Luz del Carmen Sosa
El Diario de Ciudad Juárez
“Sangre mía, sangre de alba, sangre de luna partida, sangre del silencio”, así empieza el poema Sangre, que le da voz a una mujer víctima de un homicidio y que escribió la poeta juarense Susana Chávez, de 36 años de edad, asesinada el jueves anterior en la colonia Cuauhtémoc.
Hoy Susana es velada en la sala de la casa materna donde pasó muchas horas escribiendo, creando, buscando a través del arte justicia para las mujeres muertas en Ciudad Juárez.
Ella hizo suyo el lema “ni una muerta más” hasta que manos criminales callaron su voz a golpes.
Aunque ya están presos tres presuntos responsables, la Fiscalía General del Estado no ha revelado la identidad de la víctima por el miedo a despertar la furia social ante este nuevo crimen de una activista social, dijeron ayer artistas locales.
En la colonia Cuauhtémoc, los propietarios de la vivienda donde fue cometido el crimen aseguraron sentirse impactados por el hecho violento, ya que por muchos años protegieron a Sergio Rubén Cárdenas, en quien creyeron y le brindaron una oportunidad de vida que interrumpió al cometer –probablemente– el homicidio.
Vestida de negro, con el cabello recogido y el cuerpo helado, la madre de Susana vela en silencio a su querida hija. A su lado está una amiga de Susy, apoyando a la dolida mujer.
“A mi hija me la entregaron el domingo a las 6 y media de la tarde. No estaba identificada, Susy siempre cargaba su credencial y ese día no se llevó ni un papel, ese día dijo que se iba a ver a sus amigas, y pues no alcanzó a llegar a donde ella iba”, narró.
–¿Cómo fue el último día con su hija?
“Yo la vi el miércoles en la noche, salió de aquí como a las 10:30 de la noche, se fue al centro, la esperé toda la noche pero ya no regresó. Entonces la busqué el jueves y no la encontré hasta que se movilizaron mis familiares y fue cuando supimos que estaba muerta, nos enseñaron las fotos y fue del modo que la reconocimos”, responde la madre.
–¿Usted la vio?
“Sí, las características de la ropa sí coincidían.
–¿Cree que conocía a los agresores?
“No, ella nunca se iba al Centro por ese lugar, ella se iba por la 16 de Septiembre, todo derecho y nunca le pasó nada, no sé sí se fue por la (calle) Tlaxcala, no sé qué pasó exactamente. No supimos dónde la metieron, dónde la mataron.
–¿Ya hay personas detenidas, cree que va a haber justicia para su hija, para usted?
“Yo no me siento tranquila, porque tiene que hacerse justicia, esto fue un crimen que no debió ocurrir, no es justo que ella haya terminado así, ella era buena muchacha, compartía con todos, para ella todos eran buenos, tenía mucha confianza en las personas y ahora ya no se puede confiar en nadie”, lamentó la madre de familia.
La muerte de Susana, ocurrida días atrás, impactó a la comunidad artística en Juárez, el crimen fue hecho público a través del Facebook y las muestras de repudio se han manifestado desde entonces.
En el servicio funeral se encuentran dos amigas cercanas a Susana. Armine Arjona lleva en su mano el libro “Canto a una ciudad en el desierto”, publicado años atrás.
“Representa un grito de fuego desde el corazón de la poesía contra la violencia que adquiere múltiples formas, entre ellas las más inadmisible: los asesinatos de cientos de mujeres. La frontera del norte mexicano es una vieja cicatriz y no sanará hasta que no haya ni una muerta más”, cita el prólogo del libro que contiene el poema “Sangre”.
“Sentimos impotencia, tristeza, es una gran pérdida como tantas más en esta ciudad, producto de esta locura que parece contagiosa, la violencia nos sigue pegando a todas”, dijo la también escritora.
Para ella, los crímenes de mujeres están repuntando, pero lo más grave es que los autores de estas muertes aberrantes son niños.
“Parece que el feminicidio está repuntando con ganas y cada vez es más grave. Lo más triste es que en los pocos casos donde se han encontrado a los culpables, se trata de adolescentes, casi niños, los que están cometiendo estas aberraciones”, reprobó.
– ¿Quien fue Susana Chávez?
“Fue una grandísima, excelente poeta, a nivel nacional de las mejores; había dejado de escribir pero tenía mucha obra inédita, que vamos a buscar la forma de que se le publique”, dijo Armine.
“La ironía es que ella haya sido víctima de feminicidio, cuando ella levantó la voz tanto en la palabra como en los hechos, como activista participó en muchas marchas en los años 90, cuando estaban los homicidios de mujeres a todo galope”, agregó.
Ella tiene un poema que se llama “Sangre”, que habla del asesinato de una mujer y ella perece y sufre lo mismo, es lo más irónico, cómo da vueltas la vida, lamentó la amiga.
– ¿Este crimen cómo impacta a las activistas sociales, hay más temor entre ellas?
“Ha habido una especie de persecución contra de quien levante la voz, por eso en las últimas marchas las mujeres han llevado el rostro cubierto, porque hay un temor real, hay una persecución a lo mejor sutilmente disfrazada, pero sí está habiendo una persecución en contra del activismo social y una prueba es el crimen de Marisela tan reciente y el asesinato de Susana”, respondió.
– ¿Esperan una actuación correcta del Ministerio Público y los jueces?
“Sorprende la celeridad con la que han seguido este caso y aparentemente no son ‘chivos expiatorios’, no se los sacaron de la manga, y la celeridad con la que actuaron da esperanzas de que ahora sí estén haciendo las bien las cosas. De hecho en los dos casos que hubo ese día detuvieron a los culpables, lo triste es que sean niños asesinos”, dijo.
Para la escritora y universitaria la participación de los menores en la comisión de actos delictivos cada vez es más frecuente y debe prender focos rojos a toda la sociedad, ya que el abandono y omisión hacia la juventud se está volviendo en contra.
“Qué hemos creado como sociedad, una generación que no tiene noción de lo que es el mal y que no tienen un porvenir, son catalogados como ‘ninis’, son desechables por todos, incluso como sicarios. Los jóvenes no quieren ser esclavos del salario mínimo, no les importa incursionar como sicarios porque no hay oportunidades para ellos, porque no las ha habido”, precisó.
“Como sociedad debe preocuparnos y si esta generación se está yendo de las manos es urgente que tomemos acciones para el rescate de los niños de ahorita. Esto es muy grave, estamos teniendo criminales más jóvenes, no tienen conciencia del mal que están haciendo, todos debemos enfocarnos al rescate de los niños”, urgió.
Unas cuadras más delante de la vivienda de Susana se encuentra la propiedad donde fue cometido el crimen.
El dueño de la vivienda es un maestro jubilado que intentó rescatar a Sergio Rubén Cárdenas de la O y le dio oportunidad de vivir en un cuarto. Muchas veces lo alimentó, lo vistió y lo trató de hacer un hombre de bien.
“Fue una sorpresa, algo que no esperamos, nos quedamos muy impactados porque tuvimos una relación cercana con él”, dijo uno de los hijos del profesor.
“Mi padre obró con buena fe, con la esperanza de darle una oportunidad de vida y pensamos que iba a salir adelante”, agregó.
Hasta el momento la familia dice desconocer los motivos que llevaron a los tres jóvenes a cometer el aberrante crimen y como una familia católica que son, acudieron a la iglesia a prender una veladora y rezar un Rosario por la víctima.
“No sabemos quién era, pero no merecía sufrir lo que sufrió, más que la suerte de ‘El Balatas’, lo que lamentamos es la pérdida de la vida de la joven mujer”, puntualizó el entrevistado.
En la sala de su casa, dentro del ataúd yace el cuerpo de Susana, quien por primera vez luce un rostro maquillado. Los labios de color rosa hacen resaltar su piel pálida. En un gesto de solidaridad con la familia, la funeraria colocó un Rosario en las manos entrelazadas de Susy, después de que la policía recuperó el miembro cercenado por los homicidas.
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