viernes, 15 de enero de 2021

La reflexión, ¿una reliquia?

Los tiempos son aciagos. Sobre todo porque están desprovistos de la más útil, ancestral y apreciable de las cualidades: La reflexión. Hoy que estamos rodeados hasta la saciedad de las redes sociales –sitios donde la opinión fugaz, ligera y malintencionada, ocupa la mayoría de publicaciones–, la oportunidad de crecer intelectualmente a través de ellas es más que milagrosa. En este escenario oscuramente denso como el último tramo de Machbet, encontrar publicaciones, ya sea digitales o en papel, que privilegien el pensamiento, es un respiro, profundo y de aire fresco, intelectualmente fresco.

La luz del medio día de Salvador Franco Cravioto es uno de esos respiros. En veintitrés textos el autor reflexiona como quien toma un paseo después del almuerzo. A paso lento pero constante va dilucidando los asuntos que aquejan al mundo, a su mundo, al mundo que perciben sus sentidos y que su mente no puede dejar pasar de largo; su pensamiento va de la fe a la educación, de la política a la cultura, a las ideologías, a la maldad.

El autor, pachuqueño de nacimiento y universal por vocación, echa mano de uno de los artilugios analíticos menos presentes en la actualidad: el enciclopedismo. La visión total de los temas que le interesan es una de sus obsesiones; tratar de mirar de varias perspectivas, de todas si esto fuera posible; un tema que ocupa su interés nos da la posibilidad de encontrar en sus artículos la cada vez más escasa posibilidad de “aprender” mientras se lee.

Pero sobre todo, La luz el medio día es un dialogo; Franco inicia sus textos con citas de autores que le han marcado y con los cuales inicia una charla de frente, desde el turbulento siglo XXI, para explorar los concordes y confrontar (en el mejor sentido del término) los antípodes puntos de vista sobre el devenir de la historia y la cultura. Así, Salvador se sienta a dialogar con Sartre, Descartes, Kant, Bachelard y Raúl Arroyo entre algunos otros.

Salvador Franco es heredero de un a estirpe de intelectuales que desde el siglo XIX ha marcado la historiografía hidalguense con políticos e intelectuales sobresalientes y de una gran influencia para el pensamiento mexicano desplegado por los últimos tres siglos. El personaje eminente de esta línea es Alfonso Cravioto, fundador de la revista Savia Moderna, la cual dio origen del Ateneo de la Juventud, movimiento precursor y detonante innegable de la cultura y la literatura mexicana del siglo XX; la admiración que Salvador siente por Rafael me consta y ha sido el motor fundamental para que Franco haya emprendido proyectos editoriales, como Savia Contemporánea, secuela afortunada que, a finales de la primera década de este siglo, hubiéramos querido que durara más.

Es ahí, en la estirpe de la cual se sabe el cabo más reciente, es donde la semilla de su inquietud ha encontrado tierra buena, forjando esa personalidad decimonónica que lo caracteriza; propio, mesurado, incisivamente analítico con el impulso progresista de quien quiere transformar su entorno a través de la palabra pensada, escrita o dicha. 

El autor se presenta con un estilo conciso y personal, que define ya muy bien su voz literaria y proyectando una obra que navegará, como lo ha hecho hasta ahora, entre la poesía y la filosofía sin peligro de naufragios en el horizonte.

Cada texto, intentado para la lectura ingrávida de un diario, se transforma a la segunda línea en un pequeño ensayo que exige del lector un esmero particular, invitándolo al análisis concienzudo de su propuesta intelectual, llevando al más distraído a los linderos del debate y la propuesta.

Lectura obliga internarse en los aparentemente tersos parajes de este libro, advirtiendo al posible lector que volverá embelesado de la dulcemente desquiciante sensación que sólo deja el profundizar. 

Un acierto que la editorial independiente Vozabisal, dirigida con pasión por el poeta Hans Giebe, apueste por autores jóvenes que desmenuzan la actualidad con el más antiguo, brillante y, lamentablemente, cada vez más en desuso, crisol del pensamiento: la reflexión

1 comentario:

  1. salir de los blogs que dicen pavadas para encontrarme con algo distinto inteligente
    gracias por compartir lo que sabes

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