jueves, 9 de junio de 2016

Benjamín Domínguez y Jorge Marín, dos gigantes de la plástica mexicana, expondrán en El Cuartel del Arte

Dos gigantes de la pintura y la escultura de nuestro país se darán cita en El Cuartel del Arte de Pachuca con la exposición Enigma, que mostrará los trabajos de Benjamín Domínguez y Jorge Marín. Esta muestra será inaugurada el próximo jueves 16 de junio, en punto de las 19:00 horas.

El Gobierno del Estado de Hidalgo, por medio de su Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, traerá a la capital hidalguense una selección de los trabajos de estos dos reconocidos artistas, para que los habitantes de la entidad puedan conocer un par de figuraciones que han traspasado las fronteras gracias a su calidad.


Benjamín Domínguez (Chihuahua, 1942) es considerado como un artífice de los sueños, la magia y las tentaciones. Es un artista insatisfecho con la realidad, un pintor que la trastoca y la recrea conforme a la textura de sus propios proyectos. Aunque Benjamín Domínguez inició su carrera como un pintor abstracto –corriente que trabajó durante casi 10 años–, su verdadera pasión ha sido realizar una revisión posmoderna del barroco.

Ahora es respetado como uno de los neoclasicistas más modernos del país. A los 20 años de edad ingresó a la Academia de San Carlos en la Ciudad de México, donde estudió grabado con Francisco Moreno Capdevilla, y pintura con Roberto Garibay, Héctor Cruz, Nicolás Moreno y Antonio Rodríguez Luna. Su formación estuvo marcada por dos movimientos antagónicos: el realismo y la abstracción. Un día, al visitar la National Gallery of Art, en Washington DC, fue testigo de la fascinación que despertaba en el público una obra: La pesadora de perlas, del pintor holandés Jan Vermeer. ¿Por qué una pintura hecha hace más de 550 años tenía tanto poder de atracción? Ese día dudó de todo lo que había hecho hasta ese momento y decidió regresar a las enseñanzas de la Academia de San Carlos, a lo que él llama “la cocina del arte”, es decir, la práctica del arte técnico, del manejo de los colores, de los aceites, los barnices y toda la parafernalia que gira alrededor de un neoclasicista. Así surge la serie inspirada en el cuadro El matrimonio Arnolfini, del pintor renacentista Jan Van Eyck. A partir de esta obra, Benjamín Domínguez pintó 20 variaciones en las que traslada a la modernidad a una pareja que vivió en el año 1434, y hace que se amen, se odien y se destruyan.


Jorge Marín (Uruapan, Michoacán 1963) es uno de los mayores exponentes del arte contemporáneo figurativo en México. A lo largo de su carrera, su labor artística ha sido multifacética, lo que le ha permitido abarcar distintas disciplinas y trabajar con diversos materiales –como la cerámica y la resina–, por lo que su obra plástica ha obtenido múltiples reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional. Después de una larga y acuciosa búsqueda, adoptó el bronce como medio de expresión y como signo distintivo de su obra, lo cual constituyó una inmejorable elección para que las manos y los pies de sus personajes, las texturas de plumas, venas y telas, adquirieran la perfección de la materia viva.

Ha incursionado en diferentes dimensiones escultóricas, que van de la miniatura a lo monumental. Sus obras de gran formato han triunfado tanto en México como en el extranjero, apoderándose del espacio público y generando un diálogo inédito entre la obra de arte y el espectador, desarrollando un juego espontáneo y lúdico que igual lo hace parte de la monumentalidad de un par de alas, que cómplice de los personajes fantásticos que, en una danza visual que tiene como escenario plazas y camellones, lo integran suavemente al mobiliario y al movimiento urbano.


Ha participado en más de 200 exposiciones colectivas e individualmente su obra ha sido exhibida en las más importantes galerías y museos de Francia, España, Portugal, Turquía, Alemania, Bélgica, Hungría, Rumania, Costa Rica, Panamá, El Salvador, Guatemala, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, Rusia, Bélgica, China, Dinamarca, Singapur e Indonesia. 

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