lunes, 26 de mayo de 2008

Ayer, festejo en Bellas Artes para Aline Pettersson

Emiliano Balerini / Milenio
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Voy a sonreír para que me tomes la foto, porque cuando no lo hago mi rostro refleja dureza”, le dice la escritora Aline Pettersson a una persona, minutos antes de ser homenajeada ayer por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, por el 70 aniversario de su nacimiento y su vasta trayectoria literaria.
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Incasable narradora de lo cotidiano, en sus novelas, poemas y cuentos se puede encontrar problemáticas comunes para todas las personas; sueños, miedos, soledades y anhelos. La literatura para niños, ha sido un género desarrollado por ella recurrentemente. Ahí encuentra las mismas exigencias y compromisos que en otros estilos literarios: “No considero que éste sea un género menor, pues la entrega y búsqueda de la calidad no está reñida con la edad de los lectores”.
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Recuerda que su infancia estuvo marcada por dos circunstancias significativas, que posteriormente se vieron reflejadas en su práctica diaria: la lectura inagotable de textos. Fuente de libros que sus padres le proporcionaron; y la niña que salía a jugar con bicicleta y patines a la calle, que se divertía como cualquier otra.
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Ambas experiencias aparecen en su quehacer diario, pues para la autora de Renata y sus fiestas (2007) o Las batallas de Andrés (2004), es un error alejarse de la infancia. La gente debe sacarle brillo al niño que lleva adentro. Esto le permite ver las cosas con frescura, curiosidad y entusiasmo: “En ese sentido mi niña sigue acompañándome y trata de hacerse amiga de los niños lectores de mi literatura”. En el homenaje participaron la escritora Mónica Lavín; el escritor Alberto Chimal; la profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Luz Aurora Pimentel; el fotógrafo y narrador Rodrigo Moya y María Schultz, de la Editorial Alfaguara. La publicación del libro Obras reunidas, editado por la propia Alfaguara, en el cual se integran, entre otros textos, su autobiografía, De cuerpo entero, y sus novelas: Casi en Silencio, Sombra ella misma, Los colores ocultos, La noche de las hormigas, Las muertes de Natalia Bauer y Círculos, contribuye al homenaje.
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Aline Pettersson nació en la Ciudad de México en 1938. Estudió letras en la UNAM. Ha impartido talleres de creación literaria y de lectura. Fue becaria del Centro Mexicano de escritores y fue miembro del Sistema Nacional de Creadores. Ganó el premio jurado infantil en 1986 por su novela El papalote y el nopal, en la Feria Internacional del Libro de Caracas, Venezuela. En la actualidad, como siempre, dos de sus metas son leer y escribir.

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