Sentimos una fascinación particular por los mapas. En mayor
o menor medida nos entregamos a la contemplación de un globo terráqueo (tan
escasos hoy en día y tan maravillosos), lo mismo que a un mapa extendido donde
podemos ejercitar nuestra imaginación territorial. En ellos, podemos
dimensionar el tamaño del mundo y contrastarlo con nuestras expectativas; el
mundo es más grande de lo que parece, o por el contario, es tan pequeño como un
pañuelo, versa el adagio.
Pero en los mapas también podemos establecer una línea de
tiempo, marcando en su faz y a lo largo de una continuidad cartográfica, los
cambios que ha tenido una actividad humana dentro de un territorio específico.
Eso es precisamente lo que ha hecho el Gobierno del Estado
de Hidalgo en el libro “Atlas de la Educación Pública en Hidalgo, a 150 años de
la creación del estado”. El libro, editado en un formato cuadrado de treinta
por treinta centímetros, mostrando al golpe de vista una portada sobria y
elegante, comprende un estudio minucioso de la evolución que ha tenido la
educación pública en el territorio hidalguense.
La publicación abre con un mensaje del gobernador del
estado, Omar Fayad Meneses, donde destaca la importancia de la educación como motor
principal del desarrollo integral de las personas y, por ende, detonador de
mejores sociedades.
El caso de Omar Fayad como gobernador es peculiar en el
país. Es un hombre que ha transitado por muy diversas esferas del ejercicio
público y ha echado mano de esa experiencia acumulada para diseñar ejes estratégicos
de acción que han promovido interesantes y efectivas políticas públicas en el
estado que tanto amamos.
Una de esas experiencias es la de haber sido Secretario de
Educación Pública estatal hace veintinueve años, siendo artífice directo de la
creación de muchas de las instituciones que hoy prevalecen para cubrir las
exigencias educativas de la población de un Hidalgo entregado ya plenamente a
combatir los retos voraces del siglo XXI. Esta condición lo convierte en
protagonista y testigo de los esfuerzos y victorias de una política educativa
que durante casi treinta años ha apostado por el conocimiento como principal
herramienta del desarrollo.
Por su parte, el actual Secretario de Educación, Atilano
Rodríguez Pérez, reconoce la vocación y entrega de quienes han forjado este
crecimiento educativo durante ciento cincuenta años; las maestra y maestros que
han forjado a pulso de lecciones y tareas a generaciones completas de
hidalguenses en los más recónditos (y bellos, hay que decirlo) parajes rurales
y citadinos de esta comarca llamada Hidalgo.
El trabajo de recopilación y análisis corrió a cargo de
investigadores del Colegio del Estado de Hidalgo, encabezados por la
historiadora Rocío Ruiz de la Barrera, ofreciendo un trabajo impecable en su
metodología y esquicito en su formación; destaca la imagen de la Carta del
Estado de hidalgo formada de orden del C. Gobernador juan C. Doria en 1869 y la
Carta V “Instrucción pública de A. García Cubas” de 1885; ambos presentados,
como nunca antes en ninguna publicación conocida, a doble plana y desplegables
para admirar, en todo su esplendor, su carga histórica y documental.
Este Atlas, es dingo de ojearse, enriquecedor para los
investigadores y especialistas, cautivador para quienes sólo queremos
dimensionar la historia, la memoria y el crecimiento de un estado que nos ha
acogido, por nacimiento o por destino; mirando en el paso del tiempo un
crecimiento que sería mezquino no reconocer.
Ha sido un gran acierto de la Secretaría de Educación
Pública en Hidalgo publicar esta obra, pugnando sin cesar, con la guía del
secretario Atilano, por una educación universal y excelsa para cada
hidalguense, hoy y mañana. Felicidades.
Paso cebra
El tiempo pasa, insiste, terco e inexorable y yo estoy más
feliz que nunca. En el lugar preciso y la gente adecuada. Lo preciso. Con
tantas arrugas como anhelos, con tanto menos pelo como rencores. Venga los
cuarenta y siete.
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