domingo, 11 de agosto de 2019

Un largo epitafio


Es la voz negra de la literatura norteamericana. Hablo de ella en presente, aunque ha dejado de respirar el lunes pasado. Toni Morrison tenía 88 años y murió en un íntimo suburbio de Nueva York en la rivera de un río donde alguna vez acuatizø un avion. Sus pulmones se dieron por vencidos ante la tozudez de una neumonía.

Luego de ser editora durante muchos años y forjar calladamente por las noches su primera novela, Toni Morrison dio rienda suelta a una de las carreras más contundentes de la literatura norteamericana del siglo XX, con su debut titulado "Ojos azules" en 1970. De inmediato se convirtió en la portavoz natural del punto de vista de la América negra con temas que le interesarían por siempre: la memoria de la esclavitud, los conflictos derivados de la segregación racial, así como el lenguaje la cultura y la  tradición afroamericana.

Toni se aventuró a mostrar sus letras en un momento donde no sólo era mal visto ser de "color" sino también ser mujer. Su primera novela cuenta la desgarradora historia de una chica negra, Pecola, obsesionada por tener los ojos azules, en un país donde su cuerpo, su imagen, no le agradaban a nadie. Su padre acaba por violarla para demostrarle, de la manera más brutal, que puede ser deseada y la deja embarazada. Al final Pecola caba siendo como un despojo en su propia cultura, loca, creyendo al final que realmente sí tiene esos ojos azules.

A partir de ahí, Morrison se dedicó a escribir los libros que nadie más escribió y a narrar las historias que por elección se procuraba ocultar, en el mejor de los casos, de manera inconsciente en una sociedad norteamericana que es profundamente  racista aún en el siglo XXI.

Sus personajes, en su mayoría, serían la perfecta alegoría para la búsqueda de un lugar en el mundo, revelando sin recelos las ambivalencias de una cultura que presume de libertad tejiendo a sus espaldas trampas ideológicas que señalan a quienes son diferentes para marginarlos. (Cuan lamentablemente actual suena esto contra lo que luchó la literatura de Toni Morrison.)

Después de sus dos siguientes libros, "Sula" (1973) y "La canción de Salomón" (1977), vendría "Beloved", considerada su obra maestra y que le hizo ganar el favor no solamente de los lectores sino también de la crítica. Tal vez fue esa vereda fue la que la llevó a recibir el Premio Nobel de Literatura en 1983, convirtiéndola en la primera mujer negra en recibirlo.
Alguna vez el New York Times dijo que Toni Morrison escribía "sin la mirada blanca". Ese es su legado.

Pero un transcurrir poco conocido en México de la obra de Toni Morrison en su poesía (poca, por desgracia), cargada de la magia y la cosmogonía de las comunidades afroamericanas en las que ella vivió de niña en Ohio y que se replicaban a lo largo y ancho de todo el territorio norteamericano.

Como homenaje a su memoria, comparto aquí mi versión de su poema "El equilibrio perfecto del grano":
El equilibrio perfecto del grano / Tiempo suficiente para derramar / El sabor de una mujer arrastrada por la lluvia. // Lenguas que hablan mieles / Abajo en casa los sueños / Apresurarse por orar fervientemente / Los labios de la noche se separan para callarse / Preguntas que son planteadas al amanecer. // El melón permite otra rebanada / Los dedos entienden / El éxtasis se convierte en todos nosotros / Las cerezas rojas se convierten en mermelada. // Un sueño juvenil profundo / El rastro de un silbido / Costas blancas en un aire verde. / Puertas abiertas de bienvenida / Cuando el adiós es un "hasta luego". // El equilibrio perfecto de grano / Tiempo suficiente para derramar/ El sabor de una mujer recordada en un tren.

Descanse en paz Toni Morrison.

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