viernes, 8 de enero de 2016

El antiguo arte de con-versar




Nada como una buena charla. Nada como encontrar un buen interlocutor. Pero mejor que eso, nada como encontrar a alguien que escucha. De ahí que delicado y antiguo es el arte del dialogo, base fundamental de la entrevista, la cual, siendo un género periodístico, ha ido dando pasos dentro de la literatura más allá de una simple herramienta; hay quienes incluso la consideran ya un género literario.

Uno de ellos es Evodio Escalante, quien escribe el prólogo del libro “Con-versatorias II. Entrevistas a poetas nacidos en los 50” de Ricardo Venegas, –edición que ha visto la luz en los últimos días del 2015–, y donde destaca las cualidades de quienes coinciden en estas páginas, los entrevistados por supuesto (su selección y sus respuestas), pero también del entrevistador (las lecturas que formulan sus preguntas, las respuestas que vislumbra conseguir de sus interlocutores): Pienso que Ricardo Venegas ha logrado, con conocimiento, como ya dije, pero también con intuición, un ramillete de entrevistas en las que cada poeta sale de la cárcel de lo habitual para mostrar su rostro más auténtico y sus preocupaciones más hondas respecto a su trabajo como poeta.

Y a partir de estos vestigios que el prologuista nos deja, nos comenzamos a sumergir en una serie de conversaciones detonadas por preguntas puntillosa y profundamente, sin inocencia, más bien con un amplio conocimiento, no solo de las biografías de cada uno, sus carreras, premios, ocupaciones; sino también el conocimiento que da el recorrido por la obra poética de cada personaje entrevistado; logrando retratos hablados delicados e íntimos, pocas veces encontrados en otras entrevistas que más parecen una encuesta de población. 

Escalante destaca también como prologuista la universalidad del entrevistador, la capacidad que puede lograr para inocular en cada pregunta la curiosidad de los demás: “El que pregunta es el mismo y a la vez los otros miles que carecen de rostro, pero que en un momento dado pueden descubrirse reflejados en las preguntas y contestaciones.”

Pero antes de poder identificar la inteligencia y preparación con que Ricardo Venegas adereza cada pregunta, salta a la vista el respeto, no solamente el que el autor tiene por el oficio del periodista cultural, sino sobre todo el respeto que tiene por el lector reflejándolo en el respeto que tiene por cada uno de los entrevistados; muchos de ellos no solo han sido maestros de Venegas, sino que también se han convertido en sus amigos y seguramente han compartido juntos muchas horas literarias, esto no nubla la mente del que pregunta y al momento de encender la grabadora tienen el atino de hablarles de “usted”. (Cómo se extraña ese respeto del entrevistador en estos tiempos, cuando cualquier mequetrefe del noticiero matutino tiene la desfachatez de hablarle de tu lo mismo a Serrat que a un cantantillo de tercero o a un senador de la República.)

Los poetas seleccionados como sujetos de los interrogatorios literarios de Venegas son: Carmen Boullosa, Héctor Carreto, Sandro Cohen, Neftalí Coria, Margarito Cuellar, Jorge Humberto Chávez, José María Espinasa, Agustín García, Laura Elena González, Ethel Krauze, Eduardo Milán, Myriam Moscona, Juan José Ortiz García, Blanca Luz Pulido, Lucia Rivadeneyra, Silvia Tomasa Rivera, Bernardo Ruíz, Marisa Trejo-Sirvent, Alejandro Sandoval Ávila, Marianne Toussaint y Minerva Margarita Villareal. Algunos más conocidos que otros, pero todos ellos ganadores de premios diversos, becarios en un sin número de oportunidades, autores de hordas de poemarios que deambulan los mismo por las librerías que por los plúteos de incontables libreros. Todos y cada uno de ellos poetas de cepa comprobada, pertenecientes a una generación muy grande no sólo demográficamente, sino también en la cantidad de premios y reconocimientos obtenidos.

La mayoría de los entrevistados discurren con gozo y deleite por sus experiencias como poetas, las definiciones, los autores y los poemas que los han marcado y en ocasiones guiado en su obra, dejando ver la dificultad propia del oficio, la falta de seriedad de muchos poetas jóvenes y la carencia de espacios para discernir sobre la poesía; es ahí donde este libro adquiera una virtud inquietante, se convierte en ese añorado lugar para el análisis, la discusión y la prospección del acto poético y la estética que debe contener.

Ricardo Venegas, el responsable del volumen, es también poeta (y editor, y practica en algunos otros artilugios relacionados con la literatura que desarrolla con mucho acierto), y sabe muy bien del poder que tiene un poema, conocedor también de los intrincados e inhóspitos caminos que llevan al poeta por el ejercicio de su oficio, de ahí tal vez su interés, y diría yo, necesidad, de conformar un libro como este.

“Con-versatorias II…” de Ricardo Venegas se convierte pues, en un referente imprescindible para conocer y entender a los autores de la “Generación de los 50” –concepto atribuido, por cierto, al poeta y crítico hidalguense Arturo Trejo quien lo menciono por primera vez en la revista “Memorias de papel” en 1991–, así como entender y disfrutar las bambalinas de una parte importante de la poesía mexicana.

Para compartir más recomendaciones literarias acompáñeme el próximo sábado en punto de las 18:30 horas en el programa de radio “Bibliófono, literatura para escuchar”, que se trasmite por Bella Airosa Radio, 98.1 de frecuencia modulada. Hasta entonces.

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