José Manuel Solá
SE COMPRA
Se compra una ventana.
Deberá estar abierta cada día y sus noches
para ver los ancianos al sacar de las manos los recuerdos
de los hijos ausentes
y traer en la alforja las cartas, los retratos,
los perfumes de tiempos que pasaron...
La ventana que busco
deberá permitir toda la algarabía
de los niños que juegan su inocencia de pájaros
y el ruido de los árboles, de los vientos, las lluvias,
del ruido sideral de los planetas;
deberá haber sido testigo
de una canción, de un beso, de alguna despedida
y haber sido testigo de mil noches de luna.
Yo busco una ventana
que me cuente la historia de un pintor o un poeta,
que guarde la tibieza de las manos de un viejo carpintero...
Se compra una ventana sin cerrojos
para poder abrirla hacia la vida.
Yo quiero una ventana
que convoque a los hombres de paz a mi saludo.
SE BUSCA UNA PALABRA
Se busca una palabra,
una palabra nueva, hermosa, justa.
La palabra que busco habrá sido quemada
como una arcilla buena
en las manos de amor incandescentes
de un pastor de pájaros,
de un labrador de noches,
de un poeta, un pintor, de una anciana sin nombre.
Se busca una palabra
que cruce las fronteras,
que atraviese los muros alambrados,
que crezca con la fuerza de una rosa
sobre un fusil mohoso,
que hornee el pan de todos,
que se suba a los trenes y cruce las ciudades;
una palabra nueva
que prenda como un lirio
en las tierras del hambre y de las guerras,
que ascienda hasta los ojos de los hombres;
una palabra que pueda contener
todo el amor del mundo y su esperanza,
todo el amor de una naranja
y el amor de los niños y de todos
los padres de los niños del planeta.
Se busca una palabra nueva
para este tiempo, amigos, que vivimos:
una palabra que suba los andamios de los sueños más altos
y construya el futuro...
(c) 2009
del libro Poemas Clasificados... y aquellas otras lunas misceláneas.
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