Una de las pocas cosas loables que nos trajo este 2020 ha
sido el centenario del natalicio del uruguayo, quien sin duda es uno de los
poetas más importantes de nuestra lengua. Cultivo todos los géneros literarios:
la poesía, la prosa, la dramaturgia y el ensayo. Lo hizo con ahínco y
brillantez. Sus lectores se cuentan por multitudes y el cariño que se le
prodiga dio pie a que el catorce de septiembre (su cumpleaños número cien) las
redes sociales se inundaran de múltiples muestras de afecto y celebraciones. De
todas ellas, una de las mas significativas fue la que hizo su casa editorial en
la última etapa de su vida, Alfaguara, con la edición de una antología de su
poesía, la cual se presentó en la sede del Instituto Cervantes en Madrid el mero
día del centenario.
En sí misma, la antología tiene un gran valor, pero adquiere
una significación mayor por quien la confeccionó; Joan Manuel Serrat hizo la
selección y el prólogo. En ella se encuentran los 145 poemas (y un puñado de
haikus) que para el catalán son los más significativos del vate uruguayo.
Serrat hubiera querido que fuera más amplia “pero las dimensiones del volumen
dictan su rigor”, dice. Joan Manuel nos cuenta que la poesía de Mario está
íntimamente relacionada con sus andanzas biográficas y descubre un zurcido
oculto en la obra del poeta más leído y cantado de Iberoamérica. Divide la obra
en tres partes: la primera, titulada “La nostalgia provoca exilio”, contiene
los libros publicados entre 1948 y 1973; la segunda, “El exilio provoca
nostalgia” con poemas de 1973 a 1984; y la tercera, “El desexilio” que abarca
los últimos 22 años de producción poética, entre 1986 y 2008.
En cada sección, se aprecia la voz inconfundible del poeta,
su inteligencia y humor, con una selección que deja ver las distintas aristas
con que abordó durante toda su vida sus temas fundacionales: el amor, la
memoria, el exilio, la muerte. Se va notando la evolución de un estilo
cotidiano, diáfano y honesto que nunca sucumbió a las corrientes y a las modas
literarias; sostuvo la pluma con temple para surcar la literatura
latinoamericana con viento en popa, profundizando siempre en el más humano de
nuestros resquicios interiores.
A mi gusto, a la selección del Catalán sólo le falta un
poema, “Asunción de ti”, aquel que cierra el primer libro de Mario: “Quién
hubiera creído que se hallaba / sola en el aire, oculta, / tu mirada (…)”. Pero
por definición, toda antología estará incompleta y será un pretexto para ir en
pos de aquellos textos que nos marcaron, no solo en la juventud, también en la
adultez donde todos nos azoramos por los golpes de timón que da la vida,
dejando en claro que cada día se lucha, como hizo Benedetti, por vencer, no a
la muerte, ya quisiéramos, sino al olvido. Sumergirse en este libro es la mejor
celebración a su vida; a través de su obra.