotografía.

La sigilosa mirada de Manuel González de la Parra es una iniciativa por mantener vigente la convivencia con este fotógrafo, a través de las miradas cómplices, sonrisas infantiles o paisajes evocando el disfrute del silencio. Cada una de estas imágenes conserva un fragmento de la personalidad de un hombre excepcional que supo reflejar visiones intimistas en instantes universales.

Y es que el sigilo como silencio cauteloso es el motivo descubierto en el trabajo fotográfico de Manuel González de la Parra. A partir de su deceso en diciembre de 2012, la realización de esta muestra es el primer ejercicio de aproximación al archivo generado en 37 años de oficio. 
La intención es señalar el crecimiento empírico de un observador nato que encontró en la fotografía la manera más eficaz para comunicarse.

Manuel González de la Parra nació en la ciudad de Cotija de la Paz, Michoacán, en 1954, pero residió desde 1972 en Xalapa, Veracruz. Estudió en la Facultad de Artes de la Universidad Veracruzana con los maestros Carlos Jurado, Nacho López y Adrián Mendieta, en una época de especial efervescencia en las artes plásticas y escénicas en la capital veracruzana. A partir del año 1978 inició a trabajar como fotógrafo en la Universidad Veracruzana, labor que le permitió recorrer el estado con el fin de registrar de modo documental varios proyectos que precisaban de soporte visual, como publicaciones de corte antropológico, científico y artístico. Falleció de manera inesperada el 13 de diciembre del 2012.


lunes, 10 de noviembre de 2014

La BCEH conmemorará el Día Nacional del Libro


En el marco del Día Nacional del Libro, que se conmemora cada 12 de noviembre, la Biblioteca Central del Estado de Hidalgo “Ricardo Garibay”, celebra este día con una presentación editorial simultánea en la sala infantil y Sala Fondo Hidalgo.

Se trata de los libros La alimentación, de Jorge Armando Barriguete Meléndez,   y Cuentos para una noche de insomnio de Jorge A. Estrada.

En punto de las 12:00 horas, Jorge Armando Barriguete presenta La alimentación, en compañía de Luis Enrique Ata Ximello en la Sala Fondo Hidalgo. 

Esta obra nos ayuda a entender a la alimentación, primero como una experiencia de vida y como una conquista de varios miles de años en la evolución humana; después, al perder el control sobre la misma, como un detonante  de altos índices de padecimientos crónico-degenerativos, consecuencia  de malos hábitos alimentarios, el sedentarismo y una profunda problemática emocional. Además, este libro también explica claramente a qué se deben los trastornos de la alimentación como la bulimia y anorexia, entre otros temas. 

A esa misma hora, pero en la sala infantil, se presenta Cuentos para una noche de insomnio, del autor Jorge A. Estrada. Participa la actriz Beatriz Valdés Rabling.

Temática: Por alguna misteriosa razón, en este cuento nadie puede dormir; por eso sus habitantes después de haber probado todo tipo de remedios (tomar baños de luna, beber vasos de leche o contar ovejas), se reúnen en un parque  para atraer al asustadizo sueño. Ahí deciden relatar cuentos raros, de sabores, tiernos, oxidados, dislocados y esponjosos. Poco a poco todos irán cerrando los ojos, quizá cuando despierten no recuerden si todo fue una ilusión o inventaron extraordinarios relatos que cualquier insomne puede crear.

Respecto a la celebración de esta fecha, el libro es considerado un instrumento de transmisión cultural en la historia de la humanidad que aún incluso con las nuevas tecnologías, sigue siendo una herramienta fundamental para el desarrollo de cualquier persona o sociedad. 

Cada 12 de noviembre se celebra en México el Día Nacional del Libro, instituido por decreto presidencial en 1979, en el marco del nacimiento de la poeta mexicana Sor Juan Inés de la Cruz, defensora al derecho de leer, figura entregada a la lectura, los libros y el fervor por el saber.

martes, 4 de noviembre de 2014

Cántame antes de que todo acabe…

Emiliano Páramo

El sábado murió Jacinto Mora… Cuando esperábamos en el hospital a que entregaran el cuerpo, me acerqué para abrazar a sus padres y no atiné a decir algo que realmente no sobrara. A nuestros amigos en común, tampoco pude decirles alguna palabra que sirviera para el momento. ¿Quién realmente puede? Siempre me he sentido un inútil en estos casos: no sé qué decir ni cómo actuar. Algunas veces, cuando mi gente se va camino de la tumba, no hago sino quedarme encerrado en casa, mirando la pared, mientras un nudo gordo me arrincona la garganta. ¿Qué pensarán los que sí fueron? ¿A caso me creerán un ingrato que no quiso acompañarlos?

Esta vez tampoco fui al entierro, pero estuve ahí cuando en la funeraria lo dejaron dispuesto para la caja, aunque no quise mirar a Jacinto así; nada me habría repuesto del dolor, de la impresión de verlo de un modo diferente al de la última vez que lo visité: delgado, sí, pero tal vez como siempre. Se veía bien, a pesar de las noticias. Tenía el pelo más corto que nunca, pero le abundaba la urgencia de que el aguijón del cáncer lo dejara regresar a su vida de antes.

Cuando su madre lloraba, alguien se acercó para consolarla, y ahí, en medio de su dolor, dijo: “No lloro por él; él ya descansó. Lloro por mí…” Nunca sabré que hay más allá de la muerte, sino cuando me toque, si hay algo; pero sé bien qué es lo que se queda tras la caída del que se va. Por eso entiendo las lágrimas de los que nos quedamos. Egoísmo, escuché decir alguna vez. ¿Y qué más da si es egoísmo? A ese lugar sin nombre donde se halla el que ha perdido, ¿quién puede venir a cuestionar nuestra congoja? Siempre es por nosotros, es cierto, pero también de eso se trata la vida. Ojalá nunca se tratara de eso la muerte. Hoy que escribo, también es por mí, por el dolor, por la rabia, por ese “no entender” que me carcome los sentidos y me arranca los signos que en los ojos de mis muertos un día brillaron para levantarme.

Hace unos años, mi abuela me contó de la tristeza feroz que le había causado la muerte de Pedro Infante; mis tíos la recriminaron por haberle llorado más que a su propia madre. ¿Qué sabían ellos de ese dolor? Claro que tampoco era por Pedro, era por ella que enviudaba junto a otras miles por toda la república. En el corazón no se manda. Cada uno llora en sus propios modos, a sus muertos, y cada muerto nuestro representa una estocada brutal. Ni siquiera depende de la sangre que nos traba; depende sobre todo de la historia que nos une y nos nombra. Yo lloré la muerte de Mercedes más que la de mamá, y un poco menos de lo que lloraré si Nolo se muere antes que yo; más le vale que no se me adelante, porque entonces nadie sabrá los huapangos que he elegido para que St´aku me despida cantando.

Claro que se trata de mí, del susto que más de una vez me ha puesto la muerte con su acecho; de la rabia que me da que la parca elija para llevarse a mis amigos, antes que a los del presidente. ¿Cómo será sentarse a compartir la mesa y las palabras, ahora que Jacinto no está? ¿Quién va a venir servir café con leche y bolillos tibios, a esta mesa donde reposa su ausencia? ¿Cuántas veces José Alfredo va a cantar sin que a mi amigo se le olvide la letra, desafine y llore por “la que se fue”? Ni “El Rey” compuso una canción que ayudara a transitar los días que han seguido a su sepelio; hoy es él el que se fue, el que no está, el que duele como si nos hubieran matado a todos, pero separados, cercenados, descoyuntados del que fuimos cuando estábamos juntitos y nos reconocíamos en los otros, como si entre todos fuéramos uno, y no sólo la horda de cabrones que jugaban a inventar “el mejor de los mundos imposibles”, mientras entre copas y tabaco la vida se nos iba sin previo aviso, porque nadie nos anunció de fijo el cáncer, la cirrosis o la sobredosis.

Jacinto murió en uno de los escenarios que más me asusta para que ocurra mi propio final: en un cuarto de hospital. Aunque cuando uno muere, ningún espacio alcanza a ser un buen lugar, pero quisiera que cuando vengan a buscarme con un xoloscuitle en la mano, me encontraran cerquita de mis amigos, mis amores y la música de mi pueblo que tantas veces me levantara del desahucio. Por eso, cántame un huapanguito, mi niña, dime unos versos que me convoquen más vida, porque esta cabrona que me queda se me quiere ir de golpe, entre dolor, soledumbre y patas chuecas. Cántame “La Petenera”.

Jamädi…

domingo, 2 de noviembre de 2014

En la BCEH inaugurarán exposición fotográfica proveniente de Israel

>La fotógrafa Aliza Auerbach ofrece una serie de imágenes sobre el hábito de la lectura en su país

 

En la Biblioteca Central del Estado de Hidalgo “Ricardo Garibay” (BCEH),  inaugurarán exposición Readers(Lectores), de Aliza Auerbach, proveniente de Israel, el próximo lunes 3 de noviembre, en punto de las 16:00 horas, y permanecerá en el vestíbulo de este recinto hasta el 30 de noviembre.


Al paso de tres meses en la Biblioteca Nacional de Israel, la cámara de Aliza Auerbach capturó momentos de intimidad entre el lector y el libro, el lector y el espacio de lectura, así como entre la comunidad de lectores y los bibliotecarios, los pasillos, e incluso la cafetería. Readers(Lectores)” son  fotografías que reflejan la diversidad de los usuarios de la biblioteca.


Aliza Auerbach (nacida en Israel) estudió Filosofía y Biblia en la Universidad Hebrea de Jerusalem. Empezó a tomar fotografías para producciones cinematográficas en 1972, al mismo tiempo que incursionó en el fotoperiodismo (publicando sus trabajos en Haaretz, The Jerusalem Post, The New York Times, The London Times, etcétera), y en 1989 se dedicó a la fotografía artística. Sus libros incluyen: The Stone Bird (El Pájaro de Piedra, 1983), Poems of Jerusalem with Yehuda Amichai (Poemas de Jerusalem, con Yehuda Amijai, 1987), Mothers on Earth (Madres de la Tierra, 1997), Women at Work (Mujeres Trabajando, 2003), The Song of the Sea (La Canción del Mar, 2007), y la Trilogia Rishonim- Los Primeros (Pioneers, Pioneros, 1990), Aliya (Immigrants, Inmigrantes, 1992), y Survivors (Sobrevivientes, 2012).


La inauguración es el lunes 3 de noviembre a las 16:00 horas, y contará con la asistencia de Yael Hashavit,consejera política, agregada de prensa y cultura, y Mónica Diner, responsable del Departamento de Cultura de la Embajada de Israel,  además de José Vergara Vergara,director del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, y María Amparo González U. Torres, directora de Bibliotecas del Cecultah.


Este trabajo fotográfico será presentado en la Biblioteca Central del Estado de Hidalgo “Ricardo Garibay”, gracias a la Embajada de Israel, y permanecerá abierta al públicodel 3 al 30 de noviembre.


viernes, 31 de octubre de 2014

Por el Valle

Emiliano Páramo

El Valle del Mezquital es el gran desconocido de la cultura de Hidalgo. A pesar de que geográficamente, esta región comienza a menos de 20 minutos en auto, desde el centro de Pachuca, poco o nada se sabe de su vida cotidiana, sus realidades, sus culturas, sus logros y sus verdaderos desafíos.

La literatura y los medios, se han encargado mayoritariamente de denotar las carencias y los retos del Valle, pero también existe testimonio de sus alegrías y celebraciones; en el Valle, la vida misma es un ritual donde conviven la esperanza y las raíces. Cierto, hay casos como el de “La nube estéril” de Antonio Rodríguez que, a pesar de los más de 60 años que han pasado de su primera publicación, tiene una vigencia irrenunciable desde el crudo escenario de las carencias e injusticias que signa para esta tierra nuestra de cada día. También, desde lo agreste del paisaje y la seca, muchos de los poetas y narradores de acá, no hacen sino escribir de lo que Juan Galván afirma: Quien intente relatar de esto su peso y su memoria, debe ser alguien capaz de extraer de las canículas y de la sed lo que entendemos como la sabiduría de la tierra incorporada a la piel, a la mirada, para hacerla voz, letra escrita que huele a leña de mezquite, a huella de surco asaltada de pronto por una modernidad que se incorpora, dolorosa, al devenir de un territorio que es cada vez más en el olvido, cada vez más mito; es decir, una epopeya de sobrevivencia.

Confesamos y reconocemos ese olvido, pero también celebramos la palabra de los nuestros que, entre la canícula y la incuria, canta y aguanta.

La literatura que se hace en esa tierra y su tradición oral, están íntimamente comprometidas con su día a día; vienen del lugar de su ombligo más viejo, y dialogan con el presente, donde la endoculturización los pone de cara a los espejos y las ventanas de una modernidad asaltada por la migración, los rostros nuevos de la pobreza (que muchas veces ya no es “asunto de centavos”), el dinero que mandan los “norteños” y las cosas que consigue (sus fortalezas y debilidades ante el fenómeno de las remesas), la rabia acumulada, el hartazgo y más abandono aún, en estos pueblos donde les tocó nacer, y donde a pesar de todo, siguen asomándose las raíces y las alas de este nuestro “pueblo en vilo”.

Creo que el deber de los gestores culturales y las autoridades de nuestra entidad, debería ser el de honrar el esfuerzo comunitario de los pobladores del Valle, por mantener su palabra al vuelo y por resistir.

Y sobre todo para que conste, la obra literaria representativa del valle del Mezquital:

A mi juicio, y también al de muchos otros, dentro de lo producido en el Valle, estas son las obras que no sólo representan esta tierra desde los temas que aborda, sino que también encarnan lo más granado de las letras de esta región del Estado de Hidalgo:

Poesía – Canto al Valle del Mezquital – Alberto Avilés Cortez (Poxindeje, San Salvador, Hgo.)
Ensayo – Los otomíes del Valle del Mezquital – Raúl Guerrero G. (Alfajayucan, Hgo.)
Narrativa – La nube estéril – Antonio Rodríguez (El maestro Rodríguez es originario de Portugal, pero su obra, publicada hace 57 años, sigue siendo leída y atesorada, entre otras cosas por la gran vigencia de la historia que relata, al interior de la realidad social e histórica del Valle del Mezquital).
Narrativa – De biznagas y otros nombres – Juan Galván Paulín (Vecino de Ixmiquilpan, Hgo.)
Dramaturgia – No existen textos sólidos y representativos en este género (en y sobre el Valle).
Canción popular – La obra de Consuelo Paulín Rodríguez (Guía y traductora de Antonio Rodríguez en el Valle del Mezquital) compositora de las canciones más populares y emblemáticas de la cultura Hñähñü como: El perro pastor, La Comadrita, La Pastorcita, etc. (Capula, Hgo.)

Ojalá los afanes culturales de estos días nos permita revisitarnos, voltear los ojos y el corazón a lo profundo de nuestras raíces y nos haga mirar hacia afuera, pero “haciendo tierra” en el sitio donde nos “enterraron el ombligo”. Y ojalá que todo esto llegue a los fuereños, a la gente que nos desconoce, a los extraños; a aquellos para los que el Valle no les representa más que miseria, aridez y balnearios de aguas termales. Porque el Valle, dentro de su encierro involuntario, tiene una riqueza de la que también queremos hablar; cierto, eso decimos todos de nuestra “matria”, pero hoy, sé bien que los mezquitalenses hoy día queremos aportar un pequeño filo desde el que cale la historia y las costumbres de un pueblo que se alimenta de flores mientras canta y hace poesía de lo suyo y lo del mundo.

Jamädi…

lunes, 6 de octubre de 2014

Biblioteca Comunitaria “Laura García Arroyo”

Emiliano Páramo

Hace tres años, en el marco de la Fiesta Internacional de la Palabra, Laura García Arroyo apadrinó la biblioteca escolar de la escuela secundaria técnica No. 17, en el municipio de Santiago de Anaya, Hgo. Tiempo después, la comunidad escolar recibiría la donación de varias cajas de libros que la propia Laura gestionara en favor de los lectores de nuestro pueblo.

Después de este tiempo y de muchas actividades lectoras, hemos decidido ampliar las posibilidades de acceso al acervo y la lectura, por lo que el pasado domingo 24 de agosto, se inauguró un espacio más: la Biblioteca Comunitaria “Laura García Arroyo”, en la comunidad de González Ortega, de nuestro Santiago de Anaya, Hgo.

Nuestro municipio, y en general el Valle entero, tienen un grado muy alto de marginación, lo que ocasiona que muchos hombres, mujeres, niños y jóvenes migren a las ciudades cercanas y a los Estados Unidos. En esta tierra estamos convencidos que la lectura puede ayudar a nuestra gente para ampliar sus horizontes: queremos que si la gente se va, se vaya más preparada para enfrentar con mejores resultados sus caminos, y que antes que las alas, sean las raíces las que cuenten en sus pasos. Queremos que los que se van, vuelvan, porque aquí está “enterrado su ombligo”; que se reconozcan en él y en los otros que aquí seguimos. Queremos que los que se quedan, tengan mejores oportunidades, que su resistencia sea también florida y fructífera, como ha de ser la construcción del presente desde lo que hemos sido.

La lectura está apoyando los espejos, las ventanas y el ropero de la abuela: en los libros también nos reconocemos, nos vemos a pedacitos y podemos revelarnos, desde la contemplación que las letras nos permiten. Los libros están siendo lumbreras abiertas por las que nos asomamos a la otredad que nos circunda y hasta aquella lejana que desconocemos; pero es ahí donde la mismidad se manifiesta y tiende puentes entre los otros y nosotros que somos también aquellos, y aquellos se saben nosotros, desde la palabra que nos nombra.

Xikoe Jaén, originario de González Ortega, estudió Filosofía Teológica en Argentina, pero regresó a su pueblo y actualmente se dedica a la agricultura y a escribir poesía, además de ser autoridad ejidal en el pueblo. Ha ganado en dos ocasiones el premio “Orquídea de Plata”, galardón que se entrega a lo mejor de la poesía en el Valle del Mezquital. Él se ha echado a cuestas, junto con las autoridades de la comunidad, su familia, la gente de algunas escuelas y del pueblo, la responsabilidad de levantar y operar esta biblioteca comunitaria en favor de lo mejor de nosotros mismos.

Invitamos a Laura García Arroyo para que nos prestara su nombre para estos dos espacios de lectura porque apreciamos profundamente sus conocimientos, la bondad de su persona y su entrañable generosidad. Estamos seguros que junto a figuras locales de nuestra historia y nuestra cultura, ella también podrá inspirar a nuestra gente en pos de mejores horizontes. Su visita junto al poeta Eduardo Cassar, hizo más grande la fiesta que la palabra nos ha fundado.

Quisiera, en nombre de todos por acá, agradecer a “La Dichosa Palabra” de Canal 22, a sopitas.com, a Laura y Eduardo Casar, y a todos los que solidariamente donaron libros para crear el acervo del que hoy muchos disfrutan en Santiago de Anaya. Esperamos en los próximos días la visita de autoridades de la UAEH para recibir los libros que nos traerán para fortalecer aún más nuestros objetivos.

Somos una tierra de grandes contrastes, donde la pobreza a veces tienes más de un rostro y no sólo sucede en nuestros bolsillos; pero estamos seguros que los libros y la lectura contribuirán con nuestros afanes por consolidar un pueblo fuerte que conoce sus raíces, y desde su pasado, heredado en la añeja tradición del pueblo hñähñu, a su presente le crecen alas.

Jamädi…

lunes, 29 de septiembre de 2014

Pulkata Press

Emiliano Páramo

Pachuca es una ciudad multivocal donde, entre el tedio y las obras del Tuzobús que nos convierten en un Kosovo a la vuelta de la esquina, los chavos van y vienen con la urgencia de sus días. Ahí, en el crisol que es esta ciudad arrodillada, se afanan por decir lo suyo: un discurso muy personal que transita de las banderas a los besos. Desde ahí, muchos intentan revelar su postura, cuando la hay, y de encontrarse, si es que existen o para intentar existir en un mundo que se afana por negarlos. En ese río revuelto donde todos los días intentamos los espejos, conocí a un grupo de chavos que no sólo se preocupan, sino que han decidido ocuparse y enarbolar su voz desde la música y la poesía. Juntos se llaman PULKATA PRESS y ellos nos cuentan un poco de lo suyo:

En Pulkata Press somos un grupo de jóvenes que nos hemos reunido desde hace casi dos años, principalmente para hacer música y poesía, aunque también solemos reunirnos para simplemente estar juntos. La poesía llegó a nosotros en días difíciles, y se hizo presente con mayor fuerza en un momento en el que nuestras vidas empezaron a verse tocadas y estocadas por cosas que sólo tenían soluciones complejas y que, muchas veces, ni siquiera teníamos ganas de buscar. Desde entonces, la poesía ha estado para nosotros cuando han hecho falta las respuestas y la fuerza para resistir.

Después de un tiempo, comenzamos juntos (y por necesidad), a dejar en una especie de olvido todo aquello que nos estaba calando hasta los huesos. Mientras, la poesía seguía estando ahí. Por extraño o cursi que pueda resultar, la poesía y la música son los únicos espacios donde nuestra complicidad encontró refugio. No queremos decir que la poesía fue la cura de aquellos días, no intentamos contar una historia “casos de la vida real” y conmover, NO; sólo queremos contar cómo comenzó todo y como sigue, cómo la poesía y la música nos han hecho sobrevivir en el tiempo, y ahí han estado, cuando la cosa se ha puesto más dura. Un día el amor y la vida no hizo descender a los infiernos (sí, suena dramático, pero quien ha estado ahí, sabe que no miento); hoy sólo queremos ser dueños de nuestros propios pasos.

Del proyecto: Gracias al apoyo del PACMyC y del CECULTAH, preparamos la edición de una antología de voces jóvenes de la ciudad. Buscamos recoger y juntar letras como las nuestras, inquietas por sacar los nudos que se cuelan a menudo en el pecho (suena otra vez cursi, pero es la neta), chavos que digan lo que no han dicho, pero que se sientan, como nosotros, en deuda por hacerlo, o con la necesidad de gritarlo y de levantar como puño, su rabia o su amor.

Los chavos hoy día no dejamos de hacer poesía, de contar nuestras urgencias y de retratar nuestras obsesiones. Muchos del grupo descubrimos que hacíamos poesía, cuando alguien nos dijo que estaba chido lo que posteábamos y publicábamos en las redes sociales. No sabíamos cómo se llamaba lo que hacíamos, pero fácilmente podíamos vernos en las palabras nuestras y en las de los otros que asistían con los mismos mensajes, a decirle al mundo que aquí estábamos, que amábamos, que de vez en cuando o casi siempre nos poníamos tristes y que un día nos quisimos matar con una hielera entera de Bon-Ice, porque otra vez nuestro amor eterno había durado menos que una congelada de fresa.

Pulkata Pres son Paul Berssey, René González, Tronic Tulopic, Julio Vite y Eduardo Islas Coronel. Cuando conozco a chavos como estos, sé que como dice Benito Taibo, en ellos, México tiene esperanza. Ojalá sólo los besos les tapen la boca. La gloria no sólo estará en los libros que lean, como dijera Paco, también va a estar en los libros que escriban y en las muchas veces que canten, y yo sé que nunca cantarán solos. 

Jamädi...

sábado, 13 de septiembre de 2014

“Trio sensontle”

Emiliano Páramo

México es uno de los pocos países en el mundo donde, por lo menos dos de sus poetas, aparecen en los billetes, honrando la palabra nacional. Sor Juana en el de doscientos y Nezahualcóyotl en el de cien pesos; pero este último tiene además, en letras pequeñitas, apenas como un símbolo, un poema del rey texcocano: “Amo el canto del cenzontle, pájaro de cuatrocientas voces. Amo el color del jade y el enervante perfume de las flores; pero amo más a mi hermano el hombre.” Los hermanos Aparicio Hernández cuentan que el origen del nombre de su Trío Sensontle, se encuentra ahí, pero contrario a la palabra castellanizada “cenzontle”, en la que la definición etimológica alude a las cuatrocientas voces o cuatrocientos cantos del ave sobre la que escribiera el poeta, sensontle o “se sontli”, sólo indica el número 400. De entrada pensé que era un error, pero después de escucharlos comprendí que el grupo está construido sólo con base en los aciertos. Estos tres talentosos hermanos guardan una muy estrecha relación con el ave del poema, pues muy a pesar de que entre los huapangueros la voz educada es esencial, los Sensontle entonan como si tuvieran el pecho encinto de pájaros cantores.

Cuando los escuché por primera vez, en la casa de una querida familia huachinanguense, me sorprendieron como hace mucho no ocurría con músicos de este género que tanto me gusta, y no sólo por su virtuosismo con los instrumentos, la enorme destreza con la que construyen versos o el tamaño de su calidad interpretativa, sino también por la honra con la que transitan de la tradición a la modernidad, con la dotación musical del trío huasteco.

Yo nací en Hidalgo, donde el huapango es obligado protagonista del jolgorio, y ahí, desde los filos del festejo, aprendí a querer esta música que tanto bien le ha hecho a mi gente y a mi tierra. Pero cierto es que a veces ocurre que, cuando uno escucha un buen trío, en esos músicos uno termina escuchando casi a todos los demás; sin embargo, los Sensontle no dejan de sorprender entre los sones de siempre y los nuevos caminos por los que este género circula. Confieso que podría escucharlos por horas sin cansarme; claro, para que ellos no se cansaran, tendría que disponer la mesa con viandas y aguas benditas de aquellas que encienden la bohemia. Porque los Aparicio son bohemios, y no de afición, sino por destino, que es el modo en que signan la vida los que son chingones. Por eso, desde aquella tarde en que los escuché por primera vez, al son de su “Grandeza Mexicana”, pienso que una fiesta que no tenga Sensontle para rato, no puede nombrarse fiesta.

Fundado en el año 2006, el Trío Sensontle está conformado por los hermanos Julio Aparicio Hernández de 27 años (Violín), Omar Aparicio Hernández de 23 años (Jarana) y Ángel de Jesús Aparicio Hernández de 20 años (Quinta Huapanguera). Comenzaron su instrucción musical en el Taller Integral Huasteco de Huauchinango, Puebla, ciudad de donde son originarios. El Trío Sensontle debuta en el marco de la 68 Feria de las Flores de su tierra natal; desde entonces, su misión, según cuentan ellos mismos, es la de enaltecer y dar a conocer la música de su región, e impulsar a sus contemporáneos y a las generaciones más jóvenes, para valorar su identidad cultural y honrar al huapango como una fuente inagotable de tradición, donde el pueblo pueda mirarse y reconocer sus raíces y sus alas.

El Trío Sensontle se ha presentado por los seis estados que conforman la región huasteca: Veracruz, Tamaulipas, San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo y Puebla. Pero sus pasos y sus notas han ido mucho más allá, mostrando el estilo particular con el que ejecutan sus instrumentos y la destreza con la que improvisan versos. Su muy nutrido repertorio se ha dejado escuchar en fiestas patronales, eventos públicos y privados, y encendiendo el fuego en cualquier ocasión en que haga falta la gala que brota sonora y alada, de su boca y de sus manos, cuando tocan y cantan.

Actualmente son ellos quienes dirigen el Taller Integral Huasteco de Huauchinango, donde forman a niños y jóvenes en este arte del son y la versada para la honra y gloria mayor de la huasteca entera. Largo podría seguir hablando de estos hermanos, pero si se me permite otra vez la palabra, el Trío Sensontle lo conforman tres chingones. Jamädi…

Facebook: https://www.facebook.com/trio.sensontle

martes, 9 de septiembre de 2014

Presentan disco y libro para honrar a María Teresa Rodríguez


Una vida de logros y una obra que queda para la posteridad es lo que se puede apreciar en el libro María Teresa Rodríguez. Iconografía, publicado por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, que además se acompaña de un material discográfico donde se incluyen varias de sus piezas más importantes y algunos videos.

Este material será presentado el próximo jueves 11 de septiembre en la Sala Abundio Martínez del Centro de las Artes de Hidalgo, en punto de las 19:00 horas. Para hablar del libro y disco estarán Alejandro Chehín Salinas, Juan Arturo Brennan y Tonatiuh de la Sierra Rodríguez (hijo de la homenajeada).

Se trata de un tributo –en el primer aniversario luctuoso– a quien fuera una de las más grandes pianistas que ha dado México, cuya investigación y compilación estuvo a cargo del pianista Alejandro Chehín Salinas. 

Se incluyen fotografías de momentos destacados de su vida, de su niñes siempre cerca de un piano, de sus viajes por el mundo, su contacto con personas ilustres de diferentes países, anuncios de recitales, de su boda con Trifón de la Sierra y muchas más. Asimismo, hay partituras y testimonios de gente que la recuerda con agrado.

Por ejemplo, entre las muchas fotografías que integran este trabajo editorial, se encuentra una de 1980, donde aparece ella en los estudios de grabación de RCA Records durante la preparación de un material discográfico de Carlos Chávez. 

Alejandro Chehín refiere: “La metodología que utilicé para la elaboración de este trabajo iconográfico y cronológico consistió en la consulta recurrente del archivo personal de la maestra María Teresa Rodríguez, y a la compilación del material documental: partituras, bibliografía hemerografía, discografía, portadas, programas de mano, cartas, carteles y fotografías. Deseo expresar mi gratitud de Tonatiuh de la Sierra y a su esposa Beatriz Cárdenas Jiménez por todas las facilidades que se me otorgaron, así como a todas aquellas personas que de alguna manera contribuyeron para desarrollar este trabajo editorial.”

El material discográfico es una restauración fonográfica de cintas análogas de algunos recitales y conciertos en vivo de la maestra María Teresa Rodríguez, periodo que comprende entre 1969 a 2008. 

Parte de estas grabaciones fueron posibles gracias a la gestión del Cecultah, a través de la Fonoteca Nacional, lo cual permitió recuperar algunos de los archivos sonoros de la pianista y salvarlos en formato digital, así como la dedicación del trabajo derramaste realización de Juan Switalski y Oswaldo Alejandro Salazar Salgado. 

Se incluye un DVD con audios de una conferencia-concierto del compositor Carlos Chávez, donde María Teresa participó en el piano, algunas entrevistas para radio y video de un concierto en la Sala Nezahualcóyotl, del Centro Cultural Universitario de la UNAM. Además, la ceremonia de entrega de la presea Pedro María Anaya, otorgada a María Teresa Rodríguez por la LIX Legislatura del Congreso del Estado de Hidalgo, en marzo de 2008 en Pachuca.

Un año sin María Teresa

Un año sin la mayor pianista que ha dado el estado de Hidalgo.

Antes de la media noche del 4 de septiembre de 2013, falleció María Teresa Rodríguez. Ese día llegó a su fin la carrera de una mujer que hizo del piano el eje de su vida.

A los 90 años de edad, María Teresa Rodríguez dejaba atrás un enorme legado musical, una larga trayectoria que será reconocida en próximas por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo y por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

“Matesa” es considerada una de las grandes pianistas que ha dado México en el siglo XX. Gracias a la maestría y magia con que tocaba el piano, alcanzó el reconocimiento nacional e internacional.

Nació en Pachuca, Hidalgo, el 18 de febrero de 1923. Desde los cuatro años inició sus estudios en el lenguaje musical y ejecución de piano. Desde entonces se le consideraba una niña prodigio. Y ya no se detuvo. 

Desde temprana edad comenzó a edificar una carrera que la colocaría en la historia de la música en México y su imagen está entre las más destacadas en el mundo en el siglo XX.

La música fue su compañera desde que nació, pues su madre fue maestra de piano y su padre cantante. Ella simplemente siguió el camino que le marcaba su herencia.

Tenía ocho años cuando debutó. Hizo la interpretación de una pieza de Beethoven, el “Concierto Número 1”, obra que exigía grandes habilidades técnicas e interpretativas. Era apenas una niña cuando mostró el enorme talento musical que había en sus manos.

Estudió en Estados Unidos varias de las obras fundamentales del repertorio pianístico, con el eminente pianista y maestro ruso Alexander Borowski. A partir de ese momento, su interés y curiosidad musicales la llevaron a incursionar en músicas de los más variados lenguajes y estéticas. Y fue así como su repertorio comenzó a ampliarse significativamente.

Fue a finales de los años cuarenta cuando conoció al maestro Carlos Chávez, afamado compositor, pianista y director de orquesta, con quien inició una profunda amistad y una sólida y productiva relación profesional.

También compartió escenario con los más destacados compositores como Manuel M. Ponce, Julián Carrillo y Claudio Arra.

Su actuación junto a la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por José Pablo Moncayo, le abrió las puertas a las salas de ciudades europeas como Ámsterdam, Londres o Madrid.

Como solista de orquesta colaboró con renombradas orquestas sinfónicas tanto de México como de varios países, bajo las batutas de importantes directores como Igor Markevitch, José Pablo Moncayo, Arthur Fiedler, Kyril Kondrashin, Carlos Chávez, Luis Herrera de la Fuente y Eduardo Mata.

Y tras varias décadas de acumular experiencia y logros, a finales de los años ochenta, se convirtió en la primera mujer en dirigir el Conservatorio Nacional de Música, cargo que ocupó hasta 1992.

Desde el año 2005, el gobierno de Veracruz otorga el Premio María Teresa Rodríguez. En el 2008 el gobierno del estado de Hidalgo le entregó la medalla “Pedro María Anaya”, reconocimiento que otorga la LIX Legislatura del Congreso a lo más destacado del arte y la cultura en el estado.

En el 2008 fue galardonada con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, que otorga anualmente el gobierno mexicano a las personalidades y grupos más sobresalientes que han realizado aportaciones valiosas para el progreso de la ciencia, el arte y la cultura.

El gobierno del Hidalgo le entregó el Premio a la Trayectoria y Mérito Artístico 2009, y en el 2011, el Cecultah editó una recopilación de sus mejores interpretaciones, con obras de Debussy, Mozart, Brahms, Chopin y muchos más.

La Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo fue distinguida con el Premio de Humanidades Juan Crisóstomo Doria, durante el acto inaugural de la 26 edición de la Feria Universitaria del Libro (FUL).