domingo, 24 de octubre de 2010

Todos somos pachuqueños*

En días recientes ha saltado al ring del debate una campaña a todas luces discriminatoria y xenofóbica en la que se pretende que Pachuca permanezca impoluta para los pachuqueños. Pero, ¿qué es ser un pachuqueño? ¿Se refieren acaso solamente a aquellos que tuvieron el privilegio de nacer en este trozo de tierra hidalguense? Con seguridad que sí. Sin embargo, habemos otros pachuqueños que tuvimos el honor de elegir este trozo de tierra para vivir. Todos nacemos en algún sitio porque no hay otro remedio, sin embargo el poder elegir un lugar para desarrollar todos nuestros afanes no es solamente un accidente, se trata de una decisión que nos afecta a nosotros solos de primera instancia, pero que determina el futuro que construiremos con nuestras familias. Se trata pues, de una decisión de vida.

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Es así que muchos de nosotros, aunque nacidos en otros lares, somos pachuqueños porque elegimos Pachuca para vivir, estudiar y desarrollarnos profesionalmente, queremos esta tierra porque aquí han nacido nuestro hijos y en muchos casos nuestras parejas nos las hemos encontrado aquí. Somos pachuqueños porque no solamente pagamos impuestos en esta ciudad, sino porque también estamos atentos de opinar y participar en las iniciativas que buscan la mejoría de la ciudad; vengan o no del gobierno. Somos pachuqueños porque tenemos memoria de lo que aquí ha ocurrido, en ocasiones, aun antes de que hubiéramos llegado a la ciudad. Somos pachuqueños porque lo sentimos y nos presentamos como tales frente a otras personas. Somos pachuqueños porque algunos no solamente hemos decidido vivir y morir en esta tierra, sino también sembrar en ella nuestra semilla de trascendencia ya sea con nuestra descendencia sanguínea como con nuestra actividad social; procuramos que nuestro paso por Pachuca no sea solamente casual, sino que queremos contribuir a la grandeza que esta ciudad deberá tener para quienes nos sucedan en ella.

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Un gran amigo me decía una vez: “Uno es de donde están sus vivos”. Aquí están mis vivos, aquí es donde pertenezco, soy pachuqueño y nadie puede decir lo contrario; aun cuando mi acta de nacimiento diga señale otro lugar en el mapa. Estos no son tiempos para fomentar la discriminación y las rencillas gentilicias. Pachuca es la capital de Hidalgo, es la ciudad de todos los hidalguenses, por tradición ha recibido con las brazos abierto a aquellos que buscan un páramo tranquilo y acogedor –pregunten a la colonia libanesa, a los descendentes de los ingleses, por mencionar solamente a algunos–; nadie puede esperar que con esa vocación Pachuca pueda arrebatarse de aquellos que no nacimos en ella. Basta. Sumemos, no restemos.

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*Publicado en el diario Síntesis de Hidalgo el Sábado 23 de Octubre de 2010.

1 comentario:

  1. Once I began considering myself a "citizen of the world," how other people defined me mattered very little.

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