jueves, 4 de octubre de 2012

Los Rincones del cuento

Emiliano Páramo
Milenio Hidalgo
 
Conocí a Elías Manzano en la pasada edición del Festival Internacional “Cuento a cuento, mano a mano”, al que los dos asistimos como público; recalco esta condición de espectadores, pues él es uno de aquellos que la organización dejó fuera del programa, por ignorar su talento y el compromiso amalgamado a la pasión con que este Maestro (así, con mayúscula) ejerce el oficio de encantador, desde la palabra viva.
Chapulín, nombre que adoptó desde el inicio de su carrera de cuentero, es un joven profesor que desde sus días en la universidad, supo que ser narrador oral sería la bandera con la que asistiría al asombroso mundo de regalar palabras de vida; porque Elías Manzano lo que ofrece desde el escenario, son ocasiones para celebrar nuestra existencia.
Chapulín es un juglar contemporáneo que va por los caminos del viento, contando y cantando lo que los libros han puesto en su corazón de artesano de los buenos decires. A diferencia de algunos que conozco en esta profesión, el Maestro Manzano ejerce sobre todo por el placer de compartir la palabra; por su puesto que es un oficio que practica de manera profesional, y vive literalmente de él, en el mejor sentido de la palabra, y no sólo por el pago de sus servicios, sino sobre todo por el débito espiritual que consignamos en prenda de nuestros mejores sentimientos, los que hemos tenido la dicha de asistir a una contada en el Rincón que Chapulín dispone milagroso, para hacer que surjan de su boca y sus manos, princesas, tortugas, gaviotas, caballeros, tambores y artificios de cantor.
Elías Manzano nació para encantar. Confiesa que nunca ha tomado clases para narrar, pero puedo asegurarles que no le hacen falta, pues por intuición y por instinto, el Maestro se convierte en forjador de estrellas que no dejan de brotarle del alma.
La última semana de agosto, Chapulín hizo sonar la palabra en uno de los festivales más emblemáticos de América Latina, en estos menesteres del arte de contar: “El Caribe Cuenta”, en la Ciudad de Barranquilla, Colombia. En la sección “Cuentos por Doquier”, de esta tan importante jornada cultural, Elías Manzano recorrió aquella región caribeña de Sudamérica, convirtiéndose en un suceso en medio de todos los “grandes” que el festival convoca. Celebro que en Colombia y en los rincones escolares de Hidalgo, Elías Manzano ha recibido el reconocimiento que su dedicado y apasionante trabajo se merece. Mejor que muchos, digno como sólo algunos, sensible, sencillo y profundamente honesto, este trabajador de la palabra es un “carriel” cargado de buenas noticias, para la escena artística de Hidalgo y del mundo latino de la cuentería.
El Maestro Manzano trabaja en una escuela rural de la comunidad de Tultengo, en el municipio de Tepeapulco. Sus alumnos tienen la fortuna de aprender jugando entre cuentos y canciones, pues Chapulín se hace presente frente al grupo, y hace del aprendizaje una aventura, donde los contenidos escolares, los principios y los valores, pasan por el corazón de los niños, y les habitan la cabeza y los haceres buenos de cada día.
Frente a todos los desafíos que ser Maestro en este país significa, Elías Manzano camina “la segunda legua” de la mano de sus alumnos y su público. Regala esperanza desde sus cuentos y de sus cantos, porque lo suyo es hacer la diferencia entre lo aciago, y fundar irremediable ocasiones para la fe en la certeza por un mundo donde no prevalezca la ignominia y la ruindad, pues su palabra le hace caricias al corazón y dibuja sonrisas alma adentro, entre aquellos que asistimos a abrevar de la dicha que prodiga con sus cuentos.
Elías Manzano cuenta por destino, y sabe muy bien que el lugar del hombre está donde su hermano lo necesita, por eso no deja de contar. Jamädi…

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