martes, 30 de abril de 2013

Un Aplauso al Corazón

Emiliano Páramo

Este domingo 28 de abril pasado, terminó el 1er. Encuentro Internacional de Narración Oral Escénica “Un Aplauso al Corazón”. Después de 10 días de intensas contadas, hombre y mujeres “de palabra”, hicieron de Hidalgo una fiesta desde los prodigios que no dejaron de salir de sus bocas, camino del corazón de los escuchas.

 
Me tocó, hace apenas unos pocos meses, escuchar a Jorge Skinfield hablar de este que entonces era sólo un sueño, y que ahora es (como dijera Jerman Argueta) un barco, al que se subieron más de 30 narradores, comandados por el propio Skinfield y el sensacional Elías Manzano, “Chapulín” de “Los Rincones del Cuento”.

 
Festivales van y vienen, pero este, me ha sorprendido gratamente, pues no se circunscribió a una serie de presentaciones, sino que incluyó jornadas de capacitación y encuentro, entre los noveles narradores convocados, el público y las figuras que formaron parte de la pléyade de contadores de historias que atendieron el llamado de estos dos juglares hidalguenses.

 
El 1er Encuentro de Narración Oral Escénica “UN APLAUSO AL CORAZÓN, con el calor de las palabras”, ha terminado con varias leguas de cuentos, tras haber recorrido 12 municipios de nuestro estado y 1 del estado de México, más de 26 instituciones educativas, públicas y privadas, desde preescolar hasta universidad, llevando una carga esperanzadora de palabras a más de 9,000 corazones en el territorio cubierto.

 
El encuentro llevó a cabo la presentación de 4 funciones de gala, participando los siguientes narradores: de Colombia, José Arrieta “el Tío Pello” y Marialuz Arrieta “La Princesa de los Cuentos”; de Argentina, Laura Dippolito; de Venezuela, Nildhe Silva, y de Costa Rica, Moisés Mendelewicz. Por México, vale destacar la presencia de: Selene de la cruz, “El Conde” Jerman Argueta, Marilú Carrasco, Marcela Romero, Brisa Rossell, Domingo Villamil, Alfredo Tamayo y el enorme Nene Ocioso Multicolor. El encuentro también contó con la participación de Los Narradores Orales de Santa Catarina, La Casa del Cuento y la Leyenda, Los Fabuladores, Yazmira Ramírez Odgers, Enrique González y Arely León.

 
Creo sinceramente que los festivales internacionales, deben ante todo ponderar la participación de las figuras locales con esa calidad, y favorecer el fortalecimiento de los jóvenes y noveles artistas en la materia. Qué bueno que jornadas como esta, traigan a Hidalgo figuras del exterior, pero mejor aun, como así sucedió en esta, que los artistas locales (noveles o profesionales) sean tratados con la misma dignidad y respeto que los visitantes. Quiero reconocer a Jorge y a Elías, porque contra viento y marea, sin aspavientos o pretencionismos baratos, fundaron un festival donde lo que cuenta es la palabra, venga de donde venga.

 
Cierto que los extranjeros refrescan la escena con sus historias y sus modos. Cierto que su oralidad llegó musicada y aromada en ambientes lejanos y dulcemente sonoros, pero vino a tender puentes con los de acá. La humildad y el profesionalismo de los que llegaron, se tomó de la mano con los que aquí los esperaron; y contando, cantando y encantado, abrieron las puertas de una tradición milenaria, puesta al servicio del oído y el alma de los que tuvimos la fortuna de estar ahí.

 
Elías Manzano, el director adjunto del encuentro, es un narrador impecable y generoso. Confieso que lo he visto levitar, y me maravilla como ha crecido a pasos agigantados. Es un incansable verdadero, que comprometido con las causas de la educación, se volvió cuentero por destino, y hoy confirma su vocación irrenunciable de promotor cultural y de palabrero.

 
Contar cuentos es una profesión que en Hidalgo tiene muy dignos representantes, pero Jorge Skinfield fue de los primeros en entrar al movimiento, y sin duda es uno de los que con gran talento y largueza de artista, la ejercen para regocijo de aquellos que conmovidos, entre la risa y la nostalgia, gozamos por el placer que la palabra convoca.

 
El Jorge Díaz, dice que contar un cuento es un milagro. Yo he visto a muchos como Jorge Skinfield, convertir el agua en vino, y embriagar a sus oyentes desde el portento en que de la boca y las manos del cuentero, surgen estrellas, dragones, duendes y fantasmas, que nos hablan de cerquita, al oído, y entre el “Había una vez…” y el “…y vivieron felices para siempre”, nos fundan los caminos de sueños y esperanza que la oralidad concede.

 
Jamädi…

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