martes, 19 de marzo de 2013

Cuentero de corazón

Emiliano Páramo

Alfredo Ávila Tamayo nació una madrugada del 22 de Septiembre de 1967, en un hospital de la colonia Roma. Se interesó en el arte teatral por consejo y estimulo de su hermana mayor Ana Teresa, quien lo invitó a formar parte del taller de teatro del Colegio Morelos de Cuernavaca A.C., cuando cursaba 5° de primaria. Continuó la práctica del teatro en Hermosillo Sonora, donde llegó a ser socio fundador de La Compañía Teatro Profesional de Sonora A.C., junto a Jesús Ochoa, Sonia León y Alfredo García Márquez. Obtuvo su certificación como locutor, y se inscribió en la UNISON para cursar estudios de Ciencias de la Comunicación; truncó esa carrera para ir al DF en busca de convertirse en actor profesional. Se inscribió en el INBA. Al comenzar el tercer nivel de la carrera, conoció el teatro épico de Bertold Brecht, por la cátedra de tres maestros que lo marcarían profundamente: Ignacio Sotelo, Miguel Flores y Felio Eliel; Alfredo afirma que fueros ellos quienes le dieron la pauta de lo que sería el pilar de su posterior trabajo como cuentacuentos.

 
Trabajando con Juan José Barreiro, conoció a dos excelentes narradores: Giovana Cavassola y Apolonio Mondragón, con los que formaría una compañía temporal en 1997, bajo la producción del programa “Alas y raíces a los niños”, a la que Barreiro llamaría “Teatro de Bolsillo”. Con esta agrupación, realiza dos montajes: “El entremés de Chocolate” y “Vasco de Gamma, Señor de los Mares”. Un día Apolonio Mondragón lo invitó a conocer su trabajo personal, y ese fue un momento significativo en la carrera escénica de Alfredo, además de su verdadera puerta de entrada al mundo de los contadores de cuentos; Ávila, entonces, aprovechó los conocimientos que Apolonio le compartió y comenzó a formarse en la escuela de este arte de la palabra, heredero de una impronta cultural que viene del origen mismo del hombre y su afán por resguardar la memoria, y que el cubano Francisco Garzón Céspedes fundara como disciplina artística formal.

 
Como buen aprendiz del oficio, Alfredo apoyó a Apolonio cumpliendo funciones que no podía atender el maestro Mondragón, y en 1998, en el marco de un festival cultural en Villa Nicolás Flores, ocurre su bautizo de fuego, su primera presentación puntual como cuentacuentos. Posteriormente, trabajando con Nezahualcóyotl Luna Ruiz, respaldándose en Técnicas y teorías de educación participativa y resolución no violenta de conflictos, ocupó la narración oral como herramienta en sus talleres de derechos humanos, derechos de los niños y educación para la paz con perspectiva de género, laborando en distintas instituciones como la Secretaría Técnica de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el Instituto Nacional Indigenista y la Dirección General de Atención a la Mujer, por mencionar sólo algunas. Cuando fungía como Coordinador del área de Teatro de la Escuela de Artes del CECULTAH, tuvo la oportunidad de recibir un curso de narración oral escénica con el maestro Jorge Skinfield, el tata de muchos de los buenos narradores en Hidalgo, ahí terminó de aterrizar su vocación y tuvo certeza fiel de aquello que el Maestro Garzón propuso al determinar líneas de ejercicio para esta profesión de fe que es la palabra hablada, y la prosápica necesidad de contar para salvar el día.

 
Alfredo combina distintos lenguajes escénicos para enriquecer su trabajo como narrador: actuación, pantomima, teatro de títeres y, desde luego la narración oral escénica, en la que es un decidido profesional que cuenta y encanta, dice, por el puro gusto de hacer que se su boca surjan historias repletas de gnomos y hechiceros.

 
Su nombre de cuentacuentos es el de Alfredo Fortuna, y afortunadamente le viene como renglón a la página de un buen libro, pues escucharlo es un afortunado suceso en el que la sorpresa y la capacidad de asombro son interminables, como interminable es el poder de la palabra. El Maestro se ha presentado en diversos encuentros internacionales, como “La Fiesta de la palabra” en Santiago de Anaya y la primera edición del festival “Cuento a Cuento, Mano a Mano”. Este año, participará como uno de los narradores invitados al encuentro internacional de narración oral escénica “Un aplauso al corazón”, donde seguramente habrá palabras que de su boca apurarán la aurora.

 
Jamädi…

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