de tu cuerpo maduro y perfecto,
enfundado en ropa deportiva,
yendo y viniendo,
azotando la escarpada
de mi cuerpo repetido
cientos de veces en la
Busqueda infructuosa
y extraviada —voluptuosa— de tus senos.
Acierta mi lengua tus pezones,
postrero husmeador de tu entrepierna;
chapoteo que desata
tu beso profundo y pausado.
Reviví en el lento
florecer de tu desnudez
—palmo a palmo resplandece
tu carne clara,
trémula y dispuesta—,
atada a mi vergonzoso
historial de lobo.
Me olvido de lo que he sido
cuando tus piernas me atrapan
y tu gemido me ensordece
del pasado,
recordandome tuyo
de siempre en tanto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario