viernes, 15 de enero de 2016

Un plano “Cortaziano”





La vocación de los poetas es la de renombrar los objetos. Para muchos esta tarea ha significado la oportunidad de crear nuevas palabras, incluso un nuevo lenguaje; por ende, también es costumbre de los narradores la alquimia de los conceptos. Pero tal vez los novelistas tienen la vocación más arraigada de reinventar y rescribir el significado de las palabras, de ciertas palabras, las suyas, aquellas que van construyendo su propia obra.

Obsequioso en estos menesteres fue Julio Cortázar, escritor argentino que nos legó una obra inmensa, en contenido tanto más que en cantidad (y eso ya es decir bastante), en el maravilloso arte de renombrar los objetos, de reinventar las palabras. La cereza de ese pastel, o dicho mejor en términos Cortazianos, la última vuelta de ese luminoso laberinto, es el libro: “Cortázar de la A a la Z. Un álbum biográfico”. ¿Pero quién podría tener la visión absoluta del mundo de Cortázar sino él mismo? La edición corrió a cargo de Aurora Bernardéz (nadie mejor para esta tarea que se antojaba imposible), primera esposa y albacea de Julio, quien a pesar de su separación, siguió manteniendo una estrecha relación con él hasta sus últimos días; ella, junto con Carles Álvarez Garriga, experto de la obra del argentino, se dieron a la tarea de desenmarañas todas aquella cosas que rodeaban la personalidad de uno de los escritores más influyentes de la literatura latinoamericana para hacer con esas palabras, esos conceptos que acompañaron la cotidianeidad de Cortázar, un diccionario que ilustra detalladamente los vericuetos literarios que habitaban en su imaginación.

Resulta pues una especie de mapa para andar sin extravíos (o más bien para deleitarse en ellos) por la obra de Julio Cortázar: fotografía del autor, otras tantas tomadas por él mismo Julio, cartas, postales, sus manuscritos, sus portadas, notas sueltas (mucho de este material inédito); acompañadas todas ellas por textos extraídos de sus libros, así como un puñado de textos inéditos que hacen las veces de significados personales y que en mucho casos terminan siendo la vuelta de tuerca para el disfrute del mundo de “Rayuela”, de “Final de Juego”, de “Todos los fuegos del fuego”, etcétera; paisajes interiores, redes de ideas que van discurriendo como una cascada sin fin.

Encontraremos entonces a las personas: sus amigos, las mujeres que compartieron su vida, los gatos, su familia; pero también los objetos, la pluma fuente, la máquina de escribir, el sillón, los discos, la trompeta, los libros, la pipa; también las ciudades y sus países: Bruselas, Buenos Aires, París, Zihuatanejo, Nicaragua, Chile: sus pasiones: viajar, la poesía, el jazz, pasear, filmar, leer; pero también sus desesperanzas y angustias: la política, sus divorcios, la enfermedad, la vejez. Todo contenido en cada letra del abecedario (al que por cierto le falta la Ñ, letra difícil paro emblemática) y dispuesta para el disfrute estético del lector con diseño lúdico de Sergio Kern. Julio Cortázar opinaba que la poesía debía de ser sobre todo lúdica, resulta pues que este libro es un poema absoluto a su vida y a su obra.

No es de extrañar que aún los más devotos lectores de Julio Cortázar se sorprendan de lo que este libro revela; no solo un Julio docto al extremo en el arte de escribir tanto literaria como epistolarmente, también un julio que apreciaba la compañía de sus amigos, que se divertía con el engañoso juego de la fama, que disfrutaba el acto de traducir y de apreciar el arte, que se reía de sí mismo pero sollozaba ante la desgracia humana. Eso. Se devela en estas páginas un Cortázar profundamente humano, contradictoriamente humano, sencillamente humano, desacralizándolo, por fortuna. Editado en 2013, el libro significó uno de los tantos actos, literarios o personales, para la celebración el centenario del nacimiento del Cronopio mayor y resulta en sí mismo una oportunidad —para nosotros los Cronopios menores y alguno que otro Fama— de fisgonear por los más íntimos reductos de la vida de un hombre inolvidable que parece haber profetizado con humor su opinión sobres esta biografía ilustrada: Toda biografía es un sistema de conjeturas; toda estimación crítica, una apuesta contra el tiempo. Los sistemas son susceptibles y las apuestas suelen perderse. Un libro único sobre un hombre inolvidable.

Antes de terminar lo invito a compartir juntos más recomendaciones literarias, acompáñeme el próximo sábado en punto de las 18:30 horas en el programa de radio “Bibliófono, literatura para escuchar”, que se trasmite por Bella Airosa Radio, 98.1 de frecuencia modulada. Hasta entonces.

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