Alondra Flores / La Jornada
La invención de la radio, hace más de un siglo, revolucionó la comunicación.
Para documentar la evolución de ese medio que ha marcado a la sociedad contemporánea, se integró la muestra Días de radio: diseño y memorias, que se integra por 76 piezas que datan de 1918 a 1998, de diversos estilos, marcas y antigüedad.
La radio es un fenómeno que agrupó y sigue unificando, ya sea para saber los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, deleitar con la viva voz de grandes estrellas iconográficas como Pedro Infante o Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri, conocer el último éxito de The Beatles, seguir el capítulo de la radionovela o el suceso deportivo, escuchar la destrucción del terremoto de 1985 y hasta conocer la hora nacional. Ha dejado huella en la cultura mexicana, cristalizada en esos objetos que permitieron hacer llegar a los escuchas las ondas electromagnéticas convertidas en sonido.
Acetatos, micrófonos y partituras
La radio como diseño será exhibida en el Museo Franz Mayer (avenida Hidalgo 45, Centro Histórico), mediante aparatos receptores fabricados en España, Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia. Además de radiorreceptores de galena, discos de acetato, micrófonos, cintas magnetofónicas, partituras, fonógrafos y otras herramientas utilizadas en la radiodifusión.
Un radio modelo de mesa en estilo art decó de 1936, un micrófono Shure, cuya imagen remite inevitablemente a los locutores de los años 50, un fonógrafo para discos de ocho pulgadas marca RCA Víctor, de 1922, discos Edison utilizados entre 1921 y 1925 y hasta una radio portátil Supersonic de 1996.
El material forma parte de las colecciones Tomás Alva Edison y Emilio Berliner, propiedad de Jesús Flores y Escalante, y Pablo Dueñas, quienes destacan por sus conocimientos sobre la radiofusión en México.
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