domingo, 11 de julio de 2010

¿Quiénes ganaron el cuatro de julio?*

La elección pasó y ha dejado tras de sí una estela de señales inequívocas de que los procesos electorales en Hidalgo han cambiado para siempre. Sin embargo, la mirada derrotista de algunos empaña la posibilidad del aprendizaje y del crecimiento que podemos obtener como resultado de la jornada electoral del pasado cuatro de julio. Miremos entonces las ganancias:

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Ganó José Francisco Olvera Ruíz, sin lugar a dudas, el mejor candidato, con mayor experiencia y conocimiento de los problemas del estado. Ganó la política de propuesta y compromiso por resolver los problemas más apremiantes de los hidalguenses, ante la política de ocurrencia y fanfarronería al más puro estilo foxista; que por cierto dañó a México irreversiblemente. Ganó el Gobernador Miguel Ángel Osorio Chong, quien aportó el éxito de su gestión y su posicionamiento en la opinión pública, para arropar la confianza que los ciudadanos otorgaron a Olvera. Ganó la continuidad de acciones serias y de resultados que han permitido en Hidalgo un desarrollo franco e imparable. Ganamos los hidalguense de a pie que defendemos nuestro derecho de tener gobernantes cercanos, conocidos por su historia de empeño y honestidad, no candidatos enviados del centro que cual moderno Quetzalcoatl quiere a venir a deslumbrarnos con falsos reflejos de la realidad del estado. Ganó la certeza de que no basta con que te conozcan en la capital del país para ganar la elección en un estado, el centralismo mediático a nadie convence y nada conoce de la política del interior del país. Ganó la soberanía política que tiene Hidalgo para tomar las decisiones que mejor le parezcan en la conformación del futuro común. Ganamos quienes reprobamos el uso de mentiras y calumnias para confundir la memoria política de los hidalguenses, sea a través de pasquines impresos o electrónicos. Ganamos aquellos que creemos que el camino de la democracia son las urnas y no la alteración del orden público.

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Ganó el respeto y la serenidad, ante las groserías y el alarde vacuo. Ganó la oposición, la lección de que una alianza no significa un triunfo seguro, se requiere el juego limpio, la propuesta real y la unidad alrededor de un candidato natural y no impuesto. Ganó la candidata perdedora, la oportunidad de demostrar madurez política aceptando el resultado y ayudando así a la construcción del bienestar que tanto pedimos conservar los hidalguenses (con seguridad la desaprovechará). Ganó un gobierno que tendrá la sensibilidad de sumar las inquietudes y peticiones de quienes no votaron por el PRI, pues será encabezado por el mejor hombre para ello, lo ha demostrado antes. Ganó la democracia en Hidalgo, pues nunca antes la distancia entre el ganador y el segundo lugar había sido tan corta; la competencia numérica, aunque no reflejo fiel de la competencia política, exige modernidad y transformación en la manera de llegarle al electorado. Ganó el Congreso Local, la diversidad de visiones sobre las necesidades de los hidalguenses que exigirá también a la próxima legislatura negociación y acuerdos. Ganó Hidalgo.

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No es momento de buscar culpables, es momento de aprender lecciones. No es momento de berrinches, es momento de sumarse a la fórmula ganadora. El proceso electoral ha terminado y es momento de preparar la cosecha que se quiere levantar en la que viene. A sembrar pues.

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*Publicado el sábado 10 de julio de 2010, en la página 7, sección VOX, del diario Síntesis de Hidalgo.

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