viernes, 4 de febrero de 2022

“Ulises” para principiantes



Siempre he creído que leer debe ser como dormir. Uno debe hacerlo cuando es tiempo de, cuando lo necesita o cuando haya oportunidad. Si leer es como dormir, los libros son las almohadas donde podemos poner a descansar con regocijo nuestros ojos. Hay quien prefiere las almohadas mullidas, hay quien no puede descansar si la cabeza no tiene un soporte rígido; yo necesito algo semirrígido tras la nuca y otra almohada suave sobre los ojos. Con base en esta analogía, no todos los libros son para todos los lectores, hay libros que pueden parecer cómodos para la mayoría, pero otros que apenas pueden soportarlos unos cuantos.

“Ulises” (“Ulysses” en su título original) de James Joyce es uno de esas almohadas que pocos encuentran cómoda. Publicado hace exactamente cien años, lo conforman dieciocho episodios que están íntimamente ligados con la “Odisea” de Homero; de ahí el título. Odiseo se transfigura en Bloom y ve reflejadas sus hazañas en el quehacer del protagonista un día común y corriente en las calles de Dublín.

El libro apareció el día del cumpleaños cuarenta de su autor; dos de febrero de mil novecientos veintidós. Muchos la llaman la Novela que contiene todas las novelas, siendo el gran detonador de la narrativa occidental del siglo XX.

La novela no es fácil. A partir del segundo capitulo se vuelve densa y exige del lector un rigor considerable dados los experimentos técnicos y lingüísticos que afloran cuando la línea argumental parece diluirse y se escabulle hasta para el lector más avezado. Incluso, Jorge Luis Borges, el ¡gran lector!, recomendaba abordar el “Ulises” con cautela, a “sorbitos” decía; trozos breves para degustarlos sin empacharse.

El germen de la novela es un episodio desafortunado, protagonizado por el mismo Joyce una noche de junio de 1904. Cuenta la leyenda que mientras vaga por las tripas de Dublín, James galanteó a una joven que iba acompañada, lo que resulto en un puñetazo que mando al escritor al suelo. Sin embargo, la acción que transcurre en la novela ocurrió el 16 de junio de ese mismo año, 1904, cuando Joyce se citó con Nora Barnacle, una atractiva camarera que había conocido seis días antes y que a la postre sería su compañera de vida. Ese día se convertiría en un hito en la historia de la literatura moderna y ha sido bautizado por sus seguidores como el Bloomsday.

En mill novecientos veinte, durante una tertulia ocurrida la tarde del once de julio, James Joyce conoce a Sylvia Beach, norteamericana estrafalaria que era dueña de una librería de fama nada despreciable llamada Shakespeare & Company. Dos años después ella le propondría al autor miope y desalentado convertirse en la editora de su libro más reciente; el “Ulises”.

Por extraño que parezca, Joaquín Sabina posee un ejemplar de aquella primera edición del “Ulises” que no es cualquier ejemplar, es, nada más y nada menos, el libro dedicado, de puño y letra de Joyce para Ciprian el hermano de la mismísima Sylvia Beach.

Ese primer ejemplar, de pasta dura, pesaba kilo y medio, tenía setecientas treinta y dos páginas (un mamotreto, pues) y estaba plagado de erratas, resultado de los caprichos y correcciones de última hora del autor, lo que por cierto, volvía loca a su editora.

Hace algunos años, alguien pagó en una subasta neoyorquina ciento ochenta mil dólares (no sé si fue Sabina) por un ejemplar firmado de esa primera edición, convirtiéndolo en el libro más caro de la historia de las subastas literarias.

Joyce no tuvo muchos lectores mientras vivió, tampoco al morir, sin embargo muchos escritores se declararon influenciados por “Ulises”; Octavio Paz, Lezama Lima, Julio Cortázar. Lo cierto es que al paso de los años ha aglutinado un número cada vez más creciente de admiradores. 

Como narrador, algunos expertos consideran a James Joyce sólo por debajo de Antón Chejov y seguido muy de cerca por Juan Ramón Jiménez, el ya mencionado Borges y nuestro Juan Rulfo. Virginia Wolf lo consideraba malísimo, a Heminway le apasionaba, T.S Eliot se confesaba “desbordado” por la novela mientras que Aldos Huxley lo encontraba terriblemente aburrido. Salman Rushdie escribió alguna vez que Joyce “construyó un universo de un grano de arena”.

Muchos libros se han escrito sobre “Ulises”. Ensayos, estudios, novelas. Una de ellas, una ficción alrededor de “La Ficción” de James Joyce es una novela extraordinaria de Enrique Vila-Matas titulada “Dublinesca”; si la encuentra por ahí no dude en leerla.

Sí algún lector tiene un interés en ciernes por Joyce, le sugiero comenzar por “Dublineses”, volumen de cuentos (publicado en 1914) o por “Retrato del artista adolescente” (1916); otro par de libros únicos e inigualables que resultan almohadas más cómodas que le permitirán, estimado lector, soñar a través de la lectura.

2 comentarios:

  1. Anónimo11:07

    Extraordinaria narrativa y recomendación de lectura

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  2. Anónimo11:08

    Me encantó el artículo

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