viernes, 31 de octubre de 2014

Por el Valle

Emiliano Páramo

El Valle del Mezquital es el gran desconocido de la cultura de Hidalgo. A pesar de que geográficamente, esta región comienza a menos de 20 minutos en auto, desde el centro de Pachuca, poco o nada se sabe de su vida cotidiana, sus realidades, sus culturas, sus logros y sus verdaderos desafíos.

La literatura y los medios, se han encargado mayoritariamente de denotar las carencias y los retos del Valle, pero también existe testimonio de sus alegrías y celebraciones; en el Valle, la vida misma es un ritual donde conviven la esperanza y las raíces. Cierto, hay casos como el de “La nube estéril” de Antonio Rodríguez que, a pesar de los más de 60 años que han pasado de su primera publicación, tiene una vigencia irrenunciable desde el crudo escenario de las carencias e injusticias que signa para esta tierra nuestra de cada día. También, desde lo agreste del paisaje y la seca, muchos de los poetas y narradores de acá, no hacen sino escribir de lo que Juan Galván afirma: Quien intente relatar de esto su peso y su memoria, debe ser alguien capaz de extraer de las canículas y de la sed lo que entendemos como la sabiduría de la tierra incorporada a la piel, a la mirada, para hacerla voz, letra escrita que huele a leña de mezquite, a huella de surco asaltada de pronto por una modernidad que se incorpora, dolorosa, al devenir de un territorio que es cada vez más en el olvido, cada vez más mito; es decir, una epopeya de sobrevivencia.

Confesamos y reconocemos ese olvido, pero también celebramos la palabra de los nuestros que, entre la canícula y la incuria, canta y aguanta.

La literatura que se hace en esa tierra y su tradición oral, están íntimamente comprometidas con su día a día; vienen del lugar de su ombligo más viejo, y dialogan con el presente, donde la endoculturización los pone de cara a los espejos y las ventanas de una modernidad asaltada por la migración, los rostros nuevos de la pobreza (que muchas veces ya no es “asunto de centavos”), el dinero que mandan los “norteños” y las cosas que consigue (sus fortalezas y debilidades ante el fenómeno de las remesas), la rabia acumulada, el hartazgo y más abandono aún, en estos pueblos donde les tocó nacer, y donde a pesar de todo, siguen asomándose las raíces y las alas de este nuestro “pueblo en vilo”.

Creo que el deber de los gestores culturales y las autoridades de nuestra entidad, debería ser el de honrar el esfuerzo comunitario de los pobladores del Valle, por mantener su palabra al vuelo y por resistir.

Y sobre todo para que conste, la obra literaria representativa del valle del Mezquital:

A mi juicio, y también al de muchos otros, dentro de lo producido en el Valle, estas son las obras que no sólo representan esta tierra desde los temas que aborda, sino que también encarnan lo más granado de las letras de esta región del Estado de Hidalgo:

Poesía – Canto al Valle del Mezquital – Alberto Avilés Cortez (Poxindeje, San Salvador, Hgo.)
Ensayo – Los otomíes del Valle del Mezquital – Raúl Guerrero G. (Alfajayucan, Hgo.)
Narrativa – La nube estéril – Antonio Rodríguez (El maestro Rodríguez es originario de Portugal, pero su obra, publicada hace 57 años, sigue siendo leída y atesorada, entre otras cosas por la gran vigencia de la historia que relata, al interior de la realidad social e histórica del Valle del Mezquital).
Narrativa – De biznagas y otros nombres – Juan Galván Paulín (Vecino de Ixmiquilpan, Hgo.)
Dramaturgia – No existen textos sólidos y representativos en este género (en y sobre el Valle).
Canción popular – La obra de Consuelo Paulín Rodríguez (Guía y traductora de Antonio Rodríguez en el Valle del Mezquital) compositora de las canciones más populares y emblemáticas de la cultura Hñähñü como: El perro pastor, La Comadrita, La Pastorcita, etc. (Capula, Hgo.)

Ojalá los afanes culturales de estos días nos permita revisitarnos, voltear los ojos y el corazón a lo profundo de nuestras raíces y nos haga mirar hacia afuera, pero “haciendo tierra” en el sitio donde nos “enterraron el ombligo”. Y ojalá que todo esto llegue a los fuereños, a la gente que nos desconoce, a los extraños; a aquellos para los que el Valle no les representa más que miseria, aridez y balnearios de aguas termales. Porque el Valle, dentro de su encierro involuntario, tiene una riqueza de la que también queremos hablar; cierto, eso decimos todos de nuestra “matria”, pero hoy, sé bien que los mezquitalenses hoy día queremos aportar un pequeño filo desde el que cale la historia y las costumbres de un pueblo que se alimenta de flores mientras canta y hace poesía de lo suyo y lo del mundo.

Jamädi…

lunes, 6 de octubre de 2014

Biblioteca Comunitaria “Laura García Arroyo”

Emiliano Páramo

Hace tres años, en el marco de la Fiesta Internacional de la Palabra, Laura García Arroyo apadrinó la biblioteca escolar de la escuela secundaria técnica No. 17, en el municipio de Santiago de Anaya, Hgo. Tiempo después, la comunidad escolar recibiría la donación de varias cajas de libros que la propia Laura gestionara en favor de los lectores de nuestro pueblo.

Después de este tiempo y de muchas actividades lectoras, hemos decidido ampliar las posibilidades de acceso al acervo y la lectura, por lo que el pasado domingo 24 de agosto, se inauguró un espacio más: la Biblioteca Comunitaria “Laura García Arroyo”, en la comunidad de González Ortega, de nuestro Santiago de Anaya, Hgo.

Nuestro municipio, y en general el Valle entero, tienen un grado muy alto de marginación, lo que ocasiona que muchos hombres, mujeres, niños y jóvenes migren a las ciudades cercanas y a los Estados Unidos. En esta tierra estamos convencidos que la lectura puede ayudar a nuestra gente para ampliar sus horizontes: queremos que si la gente se va, se vaya más preparada para enfrentar con mejores resultados sus caminos, y que antes que las alas, sean las raíces las que cuenten en sus pasos. Queremos que los que se van, vuelvan, porque aquí está “enterrado su ombligo”; que se reconozcan en él y en los otros que aquí seguimos. Queremos que los que se quedan, tengan mejores oportunidades, que su resistencia sea también florida y fructífera, como ha de ser la construcción del presente desde lo que hemos sido.

La lectura está apoyando los espejos, las ventanas y el ropero de la abuela: en los libros también nos reconocemos, nos vemos a pedacitos y podemos revelarnos, desde la contemplación que las letras nos permiten. Los libros están siendo lumbreras abiertas por las que nos asomamos a la otredad que nos circunda y hasta aquella lejana que desconocemos; pero es ahí donde la mismidad se manifiesta y tiende puentes entre los otros y nosotros que somos también aquellos, y aquellos se saben nosotros, desde la palabra que nos nombra.

Xikoe Jaén, originario de González Ortega, estudió Filosofía Teológica en Argentina, pero regresó a su pueblo y actualmente se dedica a la agricultura y a escribir poesía, además de ser autoridad ejidal en el pueblo. Ha ganado en dos ocasiones el premio “Orquídea de Plata”, galardón que se entrega a lo mejor de la poesía en el Valle del Mezquital. Él se ha echado a cuestas, junto con las autoridades de la comunidad, su familia, la gente de algunas escuelas y del pueblo, la responsabilidad de levantar y operar esta biblioteca comunitaria en favor de lo mejor de nosotros mismos.

Invitamos a Laura García Arroyo para que nos prestara su nombre para estos dos espacios de lectura porque apreciamos profundamente sus conocimientos, la bondad de su persona y su entrañable generosidad. Estamos seguros que junto a figuras locales de nuestra historia y nuestra cultura, ella también podrá inspirar a nuestra gente en pos de mejores horizontes. Su visita junto al poeta Eduardo Cassar, hizo más grande la fiesta que la palabra nos ha fundado.

Quisiera, en nombre de todos por acá, agradecer a “La Dichosa Palabra” de Canal 22, a sopitas.com, a Laura y Eduardo Casar, y a todos los que solidariamente donaron libros para crear el acervo del que hoy muchos disfrutan en Santiago de Anaya. Esperamos en los próximos días la visita de autoridades de la UAEH para recibir los libros que nos traerán para fortalecer aún más nuestros objetivos.

Somos una tierra de grandes contrastes, donde la pobreza a veces tienes más de un rostro y no sólo sucede en nuestros bolsillos; pero estamos seguros que los libros y la lectura contribuirán con nuestros afanes por consolidar un pueblo fuerte que conoce sus raíces, y desde su pasado, heredado en la añeja tradición del pueblo hñähñu, a su presente le crecen alas.

Jamädi…