La fotografía es un arma contra el olvido; al mirarla, una imagen abre fuego en nuestra mente y deja una huella indeleble en la memoria, o también, trae a cuentas un momento vivido, atesorado en esa luz capturada en algún lugar del pasado y que por desconocida razón permanecía recóndito dentro de nuestra mente. Pero la fotografía, el ejercicio fotográfico, quiero decir, es también una herramienta para el reconocimiento, la indagatoria, la reivindicación de lo que somos migrándonos en las imágenes de lo que hemos sido. Es un sumergirse en la vida que compartimos con otros por razones temporales, geográficas, culturales, o identitarias; es ahí donde la mano del fotógrafo, la mirada sería mejor decir, cobra importancia cuando su punto de vista deja testimonio del mundo que le rodea y al que pertenece, aunque sea sólo en el instante que captura.
“Miradas del valle / La vida más allá de su contexto” es el testimonio gráfico de Homero Biñuelo acerca el mundo en el que no sólo ha participado al momento de accionar su cámara, sino el de un espacio-tiempo en el que él mismo es el devenir de una identidad ancestral y permanente: la del Valle del Mezquital.
Nacido en Pueblo Nuevo, Ixmiquilpan en 1979, Homero pertenece a una generación de hombres y mujeres que siguen sintiendo orgullo del terruño que les vio nacer y que, agradecidos por el esfuerzo sobrehumano que hicieron sus abuelos, abuelas, padres y madres, lograron alcanzar nuevas posibilidades que la capital del estado de Hidalgo e incluso en la capital del país. Todos ellos, cargaban en la maleta historias familiares, enseñanzas locales, leyendas regionales y decires que formaron su identidad a partir del idioma, la gastronomía y las costumbres; pero sobre todo, a partir de su particular forma de ver el mundo del pueblo ñähñu.
El Valle del Mezquital viaja en la piel de quienes nacen y vuelven a él. Es un sino indeleble que se porta con orgullo y que ha vencido, para fortuna de propios y extraños, ese temor con que los pueblos originarios se ocultaban hace más de un siglo por no “embonar” en el México “moderno”. Por fortuna, y gracias a los pueblos como los que conforman el amplio esquema de orígenes del Valle del Mezquital y que alzaron la voz para enaltecer su estirpe y honrarla, podemos gozar todavía del arte, la cultura y las tradiciones que les fueron inculcadas; su origen y su identidad. Otros pueblos en el mundo, no han corrido con la misma suerte.
En esta colección fotográfica que Biñuelo nos presenta se puede sentir esa ufanía en la forma en que su mirada recorre su entorno. Hombres, mujeres y niños que siempre están trabajando y creando, urdiendo con sus manos el porvenir, buscando con la mirada el horizonte de vida, andando los caminos que los conducen al futuro sin dejar de ver el sendero recorrido del pasado; los ambientes son los memorizados por los sentidos, el calor abrasante, la tierra dura, el cultivo exigente del trabajo duro, la lluvia escurridiza, el candor y el compromiso de su gente; la benevolencia pues, del Valle amado.
Las imágenes van más allá del mero registro antropológico, cuentan historias que se sostienen en las costumbres, el vestido, los utensilios cotidianos, la arquitectura y los paisajes que envuelven a los protagonistas de cada fotografía. Son personas que marchan valientes por el tiempo, consolidando su pasado y visorando un futuro en el que sigan cubiertos por el calor de su identidad.
Con este libro, Homero Biñuelo se une a la importante lista de fotógrafos que nos han legado un variopinto registro del devenir del Valle del Mezquital: desde Fernando Benitez, Antonio Rodríguez, Berenice Kolko, David Maawad y Alicia Ahumada, hasta Ruth Lechuga, Christiane E. Kugel, Nyx Rodríguez, Erika Barquera y Jesús Peña Melchor, entre otros. Puntos de mira personales que contemplan desde el corazón la cosmogonía del Valle del Mezquital.
Paso cebra
El texto anterior es el prólogo que escribí para el libro de fotografías “Miradas del valle / La vida más allá de su contexto” de Homero Biñuelo Bautista, el cual se presenta este viernes 9 de agosto en su cominidad y en los próximos días en Nashville, Carolina del Norte en EE.UU. Enhorabuena.
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