Notimex / El Universal
En reconocimiento a su trayectoria y como una celebración de la aparición de sus poemarios "Cuaderno de Amorgós" y "Santo y seña", las poetas Elsa Cross y Pura López Colomé recibieron la víspera aquí el Premio Villaurrutia de Escritores para Escritores 2007.
En una ceremonia a oscuras, pues un apagón dejó en penumbras la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, las poetisas recibieron diploma y cheque de manos del poeta Alí Chumacero, presidente de la Sociedad Alfonsina Internacional, y de María Teresa Franco, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
La falta de luz no fue impedimento para el buen desarrollo del acto, pues ya se contaba con la luminiscencia de la palabra.
Ambas galardonadas hicieron gala de su oficio leyendo sendos manifiestos en defensa del lenguaje, el cual les devino en una lluvia de aplausos y gritos que instalaron, casi por arte de magia, la luz, una vez que concluyeron su participación.
La poesía, señaló Cross, es "una luz intensa que ilumina cada aspecto de la realidad y que proyecta también su propia sombra, acaso ya encarnada en el lenguaje mismo, pues aunque la poesía es lenguaje por definición, es fundamentalmente un modo de decir; siento que antes de eso es también una mirada y una experiencia del mundo".
Con un monto de 200 mil pesos, que en esta ocasión serán repartidos de manera equitativa entre las dos autoras galardonadas, la poesía hizo justicia a dos artesanas de la palabra que por años han alimentado con sus versos la poesía nacional.
Este reconocimiento, dijo Franco en su oportunidad, se da a "dos estupendos poemarios, se extiende también hacia sus trayectorias completas, dedicadas a la enseñanza, al estudio profundo de ciertos temas, al ensayo, la traducción, la filosofía: amplitud que las convierte, como al mismo Villaurrutia, en polígrafas que cultivan diversas manifestaciones de la palabra".
Nacida en la Ciudad de México en 1946, Elsa Cross recibió su formación literaria en el taller de Juan José Arreola; es Doctora en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde colabora como profesora titular de Filosofía de la Religión, en la Facultad de Filosofía y Letras.
Es autora de una veintena de libros, caracterizados por buscar los puntos donde convergen la realidad interior y exterior. Algunos de los autores que han sido importantes en su formación poética son Saint-John Perse, de quien tradujo "Canto por un equinoccio"; Yorgos Seferis, Odiseas Elytis, Giuseppe Ungaretti y Octavio Paz.
A principios de los años 80 residió en la India por dos años, tiempo en el que estudió Filosofía Oriental y Meditación en Ganéshpuri. En ese lugar escribió "Baniano" (1985) y "Canto malabar" (1987).
Posteriormente publicó "El diván de Antar", poemario por el que se hizo acreedora al Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1989 y en el que la autora juega con la imagen del espejismo y el concepto hindú de Maya.
Entre sus múltiples reconocimientos destacan además el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines (1992), por su libro "Moira"; y en 2007 el Premio de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe, que le fue otorgado en Québec, Canadá, por el conjunto de su obra publicada.
Por su parte, la poesía de Pura López Colomé (Ciudad de México, 1952) surge de la orfandad, de la materia errante cuya imagen es un estanque que se llena de flujos y ondas con los que explora el terror universal de los seres humanos en torno a la pérdida y a lo desconocido.
Estudió la Licenciatura y la Maestría en Letras Hispánicas en la UNAM. Ha colaborado en publicaciones como Casa del Tiempo, El Nacional, Revista Universidad de México, Sábado y Letras Libres, entre otras. En 1977 recibió el Premio Nacional Alfonso Reyes por "Diálogo socrático en Alfonso Reyes".
Además de escribir poesía y de su brillante trayectoria ensayística y como crítica literaria, López Colomé se ha dedicado a la traducción de los autores que han sido fundamentales en su vida.
Entre ellos figuran Samuel Beckett, Bertolt Brecht, William Carlos Williams y Philip Larkin. Muy especialmente, se ha abocado a traducir la obra del escritor irlandés Seamus Heaney.
De este último publicó recientemente la traducción de sus obras completas y en 1992 recibió el Premio Nacional de Traducción de Poesía, por "Isla de las estaciones".
El Premio Xavier Villaurrutia, fundado en 1955, a instancias del crítico literario Francisco Zendejas, es el más importante galardón de las letras mexicanas.
Se entrega para reconocer tanto a los autores mexicanos como a los escritores trasterrados, latinos e iberoamericanos, con la sola condición de que la obra premiada se haya editado en México.
Entre los autores que han recibido el galardón figuran Octavio Paz, Nobel de Literatura 1990; Carlos Fuentes, Elena Garro, Juan José Arreola, Efraín Huerta, Jaime Sabines, Sergio Pitol, Augusto Monterroso, Inés Arredondo y Vicente Leñero, entre otros.
En una ceremonia a oscuras, pues un apagón dejó en penumbras la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, las poetisas recibieron diploma y cheque de manos del poeta Alí Chumacero, presidente de la Sociedad Alfonsina Internacional, y de María Teresa Franco, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
La falta de luz no fue impedimento para el buen desarrollo del acto, pues ya se contaba con la luminiscencia de la palabra.
Ambas galardonadas hicieron gala de su oficio leyendo sendos manifiestos en defensa del lenguaje, el cual les devino en una lluvia de aplausos y gritos que instalaron, casi por arte de magia, la luz, una vez que concluyeron su participación.
La poesía, señaló Cross, es "una luz intensa que ilumina cada aspecto de la realidad y que proyecta también su propia sombra, acaso ya encarnada en el lenguaje mismo, pues aunque la poesía es lenguaje por definición, es fundamentalmente un modo de decir; siento que antes de eso es también una mirada y una experiencia del mundo".
Con un monto de 200 mil pesos, que en esta ocasión serán repartidos de manera equitativa entre las dos autoras galardonadas, la poesía hizo justicia a dos artesanas de la palabra que por años han alimentado con sus versos la poesía nacional.
Este reconocimiento, dijo Franco en su oportunidad, se da a "dos estupendos poemarios, se extiende también hacia sus trayectorias completas, dedicadas a la enseñanza, al estudio profundo de ciertos temas, al ensayo, la traducción, la filosofía: amplitud que las convierte, como al mismo Villaurrutia, en polígrafas que cultivan diversas manifestaciones de la palabra".
Nacida en la Ciudad de México en 1946, Elsa Cross recibió su formación literaria en el taller de Juan José Arreola; es Doctora en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde colabora como profesora titular de Filosofía de la Religión, en la Facultad de Filosofía y Letras.
Es autora de una veintena de libros, caracterizados por buscar los puntos donde convergen la realidad interior y exterior. Algunos de los autores que han sido importantes en su formación poética son Saint-John Perse, de quien tradujo "Canto por un equinoccio"; Yorgos Seferis, Odiseas Elytis, Giuseppe Ungaretti y Octavio Paz.
A principios de los años 80 residió en la India por dos años, tiempo en el que estudió Filosofía Oriental y Meditación en Ganéshpuri. En ese lugar escribió "Baniano" (1985) y "Canto malabar" (1987).
Posteriormente publicó "El diván de Antar", poemario por el que se hizo acreedora al Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1989 y en el que la autora juega con la imagen del espejismo y el concepto hindú de Maya.
Entre sus múltiples reconocimientos destacan además el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines (1992), por su libro "Moira"; y en 2007 el Premio de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe, que le fue otorgado en Québec, Canadá, por el conjunto de su obra publicada.
Por su parte, la poesía de Pura López Colomé (Ciudad de México, 1952) surge de la orfandad, de la materia errante cuya imagen es un estanque que se llena de flujos y ondas con los que explora el terror universal de los seres humanos en torno a la pérdida y a lo desconocido.
Estudió la Licenciatura y la Maestría en Letras Hispánicas en la UNAM. Ha colaborado en publicaciones como Casa del Tiempo, El Nacional, Revista Universidad de México, Sábado y Letras Libres, entre otras. En 1977 recibió el Premio Nacional Alfonso Reyes por "Diálogo socrático en Alfonso Reyes".
Además de escribir poesía y de su brillante trayectoria ensayística y como crítica literaria, López Colomé se ha dedicado a la traducción de los autores que han sido fundamentales en su vida.
Entre ellos figuran Samuel Beckett, Bertolt Brecht, William Carlos Williams y Philip Larkin. Muy especialmente, se ha abocado a traducir la obra del escritor irlandés Seamus Heaney.
De este último publicó recientemente la traducción de sus obras completas y en 1992 recibió el Premio Nacional de Traducción de Poesía, por "Isla de las estaciones".
El Premio Xavier Villaurrutia, fundado en 1955, a instancias del crítico literario Francisco Zendejas, es el más importante galardón de las letras mexicanas.
Se entrega para reconocer tanto a los autores mexicanos como a los escritores trasterrados, latinos e iberoamericanos, con la sola condición de que la obra premiada se haya editado en México.
Entre los autores que han recibido el galardón figuran Octavio Paz, Nobel de Literatura 1990; Carlos Fuentes, Elena Garro, Juan José Arreola, Efraín Huerta, Jaime Sabines, Sergio Pitol, Augusto Monterroso, Inés Arredondo y Vicente Leñero, entre otros.
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