martes, 21 de diciembre de 2010

Será recordado 2010 como un año de grandes pérdidas en la cultura

Notimex



Tomás Eloy Martínez, José Saramago, Luis Leal, Helen Escobedo, Margaret Norquist Nelson, Alí Chumacero, Carlos Montemayor y Carlos Monsiváis, Ariel Ramírez y Graciela Grillo-Pérez, son algunos de los artistas e intelectuales que fallecieron este 2010.
Apenas habían transcurrido 25 días del año cuando murió el escritor español Luis Leal, miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y del Modern Language Association of America, así como uno de los más destacados pioneros en el estudio de la literatura de México y Estados Unidos. Tenía 102 años de edad.
El 27 de enero, el mundo de las letras se vistió de luto con la muerte del escritor estadunidense Jerome David Salinger, quien tras publicar su novela El guardián en el centeno se apartó de la vida mundana durante 50 años, lo que le mereció el mote de el recluso literario.
Director de escena, dramaturgo y formador de varias generaciones de actores y creadores del concepto de “Teatro de Círculo”, Xavier Rojas, falleció en su domicilio el 28 de enero a los 89 años de edad.
El mes de enero cerró con el deceso del escritor argentino Tomás Eloy Martínez, a los 75 años de edad, luego de una larga lucha contra un cáncer que padecía. Pese al tumor cerebral que tenía, Martínez había continuado su producción literaria que publicó en periódicos de circulación internacional como El País y The New York Times.
El 3 de febrero murió la violonchelista estadunidense Margaret Norquist Nelson, quien por más de 20 años formó parte de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Cinco días después, el 8 de febrero, la escritora mexicana, autora de una vasta prosa poética y ensayos que retrataban la vida cultural del país, Esther Seligson, falleció a los 69 años de edad a consecuencia de un infarto al miocardio.
El compositor y pianista Ariel Ramírez, considerado como uno de los principales exponentes del folclore argentino, falleció la noche del jueves 18 de febrero a los 88 años de edad, a causa de una neumonía y una complicación renal.
Conocido como una de las grandes voces del doblaje en España, el poeta y actor español Rafael de Penagos falleció el 25 de febrero en un hospital de Madrid. A lo largo de su vida cultivó amistad con grandes poetas españoles como Rafael Alberti y Juan Ramón Jiménez.
Un día después, el galerista y coleccionista suizo cofundador de la Feria Internacional de Arte de Basilea, Ernest Beyeler, murió a los 88 años de edad. Le había tomado más de medio siglo constituirse como uno de los coleccionistas más destacados del mundo, por su acervo de arte contemporáneo. Este mismo día, el 26 de febrero, el director de teatro Jorge Méndez Garza falleció en su natal Torreón, Coahuila. Participó en más de 70 obras como actor, director, escenógrafo y productor de teatro, principalmente en los teatros asentados en los barrios marginales.
También se resintió la muerte del escritor, tenor, activista social, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y traductor mexicano, Carlos Montemayor, quien tras permanecer hospitalizado por varios días a causa de un cáncer de estómago que lo aquejaba desde cuatro meses atrás, dejó de existir el 28 de febrero.
El poeta chiapaneco Enoch Cancino Casahonda, considerado como el segundo vate más importante de la era contemporánea en su entidad, tan sólo después de Jaime Sabines, murió el 2 de marzo. Su obra poética trascendió fronteras, principalmente por Canto a Chiapas, que escribió cuando era estudiante de la UNAM. El también escritor español Miguel Delibes falleció el 12 de marzo a los 89 años de edad, debido a un cáncer que le fue detectado diez años atrás. En sus obras literarias abordó numerosos temas de su época, como la vida rural, el paso a la ciudad, las relaciones amorosas y el contexto social de la segunda mitad del siglo 20.
Este mismo día, la muerte también sorprendió a la dramaturga salvadoreña Matilde Elena López, de 91 años de edad, quien destacó por su gran legado teatral y como pionera del ensayo en El Salvador. Mientras que el 16 de marzo pereció el pintor y muralista mexicano Pedro Banda Salazar (Tamaulipas), heredero de José Clemente Orozco, cuya obra destacó por su fuerza y vitalidad cuyos temas recurrentes fueron la pobreza de la clase campesina.
Otra de las muertes que conmocionó no sólo al mundo de la literatura sino a la sociedad en general, fue, el 25 de mayo, la del caricaturista Gabriel Vargas, autor de la famosísima serie La Familia Burrón, que lo llevó a ser considerado entre los siete sociólogos más importantes a nivel mundial, por retratar en ella a la sociedad mexicana.
La conmoción mundial llegó el pasado 18 de junio con el deceso de uno de los más importantes escritores y Premio Nobel de Literatura del siglo 20, el portugués José Saramago, quien fuera poeta, novelista y dramaturgo, cuya obra apostó siempre a la necesaria y positiva transformación de la sociedad.
Un día después, las letras mexicanas se vistieron de luto con la muerte anunciada de uno de sus cronistas y ensayistas políticos de izquierda más importantes, Carlos Monsiváis, quien durante meses permaneció hospitalizado a causa de una afectación pulmonar.El 21 de junio murió a los 85 años, el pintor y muralista mexicano Jesús Álvarez Amaya, quien fuera integrante del Taller de la Gráfica Popular desde 1955 y desde entonces uno de sus más destacados participantes.
Autor de Picardía Mexicana y de otros títulos que lo llevaron a ser apodado el rey de los albures, el escritor y arquitecto chiapaneco, Armando Jiménez Farías, falleció el 2 de julio a causa de un cáncer de garganta y el domingo 4 del mismo mes, murió el narrador y ensayista coahuilense Francisco Javier Amparán.

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