Dos gigantes de la pintura y la
escultura de nuestro país se darán cita en El Cuartel del Arte de Pachuca con
la exposición Enigma, que mostrará
los trabajos de Benjamín Domínguez y Jorge Marín. Esta muestra será inaugurada
el próximo jueves 16 de junio, en punto de las 19:00 horas.
El Gobierno del Estado de
Hidalgo, por medio de su Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, traerá a
la capital hidalguense una selección de los trabajos de estos dos reconocidos
artistas, para que los habitantes de la entidad puedan conocer un par de
figuraciones que han traspasado las fronteras gracias a su calidad.
Benjamín Domínguez (Chihuahua,
1942) es considerado como un artífice de los sueños, la magia y las
tentaciones. Es un artista insatisfecho con la realidad, un pintor que la
trastoca y la recrea conforme a la textura de sus propios proyectos. Aunque
Benjamín Domínguez inició su carrera como un pintor abstracto –corriente que
trabajó durante casi 10 años–, su verdadera pasión ha sido realizar una
revisión posmoderna del barroco.
Ahora es respetado como uno de
los neoclasicistas más modernos del país. A los 20 años de edad ingresó a la
Academia de San Carlos en la Ciudad de México, donde estudió grabado con
Francisco Moreno Capdevilla, y pintura con Roberto Garibay, Héctor Cruz, Nicolás
Moreno y Antonio Rodríguez Luna. Su formación estuvo marcada por dos
movimientos antagónicos: el realismo y la abstracción. Un día, al visitar la
National Gallery of Art, en Washington DC, fue testigo de la fascinación que
despertaba en el público una obra: La pesadora de perlas, del pintor holandés
Jan Vermeer. ¿Por qué una pintura hecha hace más de 550 años tenía tanto poder
de atracción? Ese día dudó de todo lo que había hecho hasta ese momento y
decidió regresar a las enseñanzas de la Academia de San Carlos, a lo que él
llama “la cocina del arte”, es decir, la práctica del arte técnico, del manejo
de los colores, de los aceites, los barnices y toda la parafernalia que gira
alrededor de un neoclasicista. Así surge la serie inspirada en el cuadro El matrimonio
Arnolfini, del pintor renacentista Jan Van Eyck. A partir de esta obra,
Benjamín Domínguez pintó 20 variaciones en las que traslada a la modernidad a
una pareja que vivió en el año 1434, y hace que se amen, se odien y se
destruyan.
Jorge Marín (Uruapan, Michoacán
1963) es uno de los mayores exponentes del arte contemporáneo figurativo en
México. A lo largo de su carrera, su labor artística ha sido multifacética, lo
que le ha permitido abarcar distintas disciplinas y trabajar con diversos
materiales –como la cerámica y la resina–, por lo que su obra plástica ha
obtenido múltiples reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional.
Después de una larga y acuciosa búsqueda, adoptó el bronce como medio de
expresión y como signo distintivo de su obra, lo cual constituyó una
inmejorable elección para que las manos y los pies de sus personajes, las
texturas de plumas, venas y telas, adquirieran la perfección de la materia
viva.
Ha incursionado en diferentes
dimensiones escultóricas, que van de la miniatura a lo monumental. Sus obras de
gran formato han triunfado tanto en México como en el extranjero, apoderándose
del espacio público y generando un diálogo inédito entre la obra de arte y el
espectador, desarrollando un juego espontáneo y lúdico que igual lo hace parte
de la monumentalidad de un par de alas, que cómplice de los personajes
fantásticos que, en una danza visual que tiene como escenario plazas y
camellones, lo integran suavemente al mobiliario y al movimiento urbano.
Ha participado en más de 200
exposiciones colectivas e individualmente su obra ha sido exhibida en las más
importantes galerías y museos de Francia, España, Portugal, Turquía, Alemania,
Bélgica, Hungría, Rumania, Costa Rica, Panamá, El Salvador, Guatemala, Canadá,
Estados Unidos, Inglaterra, Rusia, Bélgica, China, Dinamarca, Singapur e
Indonesia.
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