lunes, 22 de noviembre de 2010

Deseos

Carlos Pellicer

Trópico, ¿para qué me diste

las manos llenas de color?

Todo lo que yo toque

se llenará de sol.

En las tardes sutiles de otras tierras

pasaré con mis ruidos de vidrio tornasol.

Déjame un solo instante

dejar de ser grito y color.

Déjame un solo instante

cambiar el clima del corazón,

beber la penumbra de una casa desierta,

inclinarme en silencio sobre un remoto balcón,

abandonarme en el manto de pliegues finos,

dispersarme en la orilla de una suave devoción,

acariciar dulcemente las cabelleras lacias

y escribir con un lápiz muy fino mi meditación.

¡Oh, dejar de ser un solo instante

el Ayudante de Campo del sol!

¿Trópico, para qué me diste

las manos llenas de color?

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