viernes, 16 de noviembre de 2018

El péndulo que no olvida

Bajó de la cúpula agotado. Había colgado desde lo más alto una larga cuerda que del otro extremo sostiene un saco de arena. Sudoroso, empujó el hato para que comenzara a moverse.Por una pequeña abertura, la arena iba marcando el rastro de su movimiento, de su oscilación. Era Foucault tratando de demostrar el movimiento de la tierra, pero también podemos ser todos, aferrándonos a conocer el origen y destino de nuestra vida, o al menos de forma en que la recordamos y la imaginamos.
Los seis cuentos que conforman en volumen “La oscilación de la memoria” de Christian Negrete están impregnados de este aroma. Historias que surgen de la realidad y giran sobre sí mismas para volver a mezclarse con su origen, dejando en el lector un resabio de derrota y miseria humana.


Christian Negrete se revela como un autor novel que trae consigo todo el ímpetu y febrilidad de quien a descubierto el paraíso que creía velado para su destino. Su origen de abogado litigante y su ejercicio como ministerio público le ha permitido ser un testigo privilegiado de una realidad que supera toda ficción, pero que se vuelve la materia primar para historias que transforman esa realidad, ¿para mejorarla?, sin duda. La sordidez de los sucesos que ocupan sus historias son un tamiz por el que la vida llega a sus consecuencias más viscerales.
Los personajes de este libro son todos lectores. Negrete aquí se devela como un autor que lee. Porque aunque parezca difícil de crear existen escritores que no leen. Para fortuna nuestra, estamos ante un escritor que se escondía bajo la piel de un devorador de libros; vicio que sigue ejerciendo como entrenamiento diario de su vocación. Pero además de lectores, o tal vez porque lo son, lo personajes de estos cuentos están profundamente inconformes con su vida, con la circunstancia que atraviesan y, aunque no lo quieran, se engarzan en una espiral de transformación que los lleva a cumplir un destino inexorable, escrito bajo la almohada de las más encantadoras pesadillas.
Pero el ingrediente que cautiva en las historias del autor no es la dosis de realidad que conservan, es una voz apacible pero intensa que nos va llevando por las entrañas de la mente de personajes que han visto pasar su vida desde la orilla del desencanto, y por un impulso incomprensible se han arrojado al cauce, logran en ocasiones estrellarse con el lecho seco por donde alguna vez paso la vida.
Negrete ha venido a ocupar un lugar primordial en la escena literaria hidalguense con este su primer libro. Será sin duda un autor la que no sólo vale la pena leer, sino también seguir, pues es dueño de un estilo propio que irá puliendo con el tiempo. Aquellos escritores que habitan en el medio de la más sórdida realidad, son lo que forjan un literatura intensa y descarnada, siempre y cuando tengan el cincel y el martillo adecuados, léase el talento. Christian Negrete los tiene. Estoy ya, ansioso por leer sus nuevos cuentos, los cuales está escribiendo gracias a un apoyo para la creación. Mientras tanto arroje usted, estimado lector, un par de tarde a este libro. No va  a arrepentirse.


Paso cebra
“La oscilación de la memoria” de Christian Negrete, ganó el Premio Estatal de Cuento Ricardo Garibay 2017. Se presenta esta tarde en el Elementario, en las inmediaciones del Jardín Colón, a las 19 horas. Los comentarios los hará Eduardo Islas Coronel, el ganador de este año del premio estatal de poesía Efrén Rebolledo. Espero que pueda usted leer esta invitación a tiempo y podamos vernos por allá.

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